Mientras que en muchos países europeos aparece el temor a una segunda ola de coronavirus, que volvería a castigar la débil recuperación económica, y EEUU sigue con la doble crisis sanitaria y económica a pocas semanas de las elecciones presidenciales, China emerge como la potencia que terminaría el año de la pandemia con crecimiento económico.
Como se mencionó en un artículo anterior, a comienzos de este año, el FMI esperaba un crecimiento del ingreso per cápita en más de 160 países, mientras que ahora más de 170, equivalente a casi el 90% de la economía mundial, registrarán una caída en ese indicador.
¿Cuáles son los motivos para que el país origen del COVID-19 pueda registrar una performance económica positiva a contramano del resto?
Transformación digital
China recibió el primer gran golpe económico por las medidas sanitarias de confinamiento. También ha sido la primera en mostrar subas sostenidas de indicadores clave de la economía.
Sin embargo, no han mejorado todos los sectores. Algunas actividades, especialmente en el sector servicios, todavía no muestran síntomas de reactivación.
Pese a ello, de acuerdo a la dinámica de la pandemia en el resto del mundo y el ciclo económico global, parece poco probable que China transite una larga recesión.
La pregunta que algunos economistas tratan de responder es por qué China pudo generar tan rápida recuperación cuando gran parte de la economía internacional sigue a los tumbos.
Una de las respuestas que ofrecen es la siguiente: la rápida transformación digital de su economía.
Zhang Jun, decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Fudan y director del Centro de Estudios Económicos de China, un grupo de expertos con sede en Shanghai, explica que la economía digital de China estaba creciendo con fuerza antes de la pandemia, y que con ésta se aceleró.
En 2018 ya representaba el 34,8% del Producto Interno Bruto (PIB), porcentaje que fue creciendo año a año por encima del crecimiento del Producto. La crisis del COVID-19 está destinada a reforzar esta tendencia.
Inversión
Zhang Jun señala que a medida que la pandemia ha destruido algunas empresas e industrias, también ha acelerado enormemente la adopción de tecnologías digitales. Al no poder salir de sus hogares, las familias adoptaron aplicaciones como JD.com, Meituan, Eleme y Pinduoduo para hacer sus compras diarias de productos.
Mientras, las empresas aprovecharon las herramientas digitales, desde plataformas de comunicación como Enterprise WeChat y DingTalk hasta contratos electrónicos, para mantener sus negocios en funcionamiento.
A la vez, varios gobiernos locales están implementando Alipay Health Code, una aplicación de teléfono móvil que asigna a los usuarios un código de color que indica su estado de salud. De esa manera, saben cuándo deben ser puestos en cuarentena, cuándo pueden visitar espacios públicos de manera segura y cuándo pueden viajar.
La transformación digital está modificando también a la industria financiera de China. Con 562 millones de usuarios, las aplicaciones de banca móvil eran la tercera categoría más grande de aplicaciones por base de clientes, después de las aplicaciones de compras y vídeos cortos, a fines de marzo. Las aplicaciones chinas de banca móvil ahora tienen un promedio de 50 millones de usuarios activos mensuales.
El crecimiento de la economía digital de China también ha tenido un impacto positivo en el empleo. La Academia de Tecnología de la Información y las Comunicaciones de China informa que en 2018, la economía digital creó 191 millones de puestos de trabajo y representó una cuarta parte del empleo general, un aumento del 11,5% interanual.
Zhan Jun concluye que «China bien puede ser la única gran economía que logre un crecimiento positivo este año. Esto se lo debe, en gran medida, a una década de compromiso con una fuerte inversión en la transformación estructural impulsada por la tecnología».
Control
Otro de los factores para comprender la rápida recuperación de la economía de China es que ha podido controlar el COVID-19. Desde el 16 de agosto pasado no registra contagio local, y sólo se han detectados importados, personas que han quedado inmediatamente controlados por la estricta cuarentena de 14 días que se impone a quien arriba al país.
Este resultado en el frente sanitario y la estrategia de prevención contrasta con la política encarada por Occidente. El saldo es elocuente: China inició el camino de la reactivación, mientras que las economías de EEUU y Europa siguen muy débiles.
Junto con la economía de Vietnam, la de China es la única que ya crece. En el primer trimestre se derrumbó 6,8%, pero en el segundo empezó a revertir esa tendencia y puede mostrar el ansiado dibujo de reactivación en V.
El impulso proviene especialmente del sector industrial, que se expandió 4,8% desde el segundo trimestre. No obstante, en la primera mitad del año, el PIB fue negativo de 1,6% con respecto al mismo periodo de 2019.
De todos modos, ha sido una caída sustancialmente menor al resto. Los economistas Oscar Ugarteche y Jorge Zavaleta precisaron que el PIB de la Unión Europa (UE) se desplomó 14,4% respecto del segundo trimestre de 2019 y América del Norte 10,8% (Canadá, México y Estados Unidos).
Zhao Qinghe, del Buró Nacional de Estadísticas, indicó que «la situación sanitaria está controlada y todo apunta a que el consumo interno continuará creciendo».
La estrategia para superar los costos de la pandemia es sencilla: China confía en su propia fortaleza y no en la de la economía global para superar la crisis.
Cautela
De todos modos, el Gobierno de Xi Jinping no tiene el objetivo de exhibir la fuerza de la recomposición de su economía en medio de una crisis global.
«La economía china ha logrado sobreponerse gradualmente del daño causado por la pandemia en el primer semestre. Pero el crecimiento aún sufre fuertes presiones externas a la baja porque el coronavirus continúa teniendo un gran impacto en la economía global. La mayor parte de las variables continúan en territorio negativo, así que todavía queda un largo camino hasta que podamos recuperar lo que nos quitó la pandemia, aunque hemos demostrado que su impacto es controlable», indicó el portavoz del Buró Nacional de Estadísticas, Liu Aihua, durante la presentación de los datos del segundo trimestre.
Es evidente que China está saliendo fortalecida de esta crisis. Según IHS Markit, las exportaciones chinas representaron el 20% del total global entre abril y junio, siete puntos porcentuales más que en el mismo período de 2019.