El número de estadounidenses que presentó solicitudes de beneficios por desempleo se incrementó inesperadamente la semana pasada, lo que apoya la opinión de que la recuperación económica de la crisis de Covid-19 se está quedando sin fuerza luego de que se agotaron los fondos de emergencia del gobierno.
Las solicitudes iniciales de beneficios estatales por desempleo aumentaron en 4,000 a una cifra ajustada estacionalmente de 870,000 en la semana que terminó el 19 de septiembre, en relación con los 866,000 reclamos de seguros de la semana anterior.
El reporte semanal de pedidos de subsidios por desempleo emitido el jueves por el Departamento del Trabajo, un dato clave sobre la salud económica, mostró que un total de 26 millones de personas estaban recibiendo ayuda por desocupación a inicios de septiembre, reflejando que el mercado del trabajo tiene problemas para salir adelante tras la pandemia.
El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, dijo este miércoles a los legisladores en el Congreso que el banco central estadounidense debía continuar apoyando en la recuperación de la economía.
Los datos de la semana previa fueron revisados para mostrar 6,000 solicitudes más de las reportadas anteriormente. Economistas encuestados por Reuters habían previsto 840,000 pedidos de subsidios para la semana anterior.
En base no ajustada, los pedidos de subsidios se incrementaron en 28,527 a 824,542 la semana pasada. Los economistas tienden a preferir esta cifra en vista de las dificultades que hubo en el pasado con los datos ajustados por fluctuaciones estacionales debido al impacto de la crisis del coronavirus en la economía.
Seis meses después del comienzo de la pandemia en Estados Unidos, los reclamos de seguros por desempleo permanecen por encima del máximo semanal de 665,000 visto durante la Gran Recesión de 2007-2009, aunque las solicitudes han caído desde el récord de 6.867 millones registrado a fines de marzo.
Si bien la reapertura de las empresas en mayo reimpulsó la actividad, la demanda de las industrias de servicios sigue floja, lo que genera una alta tasa de despidos. Los recortes de empleos también se han diseminado a industrias como la financiera y de tecnología que al inicio no habían sido afectadas por los confinamientos de marzo ante una demanda insuficiente.