De los 185 mil 209 casos sospechosos de Covid-19 que no tuvieron prueba de diagnóstico, el 7%, es decir, 12 mil 964, fueron pacientes hospitalizados.
Miguel Betancourt, presidente de la Sociedad Mexicana de Salud Pública, subrayó que las autoridades sanitarias afirman que se aplican pruebas al 100% de pacientes graves y hospitalizados, y a uno de cada 10 de los ambulatorios, pero la cifra exhibe que eso no se cumple.
«Consideramos que esa no era la estrategia adecuada para la fase inicial de una epidemia emergente en el País porque no tenía la sensibilidad de detección de casos para hacer estrategias de contención. Meses después resulta que ni siquiera eso lo estaban haciendo bien», lamentó.
La utilidad de la prueba no es necesariamente para cambiar el tratamiento, aclaró, pero es esencial desde el punto de vista de la vigilancia epidemiológica en este momento en el que estamos «en la fase de meseta interminable».
Para Gustavo Oláiz, coordinador del Centro de Investigación en Políticas, Población y Salud de la UNAM, el dato ofrecido por la Secretaría de Salud exhibe una mala política sanitaria.