Durante la emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19, el gobierno federal tiene programas limitados para quienes perdieron su empleo o son trabajadores informales, y no hay ninguno dirigido a grupos vulnerables por carencias sociales y en situación de pobreza.
En el reporte Consideraciones para el proceso presupuestario 2021, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), señala que si bien los programas sociales en general, atiende a grupos que históricamente han sido discriminados (mujeres, jóvenes, adultos mayores, niños, población indígena y personas con discapacidad), no se han generado ayudas suficiente para quiénes resultaron afectados por la crisis, pues solo se detectaron cuatro programas para ello.
Los cuatro programas destinados para apoyar a la población vulnerable afectada por el Covid-19, están entre ellos el Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras y Jóvenes Construyendo el Futuro, considerados como prioritarios por el gobierno actual, además del Programa de Apoyo al Empleo (PAE).
En tanto que son 12 los destinados a quienes han sido discriminados históricamente, como el de las pensiones para adultos mayores y personas con discapacidad, las Tandas para el Bienestar y las becas para estudiantes, proyectos estrella del gobierno federal e implementados desde antes de la epidemia.
Si bien el análisis de Coneval, considera que los programas que otorgan transferencias económicas a los grupos vulnerables e históricamente discriminados pueden ayudar a atenuar la pérdida de recursos a causa de la emergencia, advierte que existen otros que podrían colaborar a reducir la vulnerabilidad del ingreso de las personas.
“Es posible que los programas, acciones y estrategias implementadas hasta este momento para atender el contexto actual resulten insuficientes, en especial para los grupos que más resentirán las consecuencias negativas», planteó el Consejo.
«Se debe hacer una reflexión amplia sobre cómo hacer una distribución de los recursos económicos con los que se cuentan para atender de manera eficiente a la población que más lo necesita”.
Incremento de pobreza
El organismo alertó que la epidemia puede incrementar los niveles de pobreza actual y disminuir el ingreso en los hogares. Planteó dos escenarios, uno en el que el total de personas en situación de pobreza por ingresos se incrementa entre 8.9 y 9.8 millones de personas mientras que en el caso de pobreza extrema también se incrementa entre 6.1 y 10.7 millones de personas.
“Sin políticas públicas que atiendan a la población con ingreso medio, la cantidad de personas en situación de pobreza por ingreso puede aumentar”.
En el caso de los empleados informales, el organismo consideró que son los más vulnerables ante la emergencia sanitaria y la desaceleración económica, ya que no cuentan con seguridad social y, generalmente, sus ingresos son menores que los de aquellos que trabajan en empleos formales; así como los desocupados, ya que la emergencia sanitaria, las medidas derivadas de la misma y la contracción económica reducen significativamente las posibilidades de encontrar empleo en el corto plazo.
“Las perspectivas de recuperación van a ser lentas porque el consumo de la gente sigue caído”, señaló Enrique Cárdenas, de la organización Signos Vitales, al explicar que existe una contracción del consumo derivada de la caída de los ingresos.
El especialista recordó que, de acuerdo con la Encuesta de Seguimiento de los Efectos del Covid-19 en el Bienestar de los Hogares Mexicanos, Encovid19, 1 de 3 hogares tuvo una disminución en sus ingresos de hasta el 50%, en promedio, y que, aunque se está recuperando la ocupación, está mal pagada y se mantienen los empleos informales, que tienen ingresos más bajos.
La Encovid detalló que el 27.2% de los encuestados reportó que algún integrante de su familia perdió su empleo o fuente de ingreso, y señaló que la recuperación laboral se ha dado principalmente en el sector informal, cuya tasa de desocupación pasó de 18.4% en mayo a 8.9% en julio, mientras que la del sector formal pasó de 10.3 a 7.5%.
Política social, sin cambios
El Coneval detectó que 47 programas destinados a salud, servicios básicos de la vivienda y para el bienestar económico resultaron relevantes para la atención de la emergencia provocada por el virus SARS-CoV-2, mientras que 102 no lo son.
Estos apoyos han contribuido a atender la emergencia, estaban contemplados desde antes de la pandemia, y algunos forman parte de los proyectos prioritarios del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, como la pensión para adultos mayores, Jóvenes Construyendo el Futuro y las becas a estudiantes, es decir que aun sin crisis sanitaria, existirían.
Héctor Villarreal, del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), señaló que el gobierno no se desvío de su ruta y mantuvo los programas sociales con los que arrancó desde el inicio de su administración.
“A pesar de una pandemia de esta profundidad los cambios han sido minúsculos (…) un gran cambio en la política social, en realidad no lo hay”, aseguró en entrevista, al poner como ejemplo, las pensiones y los préstamos anunciados.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha insistido en que gracias al adelanto de los apoyos sociales y las remesas, el consumo no se ha caído, y esto ha ayudado a que las familias tengan recursos.
Asimismo, señaló en su exposición de motivos del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2021 que el gasto para el próximo año se enfocará en fortalecer las políticas públicas en materia de salud, seguridad y en impulsar los megaproyectos de su administración para mejorar las condiciones de vida de la población, aunque reconoció que la epidemia “suma obstáculos” para alcanzar los objetivos de desarrollo con bienestar que se impusieron al inicio de la administración.