Pese a la «tentativa» mejoría registrada en los últimos meses, la economía global se encuentra en un territorio extremadamente «frágil», ya que la pandemia que dejará «profundos cambios estructurales», señaló el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«La economía postpandemia será muy diferente a la de antes de la pandemia (…) No tiene sentido hoy invertir en la economía de ayer», aseguró Kristalina Georgieva, directora del Fondo, en una conversación sobre el futuro de la economía.
La gravedad y magnitud del impacto de la pandemia, que ha dejado ya más de un millón de muertos y provocado la mayor recesión económica en casi un siglo, ha centrado las reuniones virtuales de la asamblea del Fondo.
Ha provocado, además, que el habitual lenguaje obtuso y técnico de las reuniones se haya cargado de frases dramáticas y roto tabúes de la ortodoxia económica como el equilibrio presupuestario.
Lo extraordinario como normal
Una de las más repetidas es que «los tiempos extraordinarios exigen soluciones extraordinarias» al defender los enormes paquetes de estímulo fiscal y monetario puestos en práctica en las grandes economías avanzadas.
En este sentido, la directora del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, advirtió de que será «crucial» no solo mantener el apoyo, sino «evitar que sea retirado precipitadamente».
Pero también insistió en la dimensión integral y el horizonte a medio plazo.
«A la vez, serán necesarias medidas estructurales bien diseñadas para reubicar los recursos con el tiempo hacia sectores más viables y así minimizar el daño permanente a nuestras economías», dijo Lagarde, quien estuvo al frente del FMI entre 2011 y 2019.
En su informe de Perspectivas Económicas Globales, el organismo citó el empleo como uno de los principales damnificados por la pandemia al subrayar que «sigue estando por debajo de los niveles de antes de la pandemia y que el mercado laboral se ha vuelto más polarizado, con los trabajadores de bajos ingresos, los jóvenes y las mujeres como los más golpeados».
Y puso dos ejemplos concretos al instar a las autoridades a diseñar planes para «facilitar la recolocación de trabajadores de sectores de que probablemente se reducirán a largo plazo (como el de los viajes) a otros que seguirán creciendo (el comercio electrónico)».
O, en palabras de David Malpass, presidente del Banco Mundial (BM):»La pandemia ha cambiado todo, el modo en el que trabajamos, el alcance de nuestros viajes, la manera en que nos comunicamos, enseñamos y aprendemos».
La pobreza crecerá tras dos décadas de descensos
«Naturalmente habrá rebotes, pero la recuperación real -cuánto tomará a la persona media recuperar su ingreso previo a la crisis, el PIB per capita, tomará al menos cinco años», apuntó recientemente Carmen Reinhart, economista jefe de la institución.
Uno de las indicadores más evidentes de la dramática situación se refiere a la pobreza, dado que el golpe de la crisis tendrá efectos desiguales y dañará con especial contundencia a los más desfavorecidos.
«En 2020 la pobreza extrema mundial aumentará por primera vez en más de 20 años como resultado de las perturbaciones ocasionadas por la pandemia de la Covid-19», advirtió el BM, la principal institución de desarrollo mundial, en su último informe presentado esta semana, ahondando en los sombríos pronósticos.
En mayo, en el peor escenario trazado, los economistas del BM ya vaticinaba que 60 millones de personas podrían caer en la pobreza extrema; y en agosto, la previsión fue aún más pesimista subía a 100 millones de personas.
En los últimos cálculos, en 2021 casi 150 millones de personas en todo el mundo pueden caer en la pobreza extrema, cuyo umbral el organismo sitúa en 1,90 dólares al día.
La pandemia de la Covid-19, detectado en primer lugar en un brote en Wuhan (China) a finales de 2019, ha causado ya más de un millón de muertos en todo el mundo, según los registros de la Universidad Johns Hopkins.