Ignacio Mejía
“Las puertas de cada nación deben estar abiertas a la actividad fecundante y legítima de todos los pueblos. Las manos de cada nación deben estar libres para desenvolver sin trabas el país, con arreglo a su naturaleza distintiva y a sus elementos propios. Los pueblos todos deben reunirse en amistad y con la mayor frecuencia deseable, para ir reemplazando, con el sistema del acercamiento universal, por sobre la lengua de los istmos y la barrera de los mares, el sistema, muerto para siempre, de dinastías y de grupos”.
José Martí
La actividad y creación artísticas son inherentes al hombre, lo han acompañado en toda su historia y éstas han ido evolucionando junto con él, son parte de su desarrollo y crecimiento, cualquiera que sea el tipo de manifestación. De aquí que resulte vital la constante producción de medios que apoyen e impulsen al arte en todos los países y regiones del mundo. Sin embargo, para nadie es una sorpresa que la globalización ha venido dando un duro golpe a las culturas regionales y nacionales que muchas veces son incapaces de resistir una invasión cultural.
Está claro que capitalismo ha dejado de ofrecer al mundo las promesas del progreso, el desarrollo económico y la democracia. En su lugar apela a la fuerza de sus finanzas y armamentos; a exigir a los países que se sometan y abandonen todo proyecto nacional; a desmoralizar y desalentar resistencias promoviendo la aceptación general de que son invencibles. Para conseguir sus objetivos necesita ampliar su mercado y unificar el modo de interpretar la realidad y, en ese sentido, dominar la producción y distribución de contenidos culturales para el control absoluto del mundo.
La cultura imperialista ha tratado de imponerse, para con ello uniformar al mundo entero aniquilando la diversidad cultural. De este modo, todos los demás pueblos, y no sólo los pequeños y débiles, corren el peligro de perder su identidad para pasar a ser los colonizados del siglo XXI, según los estereotipos culturales del nuevo imperialismo. Fiestas, costumbres, ceremonias, ritos y creencias que en el pasado dieron a la humanidad su amplia variedad folclórica, van desapareciendo, o confinándose en sectores muy minoritarios, en tanto que el grueso de la sociedad los abandona y adopta otros, más adecuados a la realidad de nuestro tiempo. Aunque existan bailarines, maestros de danza, etc., – que muchas veces son los mismos que tienen una visión mercantil del arte- dispuestos a creer que las modas culturales pueden ir por un lado y los intereses de las grandes potencias por otro.
El miedo a esta distopía de un mundo que, en razón de la globalización, habrá perdido su diversidad lingüística y cultural no es exclusivo del tercer mundo, sino que también se manifiesta en países desarrollados y la comparten sectores políticos de izquierda, de centro y de derecha. Es por eso que algunos países avanzados como Francia y Rusia, entre otros, realizan periódicamente campañas como manera de blindar su identidad cultural amenazada por la globalización.
Este proceso de colonización cultural se ha venido dando de manera más sencilla en países como el nuestro, con un atraso educativo y material que condiciona toda invasión cultural, ya que, a cambio de placer y entretenimiento, el consumidor acaba asumiendo una historia y unas tradiciones que no son suyas, restringe su patrimonio cultural y olvida sus propios mitos e historia. A uno puede gustarle sin reservas el cine o la música estadounidenses, por ejemplo, y al mismo tiempo, disfrutar su propio folclor, pero cuando te encuentras a mexicanos que conocen mejor a cada superhéroe de Marvel y DC pero que nunca han oído hablar de Canek, Tlacaélel, Cuauhtémoc, se darán cuenta del malinchismo tan impregnado que existe en nuestro país. En estos casos el capital simple y sencillamente no tiene necesidad de una invasión bélica pues el control se ha dado por la vía del control de las mentes.
Pero cuando existen países con otra idiosincrasia más difícil de penetrar como Medio Oriente y que, por tanto, se resisten a ser colonizados, los bombardeos no se hacen esperar; en aras de la libertad y la democracia, el imperialismo desestabiliza, invade y destruye naciones enteras, como los casos últimos de Libia y Egipto. Y cuando por diferentes factores no les es tan sencillo invadirlos, el imperialismo se ve obligado a desistir momentáneamente hasta que lleguen las condiciones que les permitan una invasión absoluta, como el caso de Palestina, Irán, Siria, etc.
No cabe duda que esta crisis sanitaria por la que atraviesa todo el mundo, ha exhibido este carácter egoísta de los defensores de la globalización como lo que siempre han sido, una caterva de voraces leoninos en busca de ganancias a costa de la vida de los seres humanos que no conformes con poner por encima de la humanidad sus intereses políticos, señalan como responsables a los únicos países que se han solidarizado, como es el caso de China, Rusia y Cuba.
¿Y en México qué pasa? MORENA acaba de eliminar 109 fideicomisos, entre los que se encuentran los apoyos a la cultura; en aras de “acabar con la corrupción” han dejado al país en la estacada del imperialismo. Y no podía ser de otra manera, es un paso más en la política entreguista y antipopular de la 4T. López Obrador ha manifestado su apoyo a las políticas de Trump, ha preferido quedar bien con “su amigo” que apoyar a los campesinos de Chihuahua, por mencionar un ejemplo. Cada vez el pueblo mexicano se va quedando sin armas para defenderse.
Pero mientras Morena demuestra su verdadero rostro, desarmando al pueblo mexicano, el Movimiento Antorchista Nacional contribuye a su protección formándonos el orgullo por nuestras raíces y nuestro folclor, promoviendo el arte en todos los rincones del país en que ha podido, de hacer que los jóvenes se alejen de los vicios a los que están expuestos en la actualidad, de evitar que se conviertan en agresores de mujeres, bajo una visión universal del arte que ha rendido frutos y que podemos mirar a todas luces. Debemos mirar el trabajo artístico de Antorcha sin prejuicios políticos e ideológicos, dicho trabajo no tiene otra razón más que inyectar en el pueblo mexicano el espíritu de unidad, lucha y resistencia.
Como denominador común tenemos un ideal que compartimos cientos de millones de personas, la lucha por la emancipación de todos los pueblos de la tierra. Este Encuentro de Folclor Internacional organizado por Antorcha es un homenaje a todos aquellos pueblos que resisten la embestida imperialista, que le ponen un ejemplo al mundo entero, es un llamado a todos los pueblos a resistir y a luchar unidos y organizados. Además de que cientos de jóvenes humildes contribuirán a un arte liberador alejándose del elitismo promovido desde las altas esferas del poder que lo único que buscan es prostituir toda cultura.
Veremos, pues, cuadros de China y Rusia, las potencias solidarias con una cultura milenaria y de disciplina, veremos la contagiosa alegría de la siempre solidaria Cuba de Fidel, el imponente flamenco que le hizo frente al franquismo, al valiente Dabke palestino que resisten a pesar de la desigual batalla y muchos otros más. La cita es este 24 y 25 de octubre en la página oficial del MAN en punto de las 6:00 pm (Sonora y BCN), 7:00 pm (Sinaloa y BCS), 8:00 pm (Centro). No se lo pueden perder. ¡Enhorabuena!