En la inauguración de la 18 entrega del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), el director mexicano Alejandro González Iñárritu no perdió la oportunidad de mostrar su apoyo al cine mexicano y lanzó una crítica punzante a la actual forma de gobernar por la desaparición de los fideicomisos cinematográficos. “Un país sin cine es un país ciego, no apoyarlo es apoyar la causa de una pobreza económica que nadie quiere. No podemos permitir que haya pobreza cultural, científica, intelectual, espiritual, porque eso es lo que va a prevenir la desigualdad y la pobreza”.
Alejandro González Iñarritu, quien actualmente se encuentra filmando en México, se dio tiempo para inaugurar el FICM con de la versión restaurada de su película Amores Perros, a propósito de su vigésimo aniversario.
En su intervención en la gala presencial del FICM, Alejandro González Iñárritu, tomado una bocanada de aire con la seguridad de la protección del cubrebocas, soltó: “… creo que nadie va a poder estar en contra de apoyar a los que menos tienen. Es importantísimo que los olvidados sean ayudados, apoyados, rescatados y sean los que primero reciban y los primeros en ser considerados. Nadie puede estar en contra de eso. Pero como el guión de Buñuel y Alcoriza, tiene que estar bien ejecutado, por muy bueno que sea un guión si tiene un mal director será una mala película”.
Tomando un nuevo soplo de aire, el director de Babel agregó: “También creo que el concepto de pobreza se tiene que plantear a otras áreas, no únicamente al de la pobreza económica, creo que la pobreza intelectual, la pobreza cultural, la pobreza espiritual son el origen de la pobreza económica”.
Alejandro González Iñárritu, con un nuevo hálito de aire en sus pulmones filtrado por el cubrebocas, reflexionó en voz alta: “El cine es una de las grandes expresiones mundiales, personales, industriales… pero la fuerza que tiene hoy el cine es un gran aliado para poder expresar cosas y reflejarnos. Un país sin cine es un país ciego, no apoyarlo es no apoyar la causa de una pobreza económica que nadie quiere. No podemos permitir que haya pobreza cultural, científica, intelectual, espiritual, porque eso es lo que va a prevenir la desigualdad y la pobreza; hay muchos ricos muy pobres, pobres intelectualmente y culturalmente… no sólo de pan vive el hombre”.
Ingiriendo una nueva vahara el director de Birdman, ejemplificó: “El cine y la literatura ha sido la dieta en esta pandemia, qué haríamos si no hubiese cine o libros. El cine es una fuerza poderosísima no sólo como industria… cuando hicimos Amores perros se hacían siete películas en México, hoy se inscribieron 700 película a este festival. No me gusta hablar del cine como una industria, que lo es y le da de comer a miles de familias en todo el mundo, pero nos da de comer en todos los aspectos. Hay una cantidad de chicos y chicas haciendo cine con una fuerza extraordinaria que jamás soñamos. No podemos desinflar eso, lo hemos hablado públicamente. Manifiesto mi apoyo al cine, que se tenga que corregir lo que se tenga que corregir, no tengo toda la información para saber qué está bien o está mal, pero lo que sí sé, es que hay muy buenos resultados. Las cosas se tienen que corregir pero no destruir”.
Antes de su intervención, Alejandro González Iñárritu se dirigió a los hacedores del FICM: Daniela Michel, Cuauhtémoc Cárdenas Batel y Alejandro Ramírez Magaña: “Esta invitación es muy especial en un momento muy especial en el mundo, se necesita mucho coraje, valor, entereza para poder estar aquí hoy en esta sala”.
El director de El renacido agregó: “agradezco el riesgo de estar aquí en esta sala, finalmente los riesgos se pueden moderar. Les agradezco muchísimo el honor de que Amores perros, a 20 años de haberla hecho, sea honrada abriendo esta edición del FICM tan es especial, único y último de esta forma, espero. Para mí es un placer apoyar, estar aquí porque es un momento importante. Creo que el Festival de Morelia ya no es un festival nacional, no sólo es un festival importantísimo para la cultura cinematográfica mexicana, para los que generan la gramática visual, las historias de nuestro país, sino es un festival mundial. Me consta, grandes directores y productores, están interesados en lo que sucede aquí, es un foco de atención de lo que se puede hacer aquí”.
Alejandro González Iñárritu agradeció a todos los artistas con los que “tuve el privilegio de hacer esta primera película… que nos cambió la vida empezando por mí. A nivel personal, profesional y artístico fue una película coyuntural donde México dejó de ser priísta después de 70 años y entró el PAN, fue una película que nos marcó a muchos.
González Iñárritu terminó lanzando una caricia al escritor y director Guillermo Arriaga: “Me hubiera gustado compartir este espacio con Guillermo Arriaga, con quien inicié esta aventura y con quien hice tres películas más. Me hubiera gustado estar aquí con los actores, sino hubiera pandemia estuviéramos aquí arriba 30 personas tomando tequila, no lo podemos hacer, lo dejaremos para otro día para otro año, pero yo estoy en representación de todos ellos para presentarles la nueva versión de Amores perros”.