Durante el primer año de Jaime Bonilla, Baja California se estableció como el Estado con mayor tasa de homicidios dolosos a nivel nacional, superando a Colima, que ocupaba ese lugar desde 2016.
De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), hasta septiembre, la entidad gobernada por Bonilla -quien hoy cumple su primer año de Gobierno- tenía una tasa de homicidios dolosos de 53.7 por cada 100 mil habitantes, la más alta a nivel nacional.
Le siguen Colima, con una tasa de 51.7; Chihuahua, con 47.8; Guanajuato, con 41; Zacatecas, con 32.6; Sonora, con 31.8; Michoacán, con 29.8; y Morelos, con 29.1 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes.
Aunque cifras de la Guardia Estatal de Seguridad e Investigación (GESI) señalan que en Tijuana disminuyeron las muertes violentas en 11.24% este año, en comparación con el anterior, en otros municipios han ido en aumento.
Tecate, Mexicali y Ensenada incrementaron de manera considerable el número de homicidios dolosos, en 38.89%, 41.82% y 62.84%, respectivamente, con relación al 2019.
En el caso de Ensenada, un puerto turístico de Baja California, se mantiene una tendencia al alza en homicidios desde el 2018, de acuerdo con cifras de la GESI.
El aumento en el delito en municipios de Baja California es atribuido por especialistas a la disputa de cárteles de la droga por el territorio.
De acuerdo con expertos, quienes pidieron no ser identificados por motivos de seguridad, tras la detención de Joaquín «El Chapo» Guzmán, el Cártel de Sinaloa se fragmentó y las extensiones del grupo comenzaron a disputarse el territorio en Baja California.
«A raíz del encarcelamiento de Guzmán Loera se fragmentaron, ya había una fragmentación, pero ahora se hizo más evidente, y básicamente se distribuyeron el Estado: el Cártel de Sinaloa trabaja en Ensenada y parte de Mexicali, están abriendo brecha», indicó una fuente.
«(El cártel de Sinaloa) se extiende hasta el este de Baja California, en Mexicali, en la colindancia con San Luis Río Colorado, Sonora», agregó, «además hay presencia de los Beltrán (Leyva), el Cártel Jalisco Nueva Generación, Cártel de Tijuana Nueva Generación, y una fusión entre ellos».
Además de la fragmentación criminal y la disputa, advirtieron, la entidad enfrenta el problema económico de la frontera norte, que provoca el engrosamiento de las filas criminales.
Sobre el incremento de la violencia, particularmente en Ensenada, el Presidente de la Federación de Cámaras de Comercio en Baja California (Fedcanaco) y ex integrante del Consejo Ciudadano de Seguridad del Estado, Jorge Menchaca Sinencio, lamentó que ahora se tengan más homicidios dolosos per cápita que Tijuana.
«El que nos ponía en semáforo rojo era Tijuana, por la cantidad de homicidios y el trasiego de droga que se movía. Ensenada era muy tranquila, no pasaba nada, últimamente por cantidad per cápita de habitantes, hay muchos más homicidios que en Tijuana», subrayó.
«El Consejo de Seguridad nos refirió que en agosto de este año hubo 697% más homicidios que en ese mes del 2010», agregó.
Menchaca señaló que se esperaba una mejora en la seguridad luego de que un partido ganó los tres niveles de Gobierno, pero hasta la fecha no ha habido un cambio sustancial.
«Como sector empresarial se nos comentó que el Ayuntamiento iba a otorgar un millón de pesos para la manutención de Guardia Nacional que vendría a Ensenada, hace unos días se dio a conocer que nunca llegó la GN, el dinero no sabemos qué pasó», destacó.
«Esperaríamos que hubiera mayor presencia (de la GN), pero nos sorprende la poca cantidad de personas detenidas, pareciera que la coordinación no está funcionando al 100%», expresó.
Poco interés
Para la especialista en temas de seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e investigadora asociada a la Universidad de San Diego, Estados Unidos, Zulia Orozco Reynoso, el mandatario estatal no tiene mucho interés en solucionar la violencia, pues su gestión está por terminar.
«El tema es corrupción y pacificar la ciudad, pero (los Ayuntamientos) ni siquiera tienen las herramientas adecuadas ni el capital», especificó, «en el momento en que Bonilla supo que no se podía reelegir como Gobernador dejó de insistir (en combatir el crimen) y es muy visible».
«No creo que el Gobernador pueda hacer gran cosa ahorita», reconoció, «porque él ya va de salida, su agenda es de salida, ¿qué puede hacer el Estado ahorita? No mucho, están tratando de sobrevivir con lo que hay, pero sí puede al menos tratar de aminorar ciertos delitos».
Orozco Reynoso subrayó que el énfasis del siguiente Gobernador y de los Alcaldes debe ser la construcción de una agenda de responsabilidad compartida en el combate al crimen junto con el gobierno de Estados Unidos.