La calle Camino del Amor, la más olvidada en todo el municipio de Centla, en Tabasco, o eso es lo que dicen sus habitantes: gente dedicada a la siembra y la pesca que resultó afectada por las inundaciones en Tabasco, sin que hasta ahora hayan recibido apoyo alguno.
La decisión del gobierno federal de cerrar las compuertas del río Carrizal para que no se desbordara en Villahermosa, le salió cara a la colonia Caparroso, donde está la calle Camino del Amor, porque ahí se acumuló el agua y arrasó con casas, cultivos y fuentes de empleo.
Los pobladores de esta zona, enojados y tristes, aún no aceptan que el gobierno haya decidido salvar Villahermosa a costa de Centla, Nacajuca y Jalpa.
«Esto fue una mala decisión, [el Presidente] salvó Villahermosa, pero a nosotros nos refundió al agua», se queja Magali Méndez.
«Apoyan a los del centro, a los que tienen dinero, y a los pobres nunca los apoyan», lamenta.
Hace dos semanas el panorama era diferente para los residentes de Caparroso. Desde octubre sufrieron inundaciones, pero el agua iba disminuyendo. Todo cambió a principios de este mes, cuando el desastre creció y no se ve cuándo pueda terminar.
Centla es reconocida a nivel nacional por tener la Reserva de la Biosfera de Pantanos de Centla, un área rica en biodiversidad, pero con el agua por todos lados los ciudadanos temen que las culebras y los cocodrilos aparezcan.
La inundación tiene otro impacto en la población: las personas altas caminan sin problemas, aunque con el cansancio de avanzar entre plantas y contra corriente, mientras que los más pequeños no pueden salir de su casa porque el agua les llega al rostro.
Para salir de Caparroso es necesario tener una lancha y mucha fuerza para remar. Quienes no lo pueden hacer deben pagar 20 pesos a sus vecinos para ir a conseguir comida, agua o medicinas.
Algunos han optado por hacer una cooperación para comprar frijoles y arroz. Eso lo cocinan en las casas donde no salió flotando la estufa. Dormir se ha vuelto casi imposible en el lugar. La gente adaptó sus camas para elevarlas lo más que se pueda y así evitar mojarse, aunque se mantienen alerta por si la inundación sube.
Mujeres, como Jackeline Valencia Ávalos, demandan que la ayuda del gobierno se entregue de manera equitativa y, como todos en el lugar, desaprueba la decisión que se tomó de rescatar Villahermosa a expensas de ellos.
«Es una decisión que el Presidente tomó, pero no se pone a pensar en nosotros, como ciudadanos pedimos que nos apoyen con colchonetas o lo que sea, realmente no hemos recibido nada, que nos den una sola despensa no es justo», dice Jackeline.