Luego de la recuperación registrada en el tercer trimestre de 2020, dio inicio una etapa de moderación en el ritmo de mejoría de la actividad económica, en un entorno complejo y con riesgos como un largo periodo de vacunación contra el Covid-19, posibles obstáculos para la llegada de remesas en los próximos meses, ausencia de apoyo fiscal y ambiente poco favorable para la inversión, observaron los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México.
De acuerdo con la minuta de la reunión de la Junta con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 17 de diciembre, la mayoría de los integrantes señaló que la recuperación económica será gradual y prolongada, lo mismo que las tasas de crecimiento para 2021 y 2022.
En la reunión participaron Alejandro Díaz de León, gobernador del Banco de México; Irene Espinosa, subgobernadora; Gerardo Esquivel, subgobernador; Javier Eduardo Guzmán, subgobernador; Jonathan Heath, subgobernador; Arturo Herrera, secretario de Hacienda, y Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda.
La decisión mayoritaria de política monetaria, en la que intervienen solo los funcionarios del banco central, fue mantener la tasa de interés interbancaria en 4.25%, con los votos de Esquivel y Heath a favor de una reducción a 4%, el primero bajo el argumento de que no se avizoran presiones para la inflación en el corto plazo, mientras que Heath consideró erróneo mantener una pausa en las reducciones de tasa porque no pondera adecuadamente la dimensión de la crisis actual y se pierde la oportunidad de instrumentar una postura monetaria más acomodaticia.
Luego de una extensa argumentación, uno de los participantes señaló que el ciclo de bajas no puede darse por terminado y que es urgente reiniciarlo en cuanto se abran oportunidades, como en el caso de la actual coyuntura, que permitan apoyar a la economía sin poner en riesgo el objetivo prioritario de la estabilidad de precios.
Sobre la evolución esperada de la actividad económica, uno de los participantes en la reunión consideró que el regreso al nivel del primer trimestre de 2019 podría tardar varios años, entre otras razones porque la vacuna no cambia el panorama en el corto plazo, pues se estima que algunos grupos podrían empezar a vacunarse hasta mediados del próximo año, por lo que la afectación económica continuará durante una buena parte del 2021.
Sobre el entorno global, la mayoría destacó el incremento en los casos de Covid-19 en economías avanzadas, que ha reducido los pronósticos de crecimiento para los trimestres más inmediatos, y se destacó que los indicadores de confianza se han deteriorado ante la implementación de nuevas medidas de confinamiento.
La mayoría también resaltó los riesgos para el crecimiento económico global de la evolución de la pandemia y la producción y distribución de vacunas, en especial el aumento de la confianza de los consumidores y el apoyo a la recuperación del inicio de la vacunación en Reino Unido y Estados Unidos, aunque uno señaló que aún no es posible disipar dudas sobre su efectividad, ni descartar potenciales errores en su implementación.
La recuperación ha continuado y ha dado lugar a una mejoría en los pronósticos de crecimiento para 2020 y 2021 respecto de los que prevalecían en junio pasado, destacó uno de los participantes, pero otro consideró que la desaceleración en las economías avanzadas tendrá un efecto negativo en la actividad global, con efectos de más largo plazo.
Los funcionarios se detuvieron en el tema de la reciente iniciativa para modificar la Ley del Banco de México en materia de compra de divisas en efectivo, respecto de lo cual la mayoría señaló como positivo que la Cámara de Diputados decidiera posponer la discusión de la propuesta para analizarla con más amplitud, además de destacar que la importancia de preservar la autonomía del banco central y que, si se decide la modificación legal, no afecte su operación.
“Debe evitarse el riesgo de que el balance del banco central llegara a contaminarse con recursos de procedencia ilícita, ya que esto último pondría en riesgo la disponibilidad de las reservas internacionales y el acceso a fuentes de financiamiento externo, lo que podría propiciar inestabilidad macroeconómica y financiera”, estableció la mayoría de los participantes en la reunión.
Uno de ellos citó los comentarios de una agencia calificadora que señaló que en caso de que se aprobara la propuesta en sus términos actuales afectaría la autonomía del Banco y la estabilidad macroeconómica del país, por lo que la reforma constituye un riesgo para el instituto central y para el sistema financiero del país.
En materia económica, la mayoría señaló que persiste un entorno de incertidumbre y riesgos a la baja para la actividad, si bien algunos alertaron que, ante el incremento en los contagios, podrían reforzarse las medidas de distanciamiento y afectar el ritmo de la recuperación.
Si bien la campaña de vacunación está por comenzar, indicó uno de los participantes, hay incertidumbre en cuanto al proceso de adquisición y distribución, y sobre la eficacia de las vacunas, mientras que otro añadió que una mejoría de la situación sanitaria y la recuperación económica, particularmente de Estados Unidos, son factores clave para la recuperación de la economía del país.
Entre los riesgos que se señalaron está la situación de las finanzas públicas, en especial que el faltante en los ingresos presupuestarios continuó ampliándose por menores ingresos tributarios y petroleros, y añadió que para 2021 se habrán agotado los recursos de los fondos de estabilización, lo que ejercerá mayor presión sobre el gasto programable, además de que el balance fiscal podría deteriorarse si aumentan las presiones al gasto por la prolongación de la pandemia y se recorta la calificación soberana.
Otra preocupación externada en la reunión fue sobre la situación financiera de Pemex, y la posibilidad de que requiera de apoyos adicionales que podrían afectar a las finanzas públicas, y uno de los miembros de la Junta observó que la caída en las ventas de la petrolera ha forzado aumentos en los adeudos con proveedores y una contracción en su inversión, además de que acumula un subejercicio importante que podría repercutir en la producción futura de crudo en un contexto, que ya está en cifras por debajo de lo esperado.
“El costo de la cobertura contra el riesgo de incumplimiento de pagos de Pemex es superior al de otras petroleras con una calificación crediticia similar, lo que refleja la percepción de los mercados sobre los riesgos derivados de la situación financiera de esta empresa”, apuntó.
En materia de empleo, la minuta recoge la opinión de uno de los participantes que detalló que la población no económicamente activa, pero disponible para trabajar aumentó en 3 millones de personas entre marzo y octubre de 2020, mientras que otro recordó que entre febrero y abril la ocupación formal e informal se redujo en 12.5 millones de personas y que entre mayo y octubre aumentó en 9.7 millones.
Algunos destacaron el aumento en la tasa de informalidad, y uno puntualizó que el sector informal del mercado laboral es el único que registra tasas de ocupación similares a los observados antes de la pandemia, mientras que en octubre el nivel del empleo formal era todavía 1.4 millones de personas inferior al de marzo.
La evolución del financiamiento a empresas y consumidores sigue siendo motivo de preocupación, comentó la mayoría, en especial, dijeron algunos, la reducción en el crédito al consumo y a pequeñas y medianas empresas, mientras que uno citó que el crédito al consumo vía tarjetas de crédito registró una contracción anual real de 12.5% en octubre, en tanto que el destinado a las Pymes mostró una caída anual de 6.3% en el mismo mes, si bien su más reciente variación mensual fue ligeramente positiva, después de siete meses consecutivos de reducciones.
Entre los integrantes de la Junta de Gobierno se produjo un debate acerca de si la baja en el crédito otorgado por la banca es resultado de la baja demanda o de la reticencia de los bancos a prestar, y uno opinó que responde a factores de oferta y de demanda, que la captación suele impulsar la oferta de crédito y la confianza empresarial influye sobre la demanda.
Uno de ellos consideró que, para reforzar las políticas públicas que incentiven la oferta y la demanda del crédito, la banca de desarrollo debe intensificar sus esfuerzos, no solo expandiendo el crédito que ofrece sino también otorgando garantías a los deudores, con el objetivo el estimular la inversión y el consumo, especialmente de bienes duraderos.
Con respecto a la estabilidad financiera, otro advirtió que, si bien el sistema bancario mantiene un elevado nivel de capital, la prolongación de la emergencia sanitaria y la lenta recuperación económica podrían deteriorar la capitalización del sistema bancario.
En otro tema, algunos destacaron que hay un entorno poco propicio para la inversión privada, y uno añadió que el panorama de incertidumbre y las perspectivas económicas se han constituido como condiciones que no incentivan la inversión, mientras que otro mencionó la ausencia de apoyos fiscales.
Se resaltó la contracción anual de 16% de la inversión en septiembre, se identificó a ésta como el componente más débil de la demanda agregada y se recordó que la variación anual del consumo privado fue de -11.4% en septiembre y la de las importaciones no petroleras de bienes de consumo de -29.3% en octubre. “Algunos destacaron la previsión de una recuperación lenta del consumo e inversión”, cita la minuta.
Lo positivos en el panorama global
La mayoría señaló que las autoridades fiscales de diversas economías avanzadas anunciaron extensiones en sus programas de apoyo, y en especial se destacó que se ha fortalecido la expectativa de un nuevo paquete de estímulo fiscal en Estados Unidos, y que los mercados financieros globales han mostrado un comportamiento positivo, impulsado principalmente por los avances en el desarrollo de vacunas ante el Covid-19.
La mayoría destacó también el buen desempeño de las bolsas de valores de las principales economías, la depreciación del dólar frente a una canasta amplia de divisas y la menor aversión al riesgo, que algunos índices accionarios se ubican en máximos históricos y que los diferenciales de bonos corporativos también disminuyeron.
“La menor aversión al riesgo tiene implicaciones favorables para los activos menos seguros como los de economías emergentes”, destacó uno de los participantes.
Con información de Aristegui Noticias.