Con las bajas en el empleo formal en diciembre, que el presidente Andrés Manual López Obrador atribuyó a la subcontratación, aumentó 496 mil 846 el número de trabajadores sin acceso a instituciones de salud.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en diciembre, de cara a la segunda oleada de contagios por Covid-19, 61 por ciento de los trabajadores en el país no tenían acceso a servicios de salud, incluso por arriba de quienes se ocupan en la informalidad.
“La emergencia sanitaria no nos trajo problemas nuevos, amplificó muchos de los prexistentes. Antes de la pandemia habíamos señalado que no concordaban el tamaño y dinamismo de la economía de México con la precariedad laboral que se observaba”, explicó María Ayala, investigadora de Acción Global Ciudadana Frente a la Pobreza.
Los datos del Inegi muestran que además de los 277 mil empleos perdidos que el IMSS reportó como bajas en diciembre pasado, en general el mercado laboral en el país reportó un freno a su recuperación.
Ayala explicó que el desempleo total pasó de alrededor de 12 por ciento de la población económicamente activa antes de la pandemia, llegó hasta el punto más alto de 23 por ciento en abril, y los últimos tres meses de 2020 se mantuvo alrededor de 18 por ciento.
“Habíamos visto una recuperación durante los meses de agosto, septiembre, octubre y noviembre. Se habían ganado algunos puestos de trabajo; sin embargo, en diciembre de nuevo tenemos una caída importante”, subrayó.
Si bien en el empleo formal los trabajadores de menor edad fueron quienes resintieron una mayor pérdida de espacios de trabajo dado que 70 por ciento de los empleos perdidos en el primer mes de emergencia, abril, eran de jóvenes al saldo del primer año los mayores aumentos en desempleo son entre la población de 65 años y más.
El Inegi muestra que el desempleo abierto, que agrupa a quienes buscan activamente un trabajo sin conseguirlo, aumentó 23.8 por ciento de abril a diciembre. Es decir, previo a la contingencia sanitaria y ocho meses después de recuperación.
Este desempleo aumentó en todo rango de edad, pero lo hizo 134 por ciento entre la población de 65 años o más y 21 por ciento entre quienes tienen entre 45 y 64 años. Entre los más jóvenes aumentó 14 por ciento entre quienes tienen de 15 a 24 años, y 27 por ciento para quienes se cuentan en un rango de 25 a 44 años.
La investigadora de Acción Global Ciudadana Frente a la Pobreza explicó que los jóvenes han sido los más afectados por el desempleo porque ello implica interrupciones a conocimientos y experiencia laboral, así como brechas en el acceso a seguridad social y contratación estable.
Subrayó que en las mujeres jóvenes la carga es doble, “porque ha aumentado la carga de cuidados, de trabajo en casa y eso históricamente también había sido una barrera para poder acceder a un trabajo digno”.