El director general de la ONU, António Guterres, denunció este jueves la falta de solidaridad en la distribución de vacunas contra la Covid-19 y la explosión de desigualdad que se está produciendo durante la pandemia.
“Aquellos cuyas oportunidades vitales ya eran reducidas por la desigualdad y la injusticia, con base en sus ingresos, raza, género y otras formas de discriminación, son los que más están sufriendo el impacto de la Covid-19”, destacó Guterres al presentar sus prioridades para este año.
Según el diplomático portugués, tras “un 2020 de tragedias”, 2021 debe ser un año de cambio, que dé respuesta a la crisis desatada por el coronavirus, pero también a problemas como una creciente desigualdad y un modelo económico no sostenible que ya venían de atrás.
La prioridad número uno para Naciones Unidas este año es la respuesta a la Covid-19 y, en particular, lograr que las vacunas contra el virus lleguen a todos.
Se trata, según Guterres, de una “gran prueba moral” en la que hasta ahora el mundo está fracasando de forma estrepitosa.
“La ciencia está teniendo éxito, pero la solidaridad está fallando”, subrayó el diplomático, que insistió una vez más en la idea de que las vacunas tienen que ser un “bien público global” y no quedar limitadas a quienes pueden pagárselas.
“Las vacunas están llegando a un puñado de países rápidamente, mientras que otros más pobres no tienen ninguna”, recordó ante representantes de los Estados miembros.
Poco después, en una conferencia de prensa, reiteró el mensaje: “Se han administrado más de 70 millones de dosis. Menos de 20 mil de ellas han sido en el continente africano”.
Guterres apuntó que los gobiernos “tienen la responsabilidad de proteger a sus poblaciones, pero la Covid-19 no puede derrotarse de país en país”.
Refirió que si se deja que el virus siga expandiéndose sin control en los Estados en vías de desarrollo mutará, se hará más resistente y volverá a golpear incluso a los más avanzados.
Según recalcó, el “nacionalismo con las vacunas” que se está viendo no es sólo un “fracaso moral”, sino también económico, pues sin apoyo a los países en desarrollo la crisis costará billones de dólares a la economía mundial, en buena parte a la de las naciones más ricas.
Entre otras cosas, Guterres reclamó más recursos económicos para la plataforma COVAX, la iniciativa que lidera la Organización Mundial de la Salud (OMS) para buscar que las vacunas puedan llegar a todo el mundo.
La segunda prioridad delineada por Guterres fue la de una recuperación económica justa y sostenible tras la pandemia, nuevamente con especial insistencia de solidaridad con los más vulnerables.
Guterres recalcó que la crisis no ha hecho más que ahondar las desigualdades, que han alcanzado “niveles obscenos”, con los más pobres como los más golpeados por el virus, y los más ricos beneficiados por el rumbo de los mercados.
“Si no logramos revertir estas tendencias de desigualdad, estamos sembrando peligrosas semillas de desacuerdo, desunión y división para el futuro”, alertó.