La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) quiere jugar un «mayor papel» para, desde la óptica militar, luchar contra el cambio climático, adaptando las fuerzas armadas y mitigando las emisiones, señaló ayer el secretario general de la organización, Jens Stoltenberg.
Así se lo transmitió al enviado para el Clima del Gobierno de Estados Unidos, John Kerry, en un primer contacto telefónico en el que ambos trataron las «implicaciones de seguridad en el cambio climático».
Después de que el nuevo Gobierno estadounidense puso la acción climática en el centro de agenda, la OTAN señaló que puede «jugar un mayor papel» incorporando la variante climática a sus planes.
De esta forma, Stoltenberg mostró su intención de trabajar de nuevo codo con codo con Kerry, antiguo secretario de Estado que fue nombrado por Joe Biden como su enviado especial para el clima.
Una de las primeras medidas adoptadas por Biden a su llegada a la Casa Blanca fue reincorporar a Estados Unidos al acuerdo de París, un movimiento celebrado por la comunidad internacional, principalmente por la UE, que espera dar un paso adelante en el compromiso climático global con la nueva Administración norteamericana.