Acorde con la formación científica de la autora, el libro que me atrevo a comentar y a recomendar, es un análisis cuidadoso de las políticas mundiales y de la política nacional para proteger, o para exponer, según sea el momento y el caso, a la población de la terrible peste del virus SARS-CoV-2.
Omar Carreón Abud
Pocas veces, o nunca, se les había dado tanto seguimiento a las gestiones internacionales para la compra de alguna mercancía. No hay día en el que los lectores de diarios, los que ven o escuchan los noticieros o siguen los reportes en las redes sociales, no se encuentren con que ya comprometimos, ya compramos, ya vienen, o ya van a llegar las vacunas para inmunizar a la población ante el ataque del peligrosísimo SARS-CoV-2.
El proceso de adquisición de las mentadas vacunas está convertido en una descarada campaña propagandística de manipulación que pretende echar tierra al hecho de que la pandemia ha sido terriblemente mal tratada y la población librada a su suerte, para dar la impresión de que el gobierno de la Cuarta Transformación está muy mortificado por la salud pública.
El México real es otro. El banco suizo UBS señala que hay un gran rezago en el proceso de inmunización en nuestro país. Mientras las economías desarrolladas podrán cubrir al 33 de su población en este año, países como el nuestro, al paso que va el proceso, alcanzarán solamente el 5 por ciento de la población en este 2021 y el 22 por ciento hasta el año que entra. Uno de cada cinco mexicanos estará vacunado a fines de 2022. Esa es la cruda realidad.
Comparto con mis escasos lectores el que considero un muy buen libro para entender la pandemia y la actitud del gobierno morenista. La obra lleva por título “Un daño irreparable. La criminal gestión de la pandemia en México”, la autora es la Dra. Laurie Ann Ximénez-Fyvie y lo publica Editorial Planeta. No tengo espacio para un resumen ni creo que el lector lo necesite, me propongo más bien incluir algunas citas y hacer algunos comentarios alusivos para animar a leerlo y asimilarlo por cuenta propia. Tratará de ser la plática entusiasta de alguien que leyó un libro o vio una película y se la cuenta a un su amigo para que se acerque a ella, sobre todo en este caso que se trata de vidas de mexicanos.
Me llamó la atención, como seguramente se la habrá llamado al lector, que la doctora haya subtitulado su trabajo sin ambages ni subterfugios “la criminal gestión de la pandemia”. Crimen es una falta grave, punible y, en efecto, cuando aparece publicado el libro, a fines del mes de enero, ya se lloran a más de 134 mil 368 personas en todo el país y ¿a cuántas de ellas se pudo haber salvado tomando desde el poder otras decisiones? Creo, con la doctora Ann Ximénez-Fyvie, que a muchas.
“Los resultados que hoy vivimos -dice- son una consecuencia directa de las decisiones que se han tomado para enfrentar el problema”. Tal es el caso de la “inmunidad de rebaño”, concepto que, como bien dice la autora del libro, se puso de moda hasta que nos atacó la pandemia y que consiste, no en controlarla, sino en dejar que crezca hasta que la población desarrolle colectivamente la inmunidad al ataque del virus. Es una terapia brutal. El ejemplo del método lo puso elocuentemente el señor López-Gatell en un discurso memorable el 14 de marzo de 2020 que cita la doctora Ximénez-Fyvie en el que va haciendo cuentas de niños infectados en una escuela de mil criaturas, hasta que llega a la cantidad de 400 infectados, punto en el que el demagogo doctor considera el de la “máxima utilidad de la intervención”.
Me parece muy importante destacar que la doctora insiste en las páginas de su libro en que la política gubernamental en varios países y, en particular, en México, agravó sensiblemente las mortíferas consecuencias de la pandemia. Cito sus palabras que compendian las decisiones de López-Gatell: “Muchas acciones y declaraciones de López-Gatell han llegado a ser incluso perjudiciales para contener los contagios. La lista es larga, pero cuatro han sido especialmente perniciosas: en primer lugar, la continua descalificación de medidas preventivas simples pero efectivas, como el uso de cubrebocas; segundo, la reiterada desinformación al sugerir que los portadores asintomáticos del virus no pueden contagiar a otros; tercero, la insistencia en que la realización de pruebas diagnósticas masivas no tiene utilidad alguna; cuarto, la constante directriz a la población de que los enfermos deben permanecer en casa y no acudir al hospital hasta tener síntomas graves”.
La realidad de la atención médica a la población queda muy bien retratada en el libro. No debe pasarse por alto que los mexicanos ya vivían enfermos desde antes de la 4T y no sólo siguen enfermos, sino que en la pandemia se ha seguido la política de no gastar mucho en equipos, hospitales y personal porque estamos en la austeridad republicana y, como lo señala la doctora Ximénez-Fyvie, se decidió dejar que se murieran en casa; quienes tenemos relación e información de numerosos pueblos y colonias de los más pobres del país, sabemos que esto es absolutamente cierto. Dice al respecto el libro: “Por fortuna, nuestra red hospitalaria pública, hasta diciembre de 2020, no había colapsado, en gran parte porque se rechaza a muchos pacientes. Se les decía que volvieran a sus hogares a monitorearse, a contagiar al resto de sus familiares. En la actualidad, en México, en casos de COVID-19, solo se admite al paciente que ya tiene daño pulmonar severo. Médicamente, y salvo esfuerzos heroicos, ya es muy poco lo que se puede hacer por esa persona, a la que se ingresó demasiado tarde”. Muy cierto y falta tomar en cuenta a los que logran ingresar y resultan muertos.
“Sin embargo -dice la autora- tarde o temprano vendrá la rendición de cuentas. La historia no suele tratar con amabilidad a los científicos que, en pro de un bien común malentendido y faltando a la ética que su profesión demanda, han abusado de su poder y posición, arriesgando o sacrificando la vida de las personas”. En efecto, y la rendición de cuentas deberá comenzar el próximo 6 de junio porque López-Gatell ha sido el operador de un régimen y un partido político que han rechazado en los hechos que el principal problema de México sea la pobreza generalizada y se han aferrado a que la solución a todo es la austeridad y el gasto en trenes turísticos, refinerías nuevas y un aeropuerto “en otro lugar”. México entero sabe que para la pobreza sólo se han dedicado cataplasmas insultantes que dejan todo igual.
En fin, acorde con la formación científica de la autora, el libro que me atrevo a comentar y a recomendar, es un análisis cuidadoso de las políticas mundiales y de la política nacional para proteger, o para exponer, según sea el momento y el caso, a la población de la terrible peste del virus SARS-CoV-2. En las últimas páginas de la obra expresa una idea que con alguna similitud también ha cruzado por mi mente: “Muchos, muchísimos políticos caerán; habrá estructuras gubernamentales y sociales que jamás volverán a ser las mismas, y el sufrimiento humano será extenso y rampante, no solo por la pérdida de vidas humanas a causa de la enfermedad y su consecuente impacto psicosocial, sino también por el profundo efecto negativo que tendrá sobre la economía global, que, sin duda, durará mucho más que la pandemia misma”. Muy de acuerdo con la autora y hago votos y trabajo porque ese “sufrimiento humano extenso y rampante” no se desperdicie en conflictos estériles que nos retornen al pasado abominable, sino que se traduzcan en una nueva realidad, en un país mucho más justo en el que desaparezcan para siempre las riquezas insultantes y la pobreza extrema y la pobreza moderada de millones de mexicanos.