La ansiada “inmunidad global” contra la Covid-19 solo llegará cuando las vacunas estén disponibles en todos los países y sus precios sean asequibles, según advierte un grupo de expertos en un estudio que publica The Lancet.
En consecuencia, el éxito de la estrategia de inmunización pasa por que la farmacéuticas aumenten la producción de vacunas y los gobiernos dispongan de capacidades “operativas y políticas” para asegurar que estas llegan a toda la población y se administran de acuerdo con un calendario específico.
Esas son las principales recomendaciones de siete expertos que evaluaron el potencial de 26 vacunas para lograr una inmunidad de rebaño global, clave para recuperar la economía, proteger vidas y minimizar el riesgo de que aparezcan nuevas variantes más resistentes a los preparados de antígenos actuales.
Aunque se han desarrollado en menos de 12 meses, lo cual supone un “logro extraordinario”, la “cruda realidad” es que el mundo necesita más dosis de la vacuna contra la COVID que de cualquier otra en la historia, expone en un comunicado Olivier Wouters, de la London School of Economics and Political Science y principal autor del estudio.
Más vacunas y más baratas
“A menos que las vacunas se distribuyan de manera equitativa -avisa-, podrían pasar años antes de que se logre controlar el virus a nivel global. Las preguntas ahora son cuándo estarán disponibles y a qué precio”.
Algunos fabricantes, recuerdan, han establecido precios que se sitúan entre los más altos fijados nunca para una vacuna, mientras las tarifas más baratas ofrecidas por “desarrolladores” a un país o bloque oscilan entre los 5 y 62 dólares (de 4 a 51 euros) por tratamiento.
“La gran cantidad de financiación pública destinada al desarrollo de vacunas ofrece oportunidades para que sean asequibles y estén disponibles”, señala el profesor y coautor del artículo Kenneth Shadlen, quien sostiene que las autoridades pueden presionar a las compañías en ese sentido, “como condición para mantener los fondos públicos”.
Gobiernos y ONG, precisan, han aportado “cantidades de dinero sin precedentes” para la investigación y producción de vacunas contra la COVID a “gran escala”, como demuestra que los fabricantes de las “cinco vacunas principales” han recibido entre 957 y 2 mil 100 millones de dólares (entre 790 y mil 735 millones de euros).
Asimismo, la producción de las vacunas se enfrenta ahora al “monumental reto” de satisfacer la demanda global, con el añadido de que “la mayoría de países” no tiene capacidad para fabricarlas dentro de sus fronteras.
Por ello, los autores subrayan que “investigadores y fabricantes” deben “compartir sus conocimientos, tecnología, datos y derechos intelectuales” con otras compañías para “producir más vacunas”, tal y como propone, por ejemplo, una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Si bien la respuesta, de momento, “está siendo limitada”.
La escasez de vacunas se ha visto agravada por el hecho de que los países más ricos han efectuado grandes pedidos por adelantado, lo que impide que los más pobres tenga un “acceso universal y a tiempo” a los tratamientos.
El “nacionalismo de las vacunas”
En este sentido, advierten de que los esfuerzos del Fondo de Acceso Global de las Vacunas de la COVID-19 (COVAX), iniciativa liderada por la OMS para remediar este problema, podrían fracasar por culpa de lo que llaman “nacionalismo de las vacunas”.
“De acuerdo con los contratos publicados, los Gobiernos de países con altos ingresos, que representan el 16 por ciento de la población mundial, se han asegurado, al menos, el 70 por ciento de las dosis disponibles en 2021 de cinco vacunas candidatas líderes”, observa Mark Jit, de la London School of Hygiene & Tropical Medicine.
Los expertos también resaltan que la efectividad de las campañas de inmunización puede verse afectada por el rechazo y recelo que las vacunas despiertan en una parte de la población, según constataron en una encuesta desarrollada en 32 países con unos 27 mil adultos entre los pasados meses de octubre y diciembre.
El 98 por ciento de los encuestados en Vietnam dijeron que se vacunaría “definitiva” o “probablemente” cuando estén disponibles, seguido por el 91 por ciento en India y China, y el 87 por ciento en Dinamarca y Corea de Sur.
Por contra, el 51 por ciento en Paraguay aseguró que “definitiva” o probablemente” no se vacunaría contra la COVID, seguido por el 44 por ciento en Líbano y Francia, el 41 por ciento en Croacia y el 38 por ciento en Serbia.
Con información de EFE