Pérdidas de miles de empleos, aumento en la informalidad y comerciantes al borde del colapso marcan la crisis derivada de la Covid-19 en México, un país en vísperas de cumplir un año con una pandemia que ha dejado millones de damnificados económicos.
La historia de Rodrigo, otrora gasolinero y ahora limpiaparabrisas, es la de muchos mexicanos: el coronavirus se detectó por primera vez en el país el 29 de febrero de 2020, el cierre de actividades no esenciales llegó a finales de marzo y al mes siguente perdió su trabajo.
“Mucha gente por la pandemia quedó desempleada. La verdad, no me imaginaba estar aquí. Me daba pena el qué dirán de mí”, contó este viernes a Efe al pie de un semáforo de la Avenida de los Insurgentes, una de las principales calles de la Ciudad de México.
Rodrigo dejó de tener un empleo formal y pasó a vivir al día. Sale a la calle a trabajar con trapos y cloro después de fracasar en un intento de trabajar con su padre, un fontanero falto de encargos.
Él forma parte de las 12 millones de personas que salieron de la Población Económicamente Activa (PEA) en abril del 2020, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). La informalidad fue creciendo mes a mes.
Los días buenos, Rodrigo se embolsa unos 220 pesos (10.5 dólares), un dinero con el que tiene que pagar la renta, la comida y el internet para que sus dos hijos puedan seguir las clases a distancia.
“El ir al día, como que no. Más que nada por los niños: ellos piden sin saber si tenemos o no tenemos”, lamentó, ya que su mujer solo trabaja tres días a la semana.
El caso de la esposa de Rodrigo es otro reflejo de las consecuencias económicas de la pandemia. Según el Inegi, el porcentaje de gente que trabaja menos horas de las que querría llegó al 15.3% en enero de este año, cerca del doble del índice del año anterior del 7.7%.
La Covid-19 también afecta a la tasa de desempleo formal. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indicó que México perdió el 3.2% de empleos formales en 2020 comparado con 2019. Se reportó una pérdida de 647 mil 710 puestos menos entre un año y otro.
Iván es un joven trabaja formalmente en una tienda de calzado del Centro Histórico de Ciudad de México pese a las circunstancias, algo que no todos sus compañeros pueden decir en vísperas del primer año con el coronavirus en el país.
“A mí no me han despedido. Pero antes de que volviéramos a cerrar (en diciembre de 2020) había varias chicas del equipo que, cuando volvimos (en febrero de 2021), ya no estaban”, comentó.
Recuperación sin avance
De los 12 millones de empleos formales e informales destruidos por la pandemia, cerca de 3 millones siguen sin restituirse, azotados por las diferentes olas de un virus que ha dejado casi 2.1 millones de contagiados y más de 183 mil muertos en el país.
El desempleo ascendió en enero al 4.7% en el país, una cifra muy por encima del 3.8% registrado tras el primer mes de 2020.
México sufrió en 2020 el mayor desplome del Producto Interno Bruto (PIB) desde la Gran Depresión de 1932, con una caída del 8.2% interanual.
Esos números afectaron también a José Alberto, quiosquero en una zona comercial de la capital cuyo negocio “ha ido muy bajo” desde febrero pasado.
José Alberto manifestó su incomodidad por estar “batallando” con la pandemia, pero aseguró tener “varios conocidos peor” que él en el aspecto económico y sin muestras de mejora.
“Las expectativas son seguir luchando a ver qué día nos permite (la Covid-19) volver a la normalidad”, se resignó.
A unos pasos del quiosco, Édgar, otro comerciante callejero, dio la receta que está ayudando a sobrevivir al 55.6 % de trabajadores mexicanos que viven en la informalidad, unos 29 millones de personas: “acoplarse” a las circunstancias de cada momento.
“Cuando llueve son paraguas, pues en la pandemia son cubrebocas“, resumió sobre su estrategia de ventas.
Con información de EFE