México intensificó las detenciones de migrantes desde que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, asumió el cargo, sacando a cientos de personas de los trenes en las últimas semanas según defensores de derechos humanos y datos oficiales.
La represión de los agentes migratorios respaldados por la Guardia Nacional marca una escalada en los esfuerzos de México para controlar la migración en su territorio.
Si bien México ha acogido con satisfacción el compromiso de Biden de abordar las causas de la migración desde Centroamérica, le preocupa que los esfuerzos de la nueva administración para facilitar que las personas soliciten asilo en Estados Unidos estén fomentando los viajes.
Unos mil 200 migrantes centroamericanos, incluidos más de 300 niños, fueron capturados en detenciones entre el 25 de enero y el 16 de febrero a lo largo de rutas de tren en seis estados del sur y centro de México, así como en la capital, dijo el Instituto Nacional de Migración de México (INM).
Más de 800 migrantes también fueron detenidos mientras viajaban hacia el norte en autobuses o remolques en las últimas semanas, según cifras oficiales compiladas por Reuters.
El INM aseguró que la decisión de lanzar los allanamientos de trenes no fue a instancias de Estados Unidos y que no había realizado tales detenciones en los últimos años porque menos migrantes habían usado trenes anteriormente para viajar hacia el norte. Sin embargo, no proporcionó datos comparativos sobre el número total de migrantes atrapados en detenciones en años previos.
Pero Tonatiuh Guillén, jefe del INM hasta 2019, dijo a Reuters que la frecuencia y la escala de las detenciones actuales no tenían precedentes. Guillén precisó que, anteriormente, las detenciones eran ocasionales, pero ahora no dudaba “que se haya vuelto un procedimiento regular”.
La Casa Blanca ha dicho que la administración de Biden no ha discutido con México cómo despliega fuerzas de seguridad en su propio territorio.
Una noche de enero, un tren de carga en dirección al norte se detuvo inesperadamente en la ciudad de Apizaco, en el centro de México.
Decenas de policías, fuerzas de seguridad y agentes de migración bloquearon las vías del tren, según testigos. Los autobuses para transportar a los migrantes capturados estaban estacionados cerca.
Alejandro, un migrante hondureño quien pidió no usar su apellido por temor a represalias, dijo que saltó de la parte superior del tren y se apresuró a refugiarse en la hierba alta. Al caer, se lastimó la pierna y un brazo.
Más de 100 migrantes fueron capturados en la operación, dijo Elías Espinoza, director del refugio para migrantes La Sagrada Familia, cerca de donde ocurrió la detención.
Aquella fue la redada más grande que había visto en ocho años en la zona. Una semana más tarde, le siguió otra operación a cargo de autoridades de migración respaldadas por fuerzas especiales, relató Espinoza.