A pesar de registrar uno de cada tres fallecimientos por coronavirus y una contracción económica del 2.5 del PIB por cada trimestre que pasa en emergencia sanitaria, América Latina en su conjunto no alcanzará la inmunización contra Covid-19 hasta el 2023.
Descoordinación regional, limitantes fiscales que impiden competir en un mercado de vacunas saturado, cuellos de botella logísticos, falta de capacidades tecnológicas y precarios sistemas de salud, son algunos de los componentes que explican la situación en la región.
De acuerdo con Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), la región se está quedando atrás en la vacunación contra SARS-Voc-2, incluso respecto a África.
“Necesitamos más que nunca del multilateralismo para hacer que esta diplomacia de vacunas sea cooperativa y no competitiva, que no se juzguen las vacunas por su origen, sino por su resultado, porque millones de vidas dependen de ello”, señala Rebeca Grynspan, Secretaria General de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).
El llamado tuvo lugar durante un taller de diálogo de alto nivel entre autoridades de América Latina y la Unión Europea (UE) para identificar iniciativas para la financiación y distribución equitativa de las vacunas contra Covid-19.
El evento celebrado en formato virtual, duró dos días y contó con las intervenciones, entre otras, del Alto Representante de la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, del Director de Compromisos con Países del Mecanismo COVAX, Santiago Cornejo, y de la Subsecretaria de la Cancillería de México, Carmen Moreno Toscano, en sustitución del titular Marcelo Ebrard.
Los enfoques más provocadores fueron expuestos por Grynspan, Bárcena, y el profesor Carlos Gadelha, Coordinación de Prospección de la Fundación Oswaldo Cruz (FIOCRUZ), quienes aprovecharon el foro para denunciar el caos que reina en la región, el acaparamiento de vacunas por parte de las naciones más prósperas y la dependencia tecnológica.
Según los datos aportados durante sus intervenciones, el antídoto está llegando a Latinoamérica a cuenta gotas y no acorde a la gravedad de la situación.
La región contabiliza 27.8% de las muertes por Covid-19 en todo el mundo, pero hasta el 16 de marzo había recibido el 7.6% de todas las vacunas distribuidas a nivel planetario. Considerando que son dos por habitante, las 37 millones de dosis han servido para proteger solo el 2.8% de la población.
El acceso a la vacuna ha sido igualmente asimétrico; el 88% de las dosis están concentradas en Chile, Brasil, México y Argentina.
“Nuestra región está actuando bilateralmente y tampoco eso ha ayudado. Tenemos que organizarnos”, insistió Bárcena.
La disponibilidad por la vía de la iniciativa COVAX también ha sido limitada. A través del mecanismo se han repartido 31 millones de dosis en 57 países; de las cuales unas dos millones han sido destinadas a 11 naciones latinoamericanas.
Bajo la fórmula COVAX, Brasil ha recibido un millón de vacunas, mientras que Guatemala 81 mil. Colombia fue el primero en la región en hacerse de dosis bajo este instrumento, llegaron 117 mil para 35 millones de adultos.
El acceso por COVAX es además dispar: 10 países clasifican para recibir dosis gratuitas, 12 tienen acceso a precios subsidiados y 13 deben comparar a precio de mercado.
Las farmacéuticas tienen rienda libre para fijar precios, mientras que a Europa le sale en 2 dólares la vacuna de AstraZeneca, Uganda paga cuatro veces más. Moderna vende a 15 dólares su vacuna en Estados Unidos y al resto del mundo en 30 dólares.
“Hay una concentración en los países más desarrollados, como la Unión Europea, Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Japón. La Unión Europea tiene 20.7% de las vacunas comprometidas a través de contratos bilaterales”, denunció Bárcena.
“Estados Unidos, la UE y el Reino Unido han privilegiado vacunar a su población y luego el mundo, China y Rusia han privilegiado la exportación antes que vacunar a su gente; 76% de las dosis que han arribado a América Latina provienen de China y Rusia, esta es la realidad”.
El desbarajuste regional igualmente ha prevalecido en el tema de aprobación de vacunas. No hay intercambio de información entre las distintas agencias sanitarias para acelerar los procesos internos de aprobación.
Mientras que en la Unión Europea, excluyendo a Hungría, sólo circulan cuatro vacunas aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento, en Latinoamérica la cartera está compuesta por nueve: AstraZeneca, Moderna, Bharat Biotech, Pfizer, Sinovac, Sinopharm, Janssen, Sputnik V y CanSino.
En síntesis, la región avanza a tres velocidades, por lo que sólo cuatro países lograrán la inmunización este año o a principios de 2022, otros siete durante ese año y 22 más hasta 2023.
En nombre de COVAX, Cornejo dijo que en las próximas dos o tres semanas todos los países latinoamericanos habrán recibido vacunas a través de este mecanismo.
Insistió en que pese a la actual batalla geopolítica por acceso al biológico y el limitado financiamiento, a través de esta herramienta se habrá vacunado al 20% de la población de los 92 países más vulnerables para finales de este año.
El evento fue clausurado por Carmen Moreno, en nombre de la presidencia temporal de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
La diplomática utilizó la intervención para reiterar el llamado a evitar el acaparamiento de vacunas, describir a COVAX como un mecanismo importante pero lento y asegurar que la Organización Mundial de la Salud no ha sido suficientemente activa en la pandemia.
Aseguró que a partir de abril, la vacuna de AstraZeneca producida en México comenzará a distribuirse en el sur del hemisferio.