Los países cuyos alumnos tienen un menor nivel escolar son los que, con carácter general, más tiempo tuvieron cerradas las escuelas en 2020 por el Covid-19 al margen de la incidencia de la pandemia, señala la OCDE, que advierte de que eso aumentará las desigualdades.
En un estudio publicado este jueves sobre el impacto de la epidemia en la educación, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) indica que el año pasado Costa Rica y Colombia fueron los países donde los alumnos se quedaron durante un periodo más prolongado sin clases presenciales.
De la treintena de Estados cubiertos por el informe, Costa Rica es el foco rojo con cerca de 180 días de clases perdidos en primaria y secundaria. Le siguen con poco más de 150 Colombia y, por debajo de 120, Eslovaquia, Turquía y Polonia.
Todos ellos quedan muy lejos de los menos de 20 días que se perdieron en Dinamarca y de los poco más de 20 en Alemania y Nueva Zelanda.
La media en los 30 países analizados indica que los alumnos de preescolar estuvieron ausentes 42 días, los de primaria 54, los del primer año de secundaria 63 y los del superior 67.
España presentó resultados mejores que la media, con unos 40 días perdidos en primaria o en el ciclo superior de secundaria. Se quedó en décima posición por detrás, entre otros, de Francia, Bélgica, Holanda, Inglaterra o Irlanda.
Chile también se situó por delante del conjunto de la OCDE, aunque ahí los alumnos superaron el listón de las 60 jornadas sin acudir a los centros escolares.
Los autores del estudio constatan que hubo una fuerte relación entre los países cuyos estudiantes habían obtenido peores resultados en la evaluación de lectura en el ejercicio de PISA de 2018 y el número de días de clase perdidos en 2020 por el cierre ante la epidemia.
En concreto, la nota de PISA explica en un 54 % la variación en el número de jornadas con las escuelas cerradas.
Algo que no ocurre si se relaciona el cierre de los centros escolares con el número de contagios por cada millón de habitantes entre el comienzo de la pandemia y diciembre de 2020.
El diagnóstico de la OCDE de cara a las futuras fracturas a partir de esa constatación es concluyente. “Los cierres no solo han amplificado las desigualdades en las oportunidades de aprendizaje dentro de los países, ya que los menos privilegiados tienen pocas alternativas para compensar las pérdidas, sino que los datos sugieren que la pandemia ha incrementado las desigualdades en las oportunidades de aprendizaje entre los países“.
La organización recuerda que con los cierres de escuelas por el coronavirus han quedado claros “los muchos beneficios que los estudiantes obtienen de aprender en contacto próximo con sus profesores y con sus compañeros, y con acceso a la variedad de servicios que les ofrecen las escuelas”.
Aunque es difícil predecir el efecto futuro, economistas citados en el análisis han estimado que por cada tres meses de aprendizaje perdido, las expectativas de reducción de los ingresos durante toda su vida serían de alrededor del 3%.