Al pueblo, a nuestros hermanos los humildes, hay que hablarles con la verdad de los males y las atrocidades de este gobierno, de la manipulación y la compra de conciencias orientada a las próximas elecciones.
ESTÉNTOR POLÍTICO
Miguel Ángel Casique Olivos
En vista de lo que pasa en el mundo entero, y muy particularmente en nuestro país, la hermandad de los seres humanos debe concentrar su sensibilidad, solidaridad, convicción y capacidad de cambio en observar que su única “salvación” es terrenal y que debe unirse estrechamente para modificar y barrer todo lo que le está generando dolor y tristeza.
Zeferino M. Mares, periodista, poeta, escritor y gran personaje de la Revolución Mexicana, nacido en Aguascalientes, se definió como “un pescador de perlas en el mar del ensueño, como un soñador o como un Quijote”. También decía que la escritura era su catarsis, que ir tras una noticia lo hacía sentir vivo y que daba todo en ambos oficios. “Ser poeta y ser periodista van de la mano”, afirmó alguna vez.
En México, el periodismo no oficialista empieza a ser perseguido y satanizado por denunciar las arbitrariedades e injusticias de un gobierno que llegó al poder con la bandera de la “salvación de los pobres”; pero que detrás de esa careta oculta afanes dictatoriales y el mantenimiento del status quo ante un modelo económico caduco que se perfila hacia la muerte.
Los atropellos en México están a la orden del día, así como las incongruencias y la falta de oficio político para gobernar del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO)quien, a pesar de que México es una de las naciones más empobrecidas de América Latina, actúa con mucha soberbia y con frecuencia incurre en abusos de autoridad, por lo que no habrá necesidad de esperar mucho tiempo para que veamos un estallido social.
Hace unos días, AMLO declaró que en su gobierno jamás habrá montajes como los que ordenó Genaro García Luna durante el gobierno de Felipe Calderón. También atribuyó esta práctica del periodo neoliberal a la estrecha y “hasta delictuosa” asociación entre el poder político y los medios de comunicación, que dejaba “en estado de indefensión al pueblo”, al que “se podía manipular con absoluta libertad” pero que “ya se está viviendo un nuevo tiempo, ya son distintas las relaciones que se dan con los medios, de mucho respeto, se garantizan las libertades, no hay censura, no hay represión, no se persigue a opositores”.
Su nueva ocurrencia busca minimizar la indignación popular contra su gobierno, al que le quedaron muy grandes los zapatos, pues no tiene –ni tendrá– un plan de gobierno para atender a las mayorías empobrecidas; su estrategia de seguridad pública es fallida; la vacunación contra el Covid-19 está mal planificada, es deficiente y muy lenta; el sistema de salud está en bancarrota mientras la población llora a más de 205 mil muertos, más de dos millones de contagiados tratan de sobrevivir sin apoyo oficial y nos acecha una tercera ola de contagios. AMLO sigue hablando del pasado mientras el desempleo ha crecido de modo alarmante debido a la pandemia, provocando que muchas familias mexicanas pasen a engrosar las filas de la pobreza y no tengan los recursos mínimos indispensables para adquirir la canasta básica alimentaria.
Ante este panorama, cobran actualidad los versos de Zeferino M. Mares en A mis hermanos los humildes:
Es muy justo, pueblo hermano, que sacudas el marasmo que te agobia y amedrenta, que ya es tiempo sobrado que te escudas y resistas de los fatuos la tormenta. “Instrúyete y edúcate… y aseguro que tendrás en adelante, pueblo hermano, despejada la noche del futuro y alumbrada la noche de tu arcano.
Hoy, citando a Zeferino M. Mares, debemos decir que es necesario sacudir el yugo de la ignorancia “para poder analizar los actos que se relacionan íntimamente con nuestra vida; y aunque seamos pobres, procurar dejar a nuestros hijos la herencia de la honradez y la lucha del pueblo”.
Al pueblo, a nuestros hermanos los humildes, hay que hablarles con la verdad de los males y las atrocidades de este gobierno, de la manipulación y la compra de conciencias orientada a las próximas elecciones. Es tiempo de luchar contra los malos gobernantes y no volver a cometer el mismo error de 2018. Está en nuestras manos lograrlo y hacia allá debemos dirigirnos: no votar este seis de junio por ningún candidato de Morena. ¡Ya basta de demagogia, ya basta de engañar al pueblo! Por el momento, querido lector, es todo.