El secretario de Estado Antony Blinken hizo una visita no anunciada a Afganistán el jueves para defender ante los líderes afganos y una escéptica población la decisión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de retirar a todas las tropas estadounidenses del país y poner fin a la guerra más larga que ha librado el gobierno de Washington.
Blinken se reunió con el presidente de Afganistán, Ahsraf Ghani, el director general del gobierno, Abdula Abdula, y miembros de la sociedad civil, al día siguiente del anuncio de Biden de que los 2 mil 500 soldados estadounidenses que siguen en Afganistán estarían en casa para el 20 aniversario de los ataques del 11 de septiembre que derivaron en la invasión estadounidense.
La OTAN hizo un anuncio similar de inmediato y señaló que los aproximadamente 7 mil efectivos no estadounidenses desplegados en el país se retirarían en los próximos meses. Eso pondrá fin a la presencia militar extranjera, que ha sido una realidad para una generación de afganos ya marcados por más de 40 años de conflictos.
Blinken intentó asegurar a los líderes afganos que la retirada no suponía una ruptura en su relación bilateral.
“Quería demostrar con mi visita el compromiso continuado de Estados Unidos con la república islámica y el pueblo de Afganistán”, dijo Blinken a Ghani, durante su reunión en el palacio presidencial de Kabul. “La relación está cambiando, pero la relación en sí se mantiene”.
“Respetamos la decisión y estamos ajustando nuestras prioridades”, dijo Ghani a Blinken, expresando su gratitud por los sacrificios de las tropas estadounidenses.
Pese a los miles de millones de dólares en ayudas estadounidenses, 20 años más tarde de la invasión Afganistán tiene una tasa de pobreza del 52%, según el Banco Mundial. Eso supone que más de la mitad de los 36 millones de afganos vive con menos de 1.90 dólares al día. También está considerado como uno de los peores países del mundo para ser una mujer, según el Instituto de Georgetown para la Seguridad y Paz de las Mujeres.
Para muchos afganos, las últimas dos décadas han sido decepcionantes. La corrupción ha dominado a sucesivos gobiernos y poderosos caudillos han acumulado riqueza y milicias bien armadas. Muchos afganos temen que el caos vaya a más cuando se retire Estados Unidos.
El gobierno de Donald Trump llegó a un acuerdo con el Talibán el año pasado, según el cual la retirada estadounidense debía completarse para el 1 de mayo. Aunque Biden va a incumplir ese plazo, lo que ha enojado a los líderes talibanes, sus planes contemplan iniciar la retirada el 1 de mayo. La retirada de la OTAN comenzará el mismo día.
Las conversaciones de paz entre el Talibán y el gobierno afgano están estancadas, aunque se espera que se reanuden este mes en Estambul.