La represión oficial se ha cebado contra el árbitro electoral, cuyo papel en estos dos meses de campaña electoral es importantísimo.
ESTÉNTOR POLÍTICO
Miguel Ángel Casique Olivos
Pareciera como si los mexicanos (y algo de cierto hay) no estuvieran informados de lo que acontece en la vida política del país o no saben cómo se comportan sus gobernantes, pero eso no es absoluto; pareciera, también, que nadie se da cuenta de que el discurso con el que Morena y López Obrador arribaron al poder en 2018 está a muchos años luz de las acciones que realizan ya como gobierno, pero varios millones de mexicanos sí saben que el gobierno actual tiene a México de cabeza y nomás no hay para cuándo pueda volver a un cause de prosperidad o de forma de gobernar, al menos, más responsable y con verdaderas intenciones de atacar los problemas por los que atraviesa nuestra nación.
Hay varios millones de mexicanos, un 50% del país, equivalente a unos 60 millones de personas, que sí sabe y se da cuenta que México está en crisis política y que las instituciones y organismos autónomos que han garantizado la paz, la tranquilidad y el tránsito de gobiernos de diversos colores para gobernar al país, hoy se encuentran seriamente amenazados por el máximo poder del Estado y desde la Presidencia de la República.
Las dos semanas anteriores fuimos testigos de cómo el Presidente mexicano López Obrador y los morenistas Mario Delgado y Félix Salgado, se lanzaron contra el Instituto Nacional Electoral (INE) y lo acusaron de ser enemigo de la 4T y del poder; dijeron a los cuatro vientos, muy a su “folclórico estilo” que merecía ser exterminado; la represión oficial se ha cebado contra el árbitro electoral, cuyo papel en estos dos meses de campaña electoral es importantísimo.
Tras esos ataques diversas expresiones sociales han condenado al mandatario López Obrador y a sus principales operadores que se han lanzado contra el organismo autónomo; que lo han calumniado, denigrado y hasta lo han amenazado con que, desde la Cámara de Diputados, se aprobarán leyes para sancionarlo y desaparecerlo.
El Presidente López Obrador intensificó sus ataques luego de que el Consejo General del INE ratificara su decisión y dejara fuera de la carrera electoral del 6 de junio a Félix Salgado Macedonio. De momento, la candidatura del político guerrerense al gobierno del Estado quedó suspendida por una irregularidad en la presentación de los gastos de precampaña, aunque su postulación ha generado, también, una profunda indignación porque le pesan dos denuncias por violación y otras acusaciones de acoso sexual.
A pesar de que las amenazas subieron de tono, Lorenzo Córdova ha estado muy sereno y siempre ha recordado que se debe “respetar la ley» porque «representa el piso mínimo de funcionamiento de una democracia constitucional”. “A pesar de los tonos encendidos con lo que se ha discutido públicamente en los días recientes, no es un tema político, sino estrictamente jurídico y tiene que ver con la imposición de sanciones a una serie de irregularidades en materia de fiscalización que han sido confirmadas por la máxima autoridad jurisdiccional electoral de nuestro país”, ha asegurado.
Por otro lado, las expresiones de solidaridad hacia el INE se han hecho presentes todos los días; primero, vimos una carta con 2 mil 387 nombres: comunidades políticas, académicas, intelectuales, artísticas y de otros ámbitos, defendieron al INE y exigieron al Presidente acabar con las “expresiones difamatorias que buscan desacreditarlo”. Este martes 20 de abril, en la red social twitter, con cerca de 100 mil tuits condenaron las acciones del Gobierno Federal, de la 4T y de Morena. Con el hashtag #MéxicoDefiendeAlINE, que se mantuvo por más de 5 horas en el 1er lugar de las tendencias, miles de mexicanos reconocieron la labor del organismo autónomo y aseguraron que lo defenderán contra los ataques y amenazas oficiales.
Ya no hay duda de que la operación contra el INE es planeada, tal y como lo es la operación que se está haciendo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para alargar el mandato de Arturo Zaldívar; ambas cosas tienen objetivos claros y precisos para el 2024, año en que se elegirá un nuevo Presidente del país. AMLO quiere controlar al INE y desde el Congreso de la Unión usar todas sus cartas para que vaya teniendo un camino bien allanado; todo indica que desde Palacio Nacional y desde el séquito principal de Morena saben a detalle que las elecciones de este junio ya no le saldrán como lo tenían pensado. Además, se han dado cuenta que si esto sucede en este 2021 electoral, las complicaciones en el 2022 ó 2023 serán más complejas.
La guerra de AMLO y Morena contra el INE es a muerte; y no hay ninguna duda de que es el propio Presidente quien inició estas agresiones “dentro de su política de concentración ilimitada del poder”, valiéndose desde señalamientos de corrupción sin comprobar, la imposición de la austeridad republicana y el bloqueo presupuestal», como atinadamente lo señaló en su mensaje semanal el líder nacional del Movimiento Antorchista, Aquiles Córdova Morán; un líder social que ha podido guiar y dirigir, contra viento y marea, a la Organización que sobrevive dignamente en esta ola dictatorial de un gobierno que está muy lejos de aterrizar su discurso y encauzar a México por el progreso y bienestar sociales.
El mismo líder de ya más de 3 millones de mexicanos, con bastante fuerza política en el Estado de México, Puebla, Oaxaca, San Luis Potosí, Michoacán, Chiapas, Baja California, Hidalgo, Ciudad de México y Veracruz, aseguró que la defensa popular puede y debe frenar cualquier intento por consumar el exterminio de una institución que es clave para la vida democrática del país. “El INE es de los mexicanos; no de Morena ni del Gobierno ni de ningún individuo en particular, por poderoso que sea. Y si el INE es patrimonio del pueblo, es el pueblo el que debe defenderlo contra cualquier intento de destruirlo o anular su independencia”. Hoy la denuncia virtual en redes sociales con el hashtag #MéxicoDefiendeAlINE, va en este sentido. Por el momento, querido lector, es todo.