Los estragos económicos que trajo la crisis de la Covid-19 empujaron a alrededor de 100 millones de personas en el mundo a una situación de pobreza extrema sólo en 2020, de acuerdo con un estudio elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Sin embargo, esta situación podría agudizarse y prolongarse por varios años, conforme a un análisis de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que advierte que en algunas regiones, la pobreza podría aumentar hasta niveles no vistos en 30 años.
De acuerdo con el FMI, la pandemia frenó los avances que había hacia objetivos de desarrollo básicos, debido a que los países en desarrollo de bajo ingreso, hoy deben preocuparse por proteger vidas y los medios de subsistencia inmediatos, por lo que el gasto destinado a más largo plazo en salud, infraestructura y educación están comprometidos y podrían no lograr las metas trazadas.
El Fondo Monetario Internacional agregó que, “hasta hace poco, el desarrollo progresaba de forma constante, aunque desigual, con éxitos medibles en la reducción de la pobreza y la mortalidad infantil. La Covid-19 ha golpeado con fuerza la agenda de desarrollo, infectando a más de 150 millones de personas y acabando con la vida de más de 3 millones”, lo que enfrenta al mundo a una grave recesión que ha revertido las tendencias entre países en desarrollo de bajo ingreso y economías avanzadas.
Aseguró que este revés podría ser mucho mayor si la pandemia provoca secuelas económicas permanentes. Las medidas de confinamiento han desacelerado significativamente la actividad económica, privando de ingresos a las personas e impidiendo que los niños vayan a la escuela.
“Estimamos que el daño duradero al capital humano de una economía y, por tanto, al potencial de crecimiento, podría aumentar las necesidades de financiamiento del desarrollo en 1.7% adicional del PIB mundial al año”, señaló el FMI en su estudio sobre la pobreza.