Otros factores que podrían incidir en el repunte de los índices delincuenciales son las consecuencias de la crisis económica asociada a la pandemia
Por: Martín Morales Silva
Especialistas en seguridad pública afirman que la reducción del 27 por ciento en la comisión de delitos en la Ciudad de México (CDMX) a febrero de 2021 se debió al confinamiento ciudadano generado por la pandemia de Covid-19 y que, por la misma razón, es muy probable su repunte cuando la movilidad se normalice al 100 por ciento.
Otros factores que podrían incidir en el repunte de los índices delincuenciales son las consecuencias de la crisis económica asociada a la pandemia, la cual ha causado el cierre de centros de trabajo, el despido de muchas personas y una posible ola de violencia relacionada con las elecciones del seis de junio, según el Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia A. C. (Casede).
El especialista en seguridad pública Francisco Rivas, director general del Observatorio Nacional Ciudadano, explicó a buzos que el análisis econométrico de las crisis económicas anteriores reveló una relación directa entre la negativa situación económica y el incremento de los delitos, sobre todo los diferentes tipos de robo.
“Aquí, lo que vemos es que en la medida en que hay una crisis económica, aumentan los delitos comunes, no la violencia, aumentan los robos, en todo caso, las extorsiones, que han crecido en los últimos años… La realidad es que sí está previsto que la crisis económica tenga un efecto negativo en maximizar los problemas que tenemos ya en incidencia delictiva. Hoy, al no haber regresado el 100 por ciento de las personas a trabajar físicamente en las oficinas, los desplazamientos siguen acotados, hay muchas personas que siguen trabajando desde casa y que no han regresado a su vida normal.
“Evidentemente, esto favorece que no haya asaltos en la calle, pero cuando haya más personas en las calles vamos a regresar a los niveles que teníamos antes de la pandemia, con el agregado de la crisis económica”, explicó el director del Observatorio Nacional Ciudadano.
El Casede difundió, en febrero de 2021, el reporte anual del equipo especializado Dataint, titulado Riesgos para la Seguridad en México 2020-2021, en el que también alerta sobre un posible repunte en los índices delincuenciales, una vez que se normalice la vida en áreas urbanas del país, incluida la capital de la República.
El citado análisis argumenta: “(…) Es muy probable que la criminalidad común –como los robos– permanezca en niveles bajos el primer semestre de 2021. No obstante, el deterioro de la economía podría eventualmente generar un repunte. Durante los comicios electorales de 2021 existe el riesgo de incremento de la violencia. Hasta el momento, se reportan 22 asesinatos relacionados con el proceso (…)”.
Es previsible que en el primer semestre de 2021 “(…) los indicadores delictivos continúen por debajo de los niveles pre-pandemia, pues regiones como el Valle de México han reactivado las medidas de distanciamiento. No obstante, persistirán los riesgos del robo de mercancías, particularmente del sector salud (por ejemplo, vacunas y tanques de oxígeno)”.
Pilar Deziga, investigadora y analista en seguridad pública de la organización civil Causa en Común, indicó a buzos: “Obviamente que en el contexto de la pandemia no existían las condiciones adecuadas para que se cometieran los mismos delitos; sin embargo, aumentaron los casos de violencia doméstica y el narcomenudeo.
“Escuchamos que las autoridades hablan de una reducción en los delitos, pero esto no obedece a una estrategia de seguridad, sino al contexto de la pandemia y del confinamiento que inhibió la comisión de esos delitos (comunes)”.
Otros factores de inseguridad
El informe divulgado por Casede advierte, además, que se agrava la debilidad institucional en el sector de seguridad del país, “debido al frágil control civil sobre las fuerzas armadas, al deterioro de la relación con agencias estadounidenses y a los recortes presupuestales dirigidos a las corporaciones locales”.
Dataint señala otro riesgo en materia de seguridad pública: el debilitamiento de la capacidad presupuestal de las corporaciones policiacas en el nivel local, debido a los recortes realizados por la política de austeridad del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
“(…) Con la desaparición del subsidio Fortaseg, un fondo de cuatro mil millones de pesos del cual dependían las policías de 280 municipios, así como con la reducción de Fortamun, del cual los municipios toman recursos para seguridad, queda claro que la implementación del Nuevo Modelo Policial no es una prioridad para este gobierno (…)”.
El 23 de marzo de 2021, el gobierno de la CDMX reportó la disminución de 27.1 por ciento en los índices delictivos en la capital de la República, al corte de febrero de 2021 y en relación con el mismo periodo de 2020. El delito de robo a transeúntes reportó una baja del 10.5 por ciento; el robo en Metrobús 81.7 por ciento y en el Metro del 59.7 por ciento.
La Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la CMDX reportó que, en el caso de la violencia contra mujeres, entre el 1° de enero y el 1° de febrero de 2021 hubo 173 vinculaciones a proceso; y que el 70 por ciento de los casos ameritaron prisión preventiva.
En el primer trimestre de 2021, de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), el delito de feminicidio destacó, principalmente, en dos alcaldías de la CDMX: Miguel Hidalgo, con cuatro y Gustavo A. Madero, con cinco, localidades ubicadas entre las entidades con la mayor incidencia en feminicidios en México.
En entrevista por buzos, coincidiendo con el Observatorio Nacional Ciudadano, la agrupación Causa en Común precisó que la violencia intrafamiliar tiene un repunte muy alto a causa del confinamiento domiciliario propiciado por la pandemia, contrario a la disminución de los delitos comunes.
Pilar Deziga sostuvo a este semanario: “A nivel nacional, y de esto también forma parte la CDMX porque mostró la misma tendencia observada en el país, existió una reducción en varios delitos de alto impacto (que afectan más a la población), pero se mantuvo un incremento en los delitos de violencia doméstica, violencia familiar y de narcomenudeo”.
La especialista explicó el incremento sustancial de las llamadas domésticas de auxilio al 911. “Esto también fue un resultado del confinamiento, los temas de violencia intrafamiliar se convirtieron en un problema grave”, enfatizó, e informó que, de enero a marzo de este año, las alcaldías que registraron la mayor cantidad de casos de violencia familiar fueron Iztapalapa, con mil 382 y Gustavo A. Madero, con mil 72.
Francisco Rivas, director general del Observatorio Nacional Ciudadano, explicó a este semanario que si se comparan los datos sobre delincuencia en la CDMX durante los primeros meses de 2021, con el mismo periodo de 2020, se observa una disminución general en los delitos, aunque aumentaron los casos de violencia intrafamiliar.
“Los delitos que suben están relacionados con la violencia familiar y la violencia de género, lo que no incluye el feminicidio; aumentó la trata de personas y las violaciones de una manera sustancial. Y tenemos un aumento del homicidio culposo, que es aquél que no tiene una relación con la intencionalidad, es decir, es aquél que está asociado a errores e impericia, los accidentes. Lo que sorprende es que la mayor parte de los homicidios culposos ocurrieron en accidentes de tránsito, pero sin registrarse un aumento en el número de accidentes, y no nos explican cuál es el motivo de ese aumento, esto se debe clarificar”, abundó el experto.
La reducción en la CDMX
Los especialistas reportan que la disminución de delitos comunes como el robo a transeúntes y a pasajeros en el transporte, se debe a la permanencia ciudadana domiciliaria y la baja movilidad social, derivadas del confinamiento sanitario, no al efecto positivo de una política de seguridad pública gubernamental.
El Observatorio Nacional Ciudadano señala que la disminución de delitos tiene una explicación sencilla: si la mayoría de los ciudadanos se mantienen en sus casas, es más difícil que sean asaltados; por lo que, incluso, los delincuentes deben recurrir al uso de la tecnología de comunicación para cumplir sus propósitos delictivos; por ello se incrementó la ejecución de delitos de extorsión y el fraude por medios electrónicos, explicó Francisco Rivas.
Los resultados de la Encuesta de Victimización y Percepción de Seguridad, presentados el 24 de marzo por el Observatorio Nacional Ciudadano, en las alcaldías de la CDMX concluyen que hubo una baja general de delitos porque las personas están en casa, mientras la delincuencia buscó adaptarse a las circunstancias.
El informe precisa que el 87.7 por ciento de las extorsiones se efectuó vía telefónica y solo el 4.8 por ciento se realizó en la vía pública. El 42.4 por ciento de los fraudes se hizo con tarjetas de débito o crédito y el 34.1 por ciento con productos solicitados que jamás fueron entregados a los clientes.
El índice delictivo revela que las alcaldías que presentaron más delitos por cada 100 mil habitantes fueron Iztacalco, Cuajimalpa y Milpa Alta y las de menor impacto fueron Álvaro Obregón, Cuauhtémoc y Xochimilco.
Los especialistas coincidieron en otro factor confluyente en la disminución estadística de la delincuencia en la CDMX: la cifra negra de los delitos cometidos, pero que no son denunciados ante las autoridades. Pilar Deziga puntualizó: “sabemos que, de por sí, en México no se denuncia mucho, hay una alta cifra negra”.
El titular del Observatorio Nacional Ciudadano, Francisco Rivas, aseveró que el fraude es el delito con más cifras negras: el 97.2 por ciento de los casos, en contraste con el robo de vehículos que registró el mayor porcentaje de denuncias, con el 53.8 por ciento.
Rivas explicó que los motivos por los que las personas afectadas no denunciaron los delitos, fueron los siguientes: el 27.2 por ciento consideró una pérdida de tiempo acudir al Ministerio Público; el 14.9 por ciento aseguró desconfiar de las autoridades; el 10.6 por ciento argumentó que se debían hacer trámites largos y difíciles; y el 1.6 por ciento no lo hizo por cuestiones relacionadas con la pandemia.
Percepción social
Según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), concluida por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en marzo de 2021, los sectores sociales de la CDMX mantienen una percepción negativa muy alta y diferenciada de la inseguridad en la capital de la República.
En el primer trimestre de este año, la alcaldía capitalina con la mayor percepción ciudadana de inseguridad pública es Gustavo A. Madero. En la Zona Metropolitana, Ecatepec, Estado de México, así como Guadalajara, Jalisco, Fresnillo, Zacatecas, Uruapan, Michoacán y Cuernavaca, Morelos. En estas localidades, el 66.4 por ciento de las personas con 18 años y más consideró que vivir en su ciudad es inseguro.
El Inegi detalló que “la percepción de inseguridad siguió siendo mayor en el caso de las mujeres, con 71 por ciento, mientras que para los hombres fue de 60.9 por ciento. Así también, el 66.4 por ciento de los encuestados mayores a 18 años, declaró sentirse inseguro al vivir en su ciudad”.
Además, en el citado informe se indica que a marzo de 2021 el “35.8 por ciento de la población de 18 años y más, residente en las ciudades de interés, consideró que, en los próximos 12 meses, la situación de la delincuencia en su ciudad seguirá igual de mal, lo que representa un cambio al alza de 1.3 puntos porcentuales respecto a marzo de 2020 y de 2.5 con relación a diciembre de 2020, cuando se registraron el 34.5 y el 33.3 por ciento, respectivamente”.
La ENSU del Inegi describe, en Acerca de la Atestiguación de Conductas Delictivas o Antisociales, que en el primer trimestre de 2021, el porcentaje de la población que expresa haber visto o escuchado conductas delictivas o antisociales, se presentó de la siguiente manera:
Consumo de alcohol en las calles (60.6 por ciento), robos o asaltos (52.7), vandalismo en viviendas o negocios (41.8), disparos frecuentes con armas (38.8), venta o consumo de drogas (38.1), bandas violentas o pandillerismo (26.1), tomas irregulares de luz –diablitos– (15.3) y robo o venta ilegal de gasolina o diésel (huachicol) (3.3 por ciento).
Con respecto al enfrentamiento entre personas, la ENSU reporta que el 29.7 por ciento de la población de 18 años y más tuvo de manera directa, durante el primer trimestre de 2021, algún conflicto o enfrentamiento con familiares, vecinos, compañeros de trabajo o escuela, establecimientos o con autoridades de gobierno.
El informe del Inegi también explica que las tres localidades capitalinas con mayor porcentaje de población de 18 años y más que reportó haber tenido conflictos fueron las alcaldías Miguel Hidalgo (50 por ciento), Benito Juárez (49.1) y Coyoacán, (48).
Se puntualiza que de la población de 18 años y más que reconoció haber sostenido conflictos de manera directa por causa de incivilidad en su entorno, el 73.4 por ciento aseguró que aquéllos se produjeron con vecinos; y el 28.1 por ciento fue con desconocidos en la vía pública.
La ENSU del Inegi revela también que, de la población de 18 años y más que reconoció haber protagonizado conflictos de manera directa, por causa de incivilidad en su entorno, en el caso de las mujeres las causas principales fueron el ruido, con un 12 por ciento, y basura tirada o quemada por vecinos, con el 9.3 por ciento; mientras que en el caso de los hombres, el ruido fue del 11.2 y el de la basura tirada o quemada, el 8.8 por ciento.
La estrategia en la CDMX
El 13 de enero, Omar García Harfuch, Secretario de Seguridad Ciudadana en la CDMX, declaró que la estrategia de acción para 2021 estaba enfocada a atacar los cinco delitos con mayor incidencia: robo a casa habitación con violencia, asalto a pasajero o conductor con violencia, homicidio doloso, robo de vehículo con violencia y sustracción de vehículo sin violencia.
Garcia Harfuch explicó que se destacó el robo de vehículo en todas sus modalidades, porque este ilícito se asocia a la mayoría de los delitos que se cometen en la CDMX. La razón es que las unidades, autos y motos, robadas son usadas después para delinquir.
El funcionario explicó también que el robo a pasajero-conductor con violencia es un delito al que se daría especial importancia, porque es el que genera una percepción más negativa a la población sobre la seguridad.