La interrupción de los servicios de salud para las mujeres a causa de la pandemia de covid-19 podría borrar más de 20 años de avances en la reducción de la mortalidad materna y el aumento del acceso a la planificación familiar, advirtió hoy la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne.
«Quiero destacar las devastadoras repercusiones sanitarias, sociales y económicas que este virus ha tenido en las mujeres; se han visto especialmente afectadas por la interrupción de los servicios de salud reproductiva y materna”, dijo durante la sesión informativa semanal de la OPS.
Además, recordó que, de acuerdo con estimaciones de la ONU, hasta 20 millones de mujeres en las Américas verán interrumpido su control de la natalidad durante la pandemia, ya sea porque los servicios no están disponibles o porque las mujeres ya no tendrán los medios para pagar la anticoncepción.
Etienne destacó también que la atención al embarazo y al recién nacido también se ha interrumpido en casi la mitad de los países de las Américas.
Al mismo tiempo, prosiguió, las mujeres embarazadas son más vulnerables a las infecciones respiratorias como el covid-19.
Si enferman, dijo, tienden a desarrollar síntomas más graves, que muchas veces requieren intubación, lo que puede poner en riesgo tanto a la madre como al bebé.
«Datos de 24 países indican que más de 200 mil mujeres embarazadas se han enfermado de covid-19 en las Américas y al menos mil han muerto por complicaciones del virus», aseveró la directora de la OPS.
Y agregó que «si esto continúa, se espera que la pandemia haga desaparecer más de 20 años de avances en la ampliación del acceso de las mujeres a la planificación familiar y en la lucha contra la mortalidad materna en la Región. Casi todas las muertes maternas son evitables e incluso volver a los niveles de mortalidad materna anteriores a la pandemia, que ya eran altos, podría llevar más de una década».
La tasa de mortalidad materna en América Latina y el Caribe se redujo de 96 a 74 muertes maternas por cada 100 mil nacidos vivos entre 2000 y 2017, una reducción global del 23.1 por ciento.
Luego de recordar que el próximo 28 de mayo se celebra el Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer, subrayó: «instamos a los países a hacer precisamente eso: actuar. Podemos empezar por garantizar que las mujeres y las niñas accedan a los servicios de salud que necesitan —como los de salud sexual y reproductiva, y la atención relacionada con el embarazo y el recién nacido— durante la respuesta al covid-19.
Las mujeres, que representan más del 70% del personal sanitario de América Latina y el Caribe, llevan la peor carga de la respuesta al covid-19, afirmó.
Sin embargo, dijo que también sufren un impacto económico mucho mayor. Las mujeres, que ya son más propensas a vivir en la pobreza, también tienen más probabilidades de haber perdido sus empleos al comienzo de la pandemia, sostuvo.
«Debemos recordar que los retos y las desigualdades a las que nos enfrentábamos antes de la covid-19 no han desaparecido durante la pandemia, sino que han empeorado y no pueden pasarse por alto. Por eso debemos hacer de la protección de la vida de las mujeres una prioridad colectiva», remachó.