De acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el desarrollo en América Latina y el Caribe está obstaculizado principalmente por la alta desigualdad y bajo crecimiento. Además, advirtió que el progreso reportado en la región en los últimos años podría desaparecer por la pandemia de Covid-19.
En su Informe Regional de Desarrollo Humano 2021 presentado este martes, el PNUD señala que los problemas sobre los que se soportan la alta desigualdad y bajo crecimiento son “la concentración de poder; la violencia política, criminal y social; y los elementos de diseño de los sistemas de protección social y de los marcos regulatorios de los mercados laborales que introducen distorsiones a la economía”.
Estos elementos tienen a la región como la “segunda más desigual del mundo, y los países que la conforman tienen niveles de desigualdad más altos que los de otras regiones con niveles de desarrollo económico similares”, de acuerdo con el informe.
Las cifras de la desigualdad indican que entre los países de América Latina analizados por el PNUD, Chile, México y Brasil tienen la mayor concentración de ingresos: el 10% con más riqueza alto captó más del 57% de los ingresos nacionales; y el 1% más alto, más de 28%.
Por otro lado, la proporción de la percepción entre los pobladores de la región de que en sus países son gobernados en interés de unos pocos grupos de poder y no por el bien de todos ascendió a 77% en 2020. En Paraguay, el porcentaje alcanzó el 95%, de los más altos en la región; en México llegó a 70%.
El PNUD resaltó que la crisis sanitaria por la Covid-19 y la económica, resultado de las medidas adoptadas para la propagación de la enfermedad, han dejado al descubierto la magnitud de la concentración de poder en manos de unos pocos y los importantes problemas que presentan los sistemas de seguridad social.
En lo que toca a la violencia, América Latina y el Caribe, que representa 9% de la población mundial, concentra 34% del total de muertes violentas en el mundo, se señala en el informe.
“El progreso es posible, aunque sólo se logrará si las políticas adoptadas abordan los desequilibrios de poder subyacentes entre actores para fomentar condiciones en las que los conflictos puedan resolverse mediante mecanismos pacíficos en lugar de violentos”, acota el informe.
Así, el PNUD propone, entre otras políticas públicas para superar la doble trampa de alta desigualdad y bajo crecimiento, que la protección social en los países sea universal, con idéntica fuente de financiamiento para cada programa y la misma calidad, resolviendo las diferencias existentes entre trabajadores formales e informales.
También en este sentido, aumentar los impuestos a quienes más ganan. Para el organismo de la ONU, la aplicación de un impuesto a los más ricos se ve obstaculizada por los vínculos existentes entre la clase política y las élites empresariales; éstas últimas, dice el informe, buscan beneficiarse además con exenciones y subsidios fiscales, que van contra las políticas públicas de gasto redistributivo.
“El informe hace un llamado a los latinoamericanos para que comprendan la conexión entre todos estos factores y destaca un punto de entrada que puede servir para liberarse del bajo crecimiento y alta desigualdad: la implementación de sistemas universales de protección social que sean redistributivos, fiscalmente sostenibles y más favorables al crecimiento”, puntualiza el PNUD.