Nicolás Romero es hogar de más de 460 mil personas, por estar cerca de la Ciudad de México se le considera un municipio dormitorio, sin embargo, por ser una ciudad en franco crecimiento, miles de sus habitantes viven sin los servicios básicos en sus comunidades, tal situación abonada a la falta de obra pública municipal y a la crisis económica que se vive en el país causada por el mal manejo de la pandemia a nivel federal, ha ocasionado que la población viva en pobreza y precariedad, indicó el dirigente del Movimiento Antorchista en el noroeste mexiquense, Héctor Javier Álvarez Ortiz.
Por ello, ante la falta de solución a sus problemáticas sociales, miles de vecinos de este municipio han optado por unirse y organizarse con el Movimiento Antorchista, con el propósito de sumar su voluntad individual a un trabajo colectivo, que con su número y fuerza, logren, a través de la gestión, promover la infraestructura social que requieren sus comunidades en beneficio de las familias de menos recursos, explicó el líder social.
Ejemplo innegable -dijo- es lo que hace en la organización en cada una de las colonias de Nicolás Romero, si no se le ve al activista social en cada una de las localidades gestionando el arreglo de las lámparas, se le ve solicitando agua potable, el vactor, pavimentaciones, drenajes, arreglo de las escuelas, aulas, techumbres y áreas recreativas, y en múltiples ocasiones llevamos la gestión inclusive para resolver apoyos de salud, a la vivienda, a madres solteras, a estudiantes, a personas de la tercera edad y a personas con capacidades diferentes.
Muestra de lo anterior -refirió- es la gestión que llevó a cabo ante las autoridades locales el compañero activista Jonathan Morales, quien junto con una comisión representativa de los vecinos de la colonia 22 de Febrero, consiguieron que semanalmente una pipa que transporta 20 mil litros de agua potable les surta el vital líquido a 18 familias de las calles Duraznos, Guanajuato y prolongación Emiliano Zapata.