Los Juegos Olímpicos se celebrarán en un estricto formato burbuja y bajo medidas sanitarias sin precedentes destinadas a evitar contagios de coronavirus, lo que no ha impedido la aparición de los primeros casos de Covid-19 entre atletas, que ponen en estado de alerta a los organizadores.
Los principales patrocinadores decidieron no asistir a la ceremonia inaugural del próximo viernes y Toshiro Muto, jefe del comité organizador de Tokio 2020 sostuvo que una cancelación de última hora es una opción y se mantendrá vigilancia en las cifras de contagios.
“Hemos acordado que, en función de la situación del coronavirus, volveremos a convocar conversaciones a cinco bandas. En este momento, los casos de coronavirus pueden aumentar o disminuir, así que pensaremos en lo que debemos hacer cuando se produzca la situación”, señaló Muto en rueda de prensa.
El directivo japonés afirmó que no hay manera de predecir lo que ocurrirá con el número de contagios de Covid-19 en la Villa Olímpica, pero mantendrán la discusión en caso de un pico de casos.
Un total de 67 participantes en los Juegos, entre ellos cinco atletas y tres de los cuales residentes en la Villa Olímpica, dieron positivo por Covid-19 en las pruebas del virus a las que se someten desde el 1 de julio todas las personas involucradas en la cita olímpica desde su llegada a Japón.
El listado de restricciones, protocolos de seguridad sanitaria y sanciones por incumplimiento es tan amplio que prácticamente lo único que estará permitido en los Juegos de la capital nipona será competir por las medallas.
Todos los miembros de la familia olímpica estarán aislados en las zonas especialmente asignadas para los Juegos durante su estancia en Japón, de donde no podrán salir en ningún caso, y dentro de la cual serán, además, sometidos a constantes test y a una estrecha vigilancia.
LA BURBUJA OLÍMPICA
Al margen de viajar vacunados en la mayoría de los casos, los atletas, técnicos y representantes de comités y federaciones deberán someterse a dos test PCR antes de partir de sus países y a otro más a su llegada al país asiático.
La organización obliga a todos los participantes a tener instaladas dos aplicaciones en sus teléfonos móviles, que sirven para introducir de forma diaria datos sobre su estado de salud -como temperatura corporal y posibles síntomas de covid-19 y para controlar sus movimientos a través de GPS y Bluetooth.
Con estas medidas se aspira a tener controlados los desplazamientos de los participantes foráneos, así como a poder trazar posibles contactos cercanos en caso de que haya positivos.
A los atletas sólo les está permitido moverse entre la Villa Olímpica u otros alojamientos y las instalaciones de entrenamiento y de competición, y afrontarían sanciones que van desde las multas hasta la descalificación si intentaran salir a dar un paseo, de compras o a comer fuera.
Dentro de la Villa Olímpica también habrá fuertes medidas preventivas que incluyen la recomendación de que los deportistas coman y beban solos o separados por mamparas protectoras, eviten la cercanía o el contacto físico entre ellos y lleven mascarilla en todo momento salvo cuando estén comiendo.
Los atletas serán además sometidos a test de saliva de forma diaria durante los Juegos y, en caso de dar positivo, serían enviados a un centro sanitario específico ubicado en la Villa Olímpica donde se les realizarán pruebas adicionales.
En caso de confirmarse el contagio, se les pondría en cuarentena y si presentaran síntomas moderados o graves se les trasladaría además a uno de los hospitales de Tokio y alrededores designados para acoger a pacientes de covid durante los Juegos.
Con información de EFE