El morenista Lopez Obrador tiene que enfrentar la realidad cuando México se ubica junto a Brasil, Estados Unidos y la India, como uno de los países más afectados por la pandemia de Covid-19.
ESTÉNTOR POLÍTICO
Miguel Ángel Casique Olivos
Desde antes de la llegada de las elecciones del 6 de junio, los meses fueron y siguen siendo muy complicados para el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y esto ha sido así, sobre todo, porque ha tenido que enfrentar los datos duros, las cifras muy altas de muertos y de contagios, que ha dejado la pandemia de Covid-19; pero ahora tiene que lidiar con la tercera ola ya establecida en México y que, de nueva cuenta, agarró a las autoridades mexicanas como al «Tigre de Santa Julia»: con una vacunación que sigue siendo muy lenta, con decisiones irresponsables como regresar a clases presenciales a finales de agosto y no tomar medidas inmediatas en las principales capitales del país; incluso, con declaraciones de que se le va a dar prioridad a la economía.
El morenista Lopez Obrador tiene que enfrentar la realidad cuando México se ubica junto a Brasil, Estados Unidos y la India, como uno de los países más afectados por la pandemia de Covid-19. Hoy las cifras vuelven a ser de alarma al tener ya 238 mil 424 muertos y 2 millones 748 mil 518 (aunque las cifras extraoficiales hablan de al menos 500 mil muertos y ya más de 5 millones de contagios); incluso, se ha hablado que tan solo en 7 días se registraron 89 mil contagios. El nuevo rebrote ocasionó que los casos activos crecieran a 109 mil 279, el número de personas que iniciaron con síntomas en los últimos 14 días según cifras de la propia Secretaría de Salud.
En la última semana, se sabe, que los casos aumentaron en 23 mil 859, sólo en la última semana, y para el domingo 18 de julio se reportaban 85 mil 512; según la información difundida, los estados con mayor número de casos activos, son la Ciudad de México, Jalisco, Estado de México, Nuevo León, Sinaloa, Veracruz, Sinaloa, Quintana Roo y Oaxaca. Según el registro de muertos en lo que va de 2021, también en cifras oficiales, estuvo así: enero fue el mes más alto con 32 mil 729 fallecidos, luego empezó a descender, en febrero 27 mil 179, en marzo 17 mil 495, abril 13 mil 697, mayo 6 mil 661 y para junio la cifra se elevó nuevamente a 9 mil 479 muertos, en lo que va del mes de julio la cifra alcanza ya 5 mil 377 muertos y con altas posibilidades de incrementarse en esta semana para rebasar la cifra del mes de junio.
La tercera ola de Covid-19 nuevamente ha sido mal manejada por parte de las autoridades, desde la Secretaría de Salud y la mismísima Presidencia de México. López Obrador y López-Gatell nuevamente se han comportado con mucha irresponsabilidad para atender la salud de los mexicanos. El número de contagios en los últimos días se ha ido a las nubes y la cifra de muertes va en aumento conforme avanzan las horas y los días. México vuelve a enfrentar los estragos de la crisis de salud, vuelve a ser víctima de la ineptitud de su gobierno cuando éste asegura por todos los medios posibles que no es grave, u opta por seguir alentando a la población a que circule con tranquilidad en centros comerciales o que haga sus actividades normales; además de los nulos e inexistentes llamados a usar las medidas sanitarias más elementales como el uso de cubrebocas o gel antibacterial.
La grave situación no termina ahí, se sabe que en varios municipios del país los gobiernos estatales, por órdenes del gobierno federal, han dejado a la población sin pruebas masivas para detectar los contagios; la amenaza sigue latente y nuevamente la pandemia en México se sale de control, la vacuna no pudo detener la tercera ola y quizá tampoco detenga la cuarta que, a decir de analistas y especialistas, también ya está entrando al país. La vacunación es necesaria, urgente y debe ser más rápida, además, el gobierno federal debería «imponer» nuevas medidas de confinamiento o de restringir los horarios de negocios, oficinas y el movimiento de la población; sólo así habría alguna posibilidad de contener la propagación de las nuevas variantes del virus que, eso sí, son más agresivas y más mortales.
Por otro lado el mismo Presidente y todo su gabinete deberían desterrar de sus políticas, la manipulación y el engaño hacia los mexicanos; y también borrar de sus acciones, anunciar políticas que irritan más a la población y que siguen convirtiendo a nuestro país en una nación más convulsa e inconforme con su gobierno y con sus políticas fallidas. Por ejemplo, en su gira por Veracruz (donde está gobierna Cuitláhuac García, otro morenista pésimo para gobernar), AMLO aseguró que las clases presenciales van a iniciar a finales de agosto «llueve, truene o relampaguee”, además de enfatizar que “ya fue bastante” y que no se pueden mantener las escuelas cerradas por más tiempo.
No hay ninguna duda de que todos los mexicanos quisiéramos, soñamos con que la pandemia, esa pesadilla criminal llamada por Covid-19, termine definitivamente y entre más rápido mejor; no hay ninguna duda de que todos los padres de familia quisieran que sus hijos volvieran a las aulas y a tomar clases presenciales para que la instrucción y educación de los niños y jóvenes continúe; o que la vida de todos se normalice y puedan volver a laborar (si es que encuentran empleo) y conseguir algunos ingresos para comer, vestir o curarse. Nada de eso es ajeno a las familias.
Sin embargo, sí están encontrando de que en caso de regresar a la normalidad, por ejemplo abrir las escuelas en un mes, se haga de manera irresponsable y se ponga en riesgo la vida de los niños, de sus padres y de sus maestros, además de que no están garantizada la infraestructura escolar en las escuelas donde muchas de ellas no tienen agua, luz, se han deteriorado por el abandono de un año y medio; pero además las instalaciones no tienen sistemas de ventilación adecuada, ni tampoco hay garantía de que sean escuela bien sanitizadas y con las medidas para que en cada aula tome clase un número adecuado de alumnos.
Estando así las cosas ningún mexicano debe callarse o aceptar que el gobierno federal se imponga sólo por capricho y porque quiere eludir su responsabilidad de atender a la población con medidas eficaces y correctas para cuidar de la vida de cada ser humano; AMLO y el gobierno respalda su decisión en que países de Europa ya retornaron a clases presenciales, pero se olvida completamente de que en esos países, la vacunación ya rebasó el 50 por ciento de la población y que sus instalaciones sí tienen las condicen necesarias de infraestructura para garantizar la salud de los estudiantes.
En varias escuelas de comunidades y ciudades del país se empieza a ver protestas de inconformidad, en varias escuelas se están colocando cartulinas o pequeñas mantas que aseguran en esas instituciones no habrá regreso a clases hasta que se vacune el 70 por ciento de la población y se garanticen condiciones en las aulas. La informalidad avanza, y se escucha entre los padres de familia, estudiantes y maestros la consigna «Llueve, truene o relampaguee», todos los mexicanos deben detener a AMLO, «porque ya es bastante». Por el momento, querido lector, es todo.