¿Será que la visita de Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el secretario de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas a México es, además de una simple visita para la apertura de la frontera, se trata de una advertencia para el gobierno de México por las faltas que el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha cometido en contra del vecino del norte?
Como nos dejan ver, todo apunta a que las relaciones bilaterales entre ambos países se encuentran fracturadas, por varias razones:
Primero. Las violaciones del T-MEC con la iniciativa de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica para que la CFE se el único monopolio y evitar el trabajo de la iniciativa privada, entre ellas grandes accionistas de la gran potencia norteamericana.
Segundo. La declaración de Marcelo Ebrard sobre la Iniciativa Mérida. El acuerdo bilateral de seguridad por 3 mil millones de dólares financiado por EE.UU., pero que el Canciller declaró que estaba “muerta”, porque para AMLO “no funciona”.
Tercero. El apoyo que el Presidente López Obrador ofreció a Cuba en medio de las protestas que atravesaba la isla denunciando la injerencia de EE.UU.
Cuarto. La reciente denuncia que México interpuso hace una semana en una corte federal en Boston, Massachusetts, contra las mayores empresas fabricantes de armas. Sensacionalista, pero sin visión geopolítica.
No es casualidad que el lunes AMLO y la Vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, hayan tenido una conversación telefónica y al siguiente día viajaran dos personajes importantes para la seguridad de EE.UU. con la intensión de un diálogo de “alto nivel” con miras a pactar una reunión entre AMLO y Biden, tal como lo relató un alto funcionario mexicano a la revista Proceso. Tampoco es casualidad que Mayorkas haya “visitado” el país en junio.
¿Será que el Presidente estadounidense quiere arreglar personalmente las cosas, poniendo en su lugar a su homólogo ante una serie de provocaciones? Provocaciones que obedecen más a la ignorancia geopolítica del presidente López Obrador, de su canciller, mas que a una verdadera estrategia para modificar la relación de dependencia hacia nuestro vecino. Ya veremos.