La tercera ola de Covid-19 llegó a México sin que el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aprendiera la lección que dejó la primera; hospitales saturados, panteones repletos y largas filas de personas esperando en los crematorios un turno para incinerar a sus familiares.
Por: Trinidad González
Hoy, cuando la variante Delta del SARS-COV2 que, en palabras de los expertos, resultó más contagiosa y letal, el Presidente, su Secretario de Salud, Jorge Alcocer y el subsecretario Hugo López-Gatell, se limitan a aplaudir que el porcentaje de contagios y decesos es menor; a utilizar la vacunación como vehículo de propaganda morenista; a ordenar el regreso a clases presenciales, porque éstas son una actividad esencial; y a que los burócratas federales regresen a sus labores cotidianas a partir del primero de agosto.
La pandemia nunca “se domó” como lo presumió varias veces AMLO durante el año pasado; incluso relajó las medidas de restricción en los lugares públicos, la campaña de sana distancia, no brindó apoyo a las empresas pequeñas y medianas y la vacunación en el país ha sido lenta porque resguardó millones de dosis para aplicar hasta poco antes del proceso electoral del seis de junio.
Por si fuera poco, el 26 de julio, mientras se hallaba de gira de trabajo en Veracruz, el Presidente declaró que la tercera ola de Covid-19 es “de menor intensidad y también menos dañina”, y que por ello habría un bajo índice de hospitalizaciones y muertes, insistiendo en minimizar el impacto de la pandemia y provocando que la gente no tomara las precauciones necesarias.
En esa misma conferencia mañanera, realizada en Veracruz, afirmó que el Plan Nacional de Vacunación inmunizó a la población de adultos mayores; sin embargo, los últimos reportes de la Secretaría de Salud (SS) indican que algunos de éstos que ya fueron vacunados son propensos a contagiarse, y también que la tercera ola está afectando más a los jóvenes.
“Esto, al final, nos está resultando porque se protegió a los más vulnerables y ahora cuando mucho llegan al hospital, pero ya estando vacunados tienen menos riesgos de muerte”, afirmó, e insistió en que su estrategia de vacunación es la “adecuada”; pero no mencionó que, independientemente de “menos riesgos de muerte”, representan un foco de contagio. Además, en aquella ocasión invitó a los adultos mayores que aún no se vacunan, a que acudan a los centros para hacerlo, pues afirmó que “si se tiene la vacuna, se tiene protección”.
Tasa de letalidad más alta
En la última semana de julio y la primera de agosto se registró un pico de contagios incluso más alto que los de la primera y segunda ola. El más elevado fue el del 15 de enero, y alcanzó a 21 mil 366 personas. Esta cifra fue rebasada el viernes seis de agosto, cuando los casos positivos fueron 21 mil 563 y los decesos 568. El jueves cinco se llegó a 20 mil 685 contagios y 611 decesos; el sábado siete a 20 mil 18 casos positivos y 515 decesos. Para el Presidente, estas cifras solo son números y ha mantenido sus giras por el interior de la República; el fin de semana anterior estuvo en Baja California Sur, Colima y Chihuahua.
Hasta el pasado siete de agosto, había dos millones 944 mil 226 casos positivos y las defunciones sumaban 244 mil 248. Estas cifras colocaron a México en el cuarto lugar mundial con más muertes por Covid-19, solo debajo de Estados Unidos, Brasil e India, según la consultora Treseach. Hasta la semana anterior, tres de cada 10 mexicanos han resultado positivos, cifras muy altas, pues la tasa de letalidad mundial por Covid-19 es del 2.12 por ciento, y la de México es del 8.27 por ciento, la más elevada, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El virus ha llegado a niños y jóvenes con la tercera ola. El Sistema de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) del Gobierno Federal difundió que, en la primera semana de agosto, 59 mil 127 menores de edad se contagiaron de Covid-19 y 605 murieron. Pero, por ahora, los niños no están contemplados por el gobierno para ser vacunados, pese a la insistencia en el retorno a las aulas el próximo 30 de agosto.
La oficina dependiente de la Secretaría de Gobernación (Segob) afirma que los mayores contagios se produjeron en este año, aunque parte de los datos fueron recabados desde abril de 2020. Los 33 mil 958 menores contagiados tienen entre 12 y 17 años; 14 mil 90 estaban entre seis y 11 años; y 11 mil 79 no superan los cinco. Los niños de la Ciudad de México (CDMX) son los más afectados, pues 15 mil 530 de los contagiados de este sector de la población viven en la capital; le siguen los de Tabasco, con cinco mil 750; Guanajuato, con cinco mil 186; Estado de México (Edomex), cuatro mil 479; y Puebla, con dos mil 42.
A pesar del creciente número de contagios en menores de edad, el Presidente declaró que la inmunización no está contemplada para ellos en el corto plazo dentro del Plan Nacional de Vacunación debido a que no lo recomiendan los especialistas; sin embargo, en otros países ya están vacunando a niños y jóvenes para reducir los contagios.
Un reporte del Sistema de Información de la Red IRAG –de la SS y plataforma tecnológica a cargo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)– reveló que, hasta la primera semana de agosto, 244 de los 904 hospitales habilitados para atender a pacientes Covid-19 en el país, reportaron ocupado un porcentaje considerable de sus camas; que otros 128 tenían ocupado el 70 por ciento “o más” de sus camas con ventilador para pacientes graves por problemas de respiración o baja saturación; y que otros 134 más se hallaban en “rojo” con ocupación al 100 por ciento.
La variante Delta del SARS-COV2 ha incrementado la saturación de hospitales; y la CDMX es la que ocupa el primer lugar, con 758 mil casos positivos; en segundo lugar se halla el Estado de México, con más de 281 mil casos; el tercer lugar lo ocupa Nuevo León, con 137 mil; Guanajuato tiene 136 mil y Jalisco estaba a punto de alcanzar los 100 mil.
En las redes sociales se viralizó el “regaño” del secretario de Salud de Nuevo León, Manuel de la O, emitido en una conferencia de prensa a los neoloneses por no respetar las medidas contra la pandemia:
“Ya me he cansado de decírselos, de mil maneras, por la buena, por favor, por muchas formas y muchas acciones, todo el personal de salud estamos enojados y molestos con ustedes, porque no siguen nuestras indicaciones, y sí llegan a los hospitales exigiendo una cama y pronto, y rápido atiéndame doctor. Hoy la situación es complicada, lo he dicho de mil maneras, es importante cuidarse; hay personas que les vale gorro, que andan en la calle, las fiestas, las reuniones, gente vacacionando, gente saliendo como si no existiera el peligro”.
El acelerado aumento de casos ha llevado a varias entidades del semáforo naranja al rojo. El Edomex es la entidad con más decesos: 38 mil 767. Le siguen la CDMX, con 36 mil 93; y Jalisco, con 13 mil 408, aunque las cifras aumentan en varias entidades federativas.
En la capital de la República, los 25 hospitales de atención urgente están saturados; en ellos son atendidos pacientes que provienen de la Zona Metropolitana. Estos nosocomios dependen de la SS, de los institutos Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), de la Secretaría de Marina (Semar), de la Defensa Nacional (Sedena) y del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM).
Necesario vacunar a menores
Una trabajadora del área administrativa de la Unidad de Medicina Familiar del IMSS 33, de la alcaldía Azcapotzalco, quien solicitó omitir su nombre, reveló a buzos que la primera planta del nosocomio es para atender casos de Covid-19, así como la asignación de médicos y enfermeras. En la primera y segunda ola, operó como hospital de atención general; pero ante el aumento de casos, fue habilitada un área para pacientes con Covid-19.
“Lo más grave es que en esta ocasión están llegando niños. Durante la semana –del dos al ocho de agosto– recibimos 10 casos de pequeños entre seis, ocho y 10 años”, refirió. En el caso de los adultos, al llegar y ser detectados con alguno de los síntomas, se les atiende; y si presentan mayor gravedad, son canalizados a otro espacio habilitado para Covid-19. Advirtió que, a partir de la segunda mitad de julio, comenzaron a reportarse más contagios y que el mayor problema se halla en que las autoridades capitalinas poco están haciendo para prevenirlos.
Sobre el aumento de casos en menores de edad, el doctor Alejandro Macías insistió, en un artículo, en la necesidad de que el Gobierno Federal avance en la inoculación a menores de 18 años, pues “la tercera ola de infecciones en México estará dominada por infecciones en jóvenes (y por las nuevas variantes virales). La vacunación permite que la población de edad avanzada esté protegida, por lo que se incrementarán las hospitalizaciones en edades más tempranas”.
Pero en el nuevo periodo crucial de la pandemia en México, el Presidente desestima el uso del cubrebocas –una de las barreras más importantes para prevenir los contagios–; y se le ha visto en lugares públicos sin usarlo pese a que es obligatorio, como es el caso de los aeropuertos. Varios funcionarios del primer círculo cercano a él tampoco lo utilizan.
Después de las dos primeras olas de Covid-19, los especialistas alertaron al gobierno sobre la gravedad de la pandemia. En más de una ocasión, AMLO desatendió los análisis de médicos, investigadores e instituciones especializadas y omitió advertencias de la OMS cuando ésta recomendó aplicar medidas contundentes para reducir los contagios, como acelerar la vacunación y el uso masivo de cubrebocas. Para el Presidente, el único “especialista” atendible era el Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell.
En un artículo del diario estadounidense The Washington Post, a finales de junio de este año, Julio Frenk, exsecretario de Salud, y Octavio Gómez, investigador del Instituto Nacional de Salud Pública de México (INSP), escribieron: “estamos en una carrera entre las vacunas, las variantes del virus y la vigilancia, cuyo desenlace sigue siendo incierto. El riesgo de un rebrote en México es real y exige la aceleración del ritmo de vacunación y el fortalecimiento de las actividades de vigilancia epidemiológica”.
Insistieron, además, en que la clave para disminuir el riesgo era cubrir con la vacuna a toda la población susceptible, ya que es la medida más útil para el control de la pandemia. Pero nada de esto fue considerado por la administración federal morenista.
La vacunación va lenta. Hasta la primea semana de agosto había sido inoculada menos de la mitad de la población y la SS informó que sumaban 49 millones 994 mil 722 personas. De este número, 26 millones 834 mil 257 personas habían recibido sus dosis completas (dos dosis o una, como es el caso de la vacuna Cansino), y 23 millones 160 mil 465 personas fueron vacunadas con dosis incompletas.
Los investigadores señalaron que el fin de la pandemia “dependerá de la capacidad de los ciudadanos para exigir al gobierno que ponga los frutos de la ciencia al servicio de todos y no de sus propios intereses políticos”. Hoy, con la tercera ola en marcha, ha quedado evidenciada la baja capacidad de respuesta del gobierno de AMLO ante el pueblo de México.