A cinco días de que se reinicien las clases presenciales, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) consideró que México ya no tendría que ser parte de las 19 naciones en el mundo, que continúan en confinamiento escolar porque posee fortalezas que otros países no tienen, como un marco legal garantista, una importante fuerza docente, capacidades institucionales y una infraestructura básica que, si bien no es la más idónea en todos los contextos, haciendo ajustes e invirtiendo recursos donde más se necesita, sí permite contar con escenarios de trabajo seguro en lo inmediato y a mediano plazo.
En un posicionamiento, difundido este miércoles, la agencia de la ONU recomendó que en el regreso a clases presenciales se garanticen los aforos de asistencia recomendados, de acuerdo con la semaforización oficial, proporcionando información fidedigna a las autoridades de los planteles educativos y tomar decisiones focalizadas por entidad, región, zona escolar, nivel educativo, modalidad y tipo de servicio.
Asimismo, para garantizar un retorno a clases seguro, pidió promover de manera intensiva medidas concretas de higiene, saneamiento y seguridad, como el lavado de manos con agua y jabón, el uso de gel desinfectante, el empleo correcto de mascarillas (preferiblemente reusables y de tres capas) y la implementación de estrategias de seguridad para el uso de los baños, entre otras.
Para atraer a la escuela a los hijos e hijas de familias que enfrentan mayores carencias, recomendó eliminar las cuotas escolares, flexibilizar el uso de uniformes, entregar útiles y materiales educativos y de seguridad (cubrebocas); así como ampliar las becas en efectivo a estos grupos y garantizar el abastecimiento de agua, jabón, gel desinfectante y cubrebocas.
También consideró necesario hacer una evaluación periódica de riesgos escolares, que considere la identificación de síntomas en el alumnado y, ante la presencia de señales de contagio, efectuar pruebas que permitan localizar dónde existen los principales riesgos a mitigar.
“El gobierno deberá acelerar e incrementar la preparación del personal educativo y de las familias en materia de educación en situaciones de emergencia, como protocolos de higiene, distanciamiento, ventilación, detección temprana de casos, asistencia socioemocional y actuación frente a los diversos escenarios posibles”, destaca.
Advirtió que si bien se está trabajando en los Consejos Técnicos Escolares sobre estos aspectos, dos semanas de curso serán insuficientes para estar bien preparados ante los retos que se avecinan.
En el mediano plazo, la UNESCO consideró que se deberán diversificar las formas de evaluación y acreditación para que existan múltiples oportunidades para el aprendizaje en el país; además de robustecer al Sistema General de Información de la SEP, de manera que monitoree y proporcione datos clave sobre las afectaciones a la población estudiantil y las dimensiones del sistema educativo que hayan tenido un mayor impacto durante la emergencia y aquellas que pueden ser valiosas en los próximos años, como la relación entre educación y contar con entornos seguros, ventilados, flexibles y adecuados para la enseñanza.