El desempleo afectó principalmente a las mujeres tras el inicio de la pandemia por Covid-19, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a raíz de la emergencia sanitaria 3 millones de mujeres perdieron su empleo en América Latina y el Caribe. A pesar de que en julio de este año se registró un aumento en la ocupación laboral, la informalidad también aumentó, y son las mujeres las principales afectadas en el sector de la informalidad.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) contabilizó en julio de este año 56.4 millones de personas con empleo, lo cual representa un aumento de 6.8 millones de personas en comparación al año anterior. No obstante, la informalidad laboral también incrementó en 1.4 puntos porcentuales frente a julio de 2020.
Las mujeres y la informalidad
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Empleo y Ocupación de julio de 2021, por sexo, hubo 34.4 millones de hombres ocupados y 22 millones de mujeres; esto representa un incremento de 3.1 millones de hombres y de 3.7 millones de mujeres, con respecto a julio de 2020. Con ello, la tasa de desempleo cayó de 5.4%, en julio de 2020, a 4.4%, durante julio de 2021.
Dentro de la población ocupada, la informalidad afectó en mayor medida a las mujeres. Mientras en julio de 2020 la Tasa de Informalidad Laboral (TIL) fue de 55%, en julio de este año, ésta se ubicó en 56.4%. Por sexo, la Tasa de Informalidad Laboral pasó de 55.8%, en el caso de los hombres, a 55.9%, en la comparación anual; mientras que la de las mujeres pasó de 53.5%, en julio de 2020, a 57.2%, en julio de este año.
¿Cómo afecta a las mujeres trabajar en la informalidad?
De acuerdo con información de ONU Mujeres, en América Latina y el Caribelas mujeres representan el 59% del trabajo informal como porcentaje del empleo total. De acuerdo con la organización internacional, en todo el mundo las mujeres tienen una representación desproporcionada en el sector informal.
Al encontrarse en la economía informal, las mujeres carecen de la protección que ofrecen las leyes laborales, además, en el sector informal las mujeres no tienen acceso a prestaciones sociales como pensiones, seguros de salud o subsidios por enfermedad.
«Trabajan a diario por salarios más bajos y en condiciones inseguras, lo que incluye el riesgo de acoso sexual. La falta de protecciones sociales tiene repercusiones a largo plazo para las mujeres. Por ejemplo, en todo el mundo, hay menos mujeres que hombres que reciben pensiones, lo que redunda en un mayor número de mujeres mayores que viven en la pobreza», señala el sitio oficial de ONU Mujeres.