Una nueva caravana migrante salió por la mañana del sábado de Tapachula, Chiapas, con destino a Estados Unidos. La marcha estaba convocada a las 6 de la mañana y estaba prevista una conferencia de prensa para explicar sus motivos, pero durante toda la noche la Guardia Nacional realizó operativos en el centro del municipio y los marchistas decidieron ponerse en ruta.
Se trata de la cuarta caravana que se organiza en la última semana. Las otras tres fueron dispersadas por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y Guardia Nacional, que realizaron operativos para frenar su avance, deteniendo a decenas de personas.
En la caravana que partió hoy participan al menos 300 personas de distintas nacionalidades: haitianos, centroamericanos y venezolanos.
Esta cuarta caravana surge por las mismas razones que las anteriores: el hartazgo de migrantes y solicitantes de asilo varados en Tapachula ante las políticas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador que les impiden avanzar hacia el norte.
Animal Político pudo conversar con uno de sus impulsores, un hondureño que lleva más de seis meses atrapado en la ciudad tras escapar de Honduras para pedir asilo. Explicó que la convocatoria surge por el cansancio de miles de migrantes que quedan atrapados en Tapachula sin poder avanzar. Dijo que el objetivo no es confrontar con la Guardia Nacional sino seguir adelante, y se mostró confiado en poder avanzar a pesar de los antecedentes.
Durante toda la noche se registraron operativos de la Guardia Nacional contra los migrantes que duermen en el parque central de Tapachula. La afluencia de personas es tan grande en el municipio que muchos ni siquiera tienen un cuarto en donde dormir, así que pasan la noche en el centro de la ciudad.
La caravana partió pasadas las 6 de la mañana y está previsto que pasen su primera noche en Huixtla, el siguiente pueblo que se encuentra a 41 kilómetros de distancia. La gran interrogante es saber cuál será la reacción de la Guardia Nacional y del INM, que en la última semana fueron cuestionados por la violencia que emplearon sus funcionarios. No solo hubo agresiones contra migrantes, sino que también los periodistas recibieron golpes y amenazas.
Hasta el momento la estrategia de las autoridades es permitir que los migrantes caminen, dejar que se cansen y luego lanzar los operativos para detenerlos y regresarlos a Tapachula. Aunque muchos de ellos tienen constancia como solicitante de asilo, que debería servir para que no sean deportados, están siendo expulsados a Guatemala.
Animal Político pudo documentar que al menos una de las personas que fue detenida en las caravanas de la semana pasada fue expulsada a la Mesía, una zona fronteriza remota entre Chiapas y Guatemala, ubicada a casi 200 kilómetros de Tapachula.
A pesar las imágenes de violencia de los últimos días, el gobierno de México insiste en su política de detención, encierro y deportación de migrantes. Se trata de la estrategia pactada con el ejecutivo de Estados Unidos, que exige que se frene el flujo de extranjeros en su frontera norte.
Con información de Animal Político