Una fuerte tormenta azotó anoche al municipio de Genaro Codina, lo que provocó que la presa San Aparicio reventara y causara inundaciones en la cabecera municipal y las comunidades Paso de Méndez y Santa Inés.
Antes de las 20 horas de ayer, la corriente desembocó en el río San Pedro, que atraviesa la cabecera municipal, se salió de su cauce y provocó que el agua entrara en viviendas y comercios, además de que arrastró ganado, arrancó árboles de las huertas, destruyó puentes vehiculares y derribó postes de la red eléctrica.
Soldados del Ejército Mexicano, policías estatales y personal de Protección Civil del estado evacuaron de sus hogares a 65 personas, quienes pasaron la noche en un albergue habilitado por el gobierno municipal en la base de la Guardia Nacional.
Otras familias prefirieron pernoctar en sus automóviles y camionetas en zonas altas del pueblo, por temor a contagiarse de Covid 19.
En la cabecera municipal, ubicada a 41 kilómetros de esta ciudad, no hay servicios de agua potable y drenaje, porque el agua arrancó los tubos; tampoco hay electricidad, por los postes caídos. También murieron animales y aún se continúa con el recuento de los daños materiales, informó el presidente municipal, Mario Adrián Reyes Santana, al gobernador David Monreal Ávila, quien la mañana de este viernes visitó las comunidades afectadas.
“Por las intensas lluvias, La presa de San Aparicio se rompió completamente y tiene el cauce directo al río San Pedro, eso fue lo que provocó el desastre”, declaró el alcalde, y detalló que en la comunidad Paso de Méndez la crecida del río destruyó dos casas completas, aunque sus habitantes evacuaron a tiempo.
La baja de agua pluvial también destruyó un puente vehicular en la comunidad de San Inés y dañó parte de la carretera.
El gobernador David Monreal y el presidente municipal recorrieron las calles del centro de la cabecera municipal, que quedaron cubiertas de lodo revuelto con troncos de árboles. Y vieron una capa de manzanas y membrillos, cosecha perdida de las huertas dañadas por el desbordamiento del río.
En comercios, viviendas y la casa pastoral, el nivel del agua subió dos metros, la fuerza de la corriente sacó muebles, refrigeradores e imágenes religiosas, y arrastró dos camionetas que quedaron atascadas entre ramas y piedras, así como ganado muerto.
Los tres principales puentes, que comunican diferentes zonas del pueblo, están averiados, no pueden ser usados por tránsito vehicular ni paso de personas y “son necesarios porque son los que hacen posible el traslado de las personas a sus trabajos”, dijo el alcalde.
Afortunadamente no hay pérdida de vidas humanas, los daños son sólo materiales y “ahorita se está levantando el censo, en conjunto con los servidores de la nación del gobierno de México, para determinar el número de damnificados y el grado de afectación”, abundó.
Soldados del Ejército Mexicano y pobladores comenzaron con los trabajos de desazolve, apoyados con maquinaria proporcionada por el gobierno estatal.
Para atender a los damnificados, el gobierno de Zacatecas desplegó una brigada de médicos y destacó que el DIF estatal garantizará la alimentación a las familias que debieron salir de sus hogares o, en su caso, habrá espacios para las personas que no tengan donde cocinar.
Además, anunció el inicio de la reconstrucción de la infraestructura carretera dañada, especialmente de tres puentes, y la reparación de drenajes, energía eléctrica y otras necesidades apremiantes.
David Monreal anunció el apoyo con créditos con cero tasas de interés para la reactivación de los comercios afectados, a fin de evitar que las familias tengan más pérdidas económicas.
En tanto, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) alertó que la presa El Infiernillo empezó a derramar por su vertedor libre al ser rebasada su capacidad de almacenamiento, y llamó a los pobladores del municipio zacatecano de Cuauhtémoc, así como de Cosío, Aguascalientes, mantenerse atentos ante el riesgo de inundaciones por el incremento del caudal del río San Pedro.