Cuando miles de familias de los municipios de Ecatepec, en el Estado de México (Edomex) y Tula, en Hidalgo, perdieron sus casas y enseres domésticos debido a las inundaciones y demandaron ayuda al Gobierno Federal, la respuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue el anuncio de un censo que identificara a los damnificados para darles un apoyo “directoˮ.
Por: Trinidad González y Carolina Ruvalcaba
A más de una semana de las inundaciones en varias entidades, las únicas acciones de auxilio recibidas por las familias afectadas han provenido de sus vecinos y la sociedad civil mediante labores de limpieza y retiro de escombros. En las colonias más inundadas de Tula continúan las labores para limpiar calles y viviendas por un ejército ciudadano que trabaja sin descansar para retirar el lodo y decenas de toneladas de basura. Fue el siete de septiembre cuando, sin aviso alguno, se desbordaron las aguas de los ríos Tula, Salado y Rosas.
En igual situación se encuentran los vecinos de Ecatepec, debido a que los gobiernos municipal, estatal y Federal han hecho poco para ayudar a los miles de damnificados a retirar los escombros de las 19 colonias afectadas. La Secretaría de Protección Civil estatal ha señalado que hay más de 120 mil personas afectadas. En lugar de empezar por el envío de ayuda, en este municipio se ordenó el levantamiento de un censo.
Como en otros desastres, las únicas instituciones federales que brindan apoyo a los damnificados son el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, además de las expresiones de respaldo popular de los vecinos. En los estados de México e Hidalgo, las primeras acciones de ayuda se promovieron a través de las redes sociales, en las que además se denunció la poca participación de las autoridades locales y federales, y se solicitó la aportación de víveres y todo tipo de provisiones.
Hasta el momento, el Gobierno Federal no ha informado sobre el número aproximado de damnificados por las intensas lluvias que recientemente asolaron los municipios de Hidalgo y Edomex. En la misma situación social y económica se hallan las víctimas de los huracanes Graceen Veracruz y Puebla, y Nora en Guerrero y Oaxaca, estados con costas en el Océano Pacífico.
La falta de apoyo se debe a que el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) fue eliminado por orden del Presidente, con el aval legislativo de las fracciones parlamentarias del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en el Congreso de la Unión. El argumento que ambos adujeron fue que había corrupción, sin que jamás se preocuparan por denunciar penalmente a los supuestos responsables. Hoy, miles de damnificados en una tercera parte de las 32 entidades de la República Mexicana padecen las consecuencias de esa decisión.
Tardía reacción del Gobierno
La vivienda de Luis Marín y sus padres se encuentra en la calle Leandro Valle de la colonia Centro en el municipio de Tula. Su familia y vecinos resultaron afectados por la reacción tardía de los gobiernos Federal y estatal, ya que ni la Comisión Nacional del Agua (Conagua), dependencia encargada de monitorear los cauces de los ríos, ni la Secretaría de Protección Civil, alertaron a la población de que la región podría inundarse.
Esta omisión fue la causante de que el agua invadiera 31 mil viviendas, que 10 mil personas tuvieran que ser evacuadas y llevadas a albergues y que 17 pacientes de Covid-19 perdieran la vida por falta de oxígeno en el hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Tula de Allende.
“No nos quedó nada; ni local. Todo se echó a perder. No nos avisaron. Si nos hubieran avisado hubiéramos rescatado algo”, lamenta Luis Marín. En pocos minutos, el agua le llegó a los tobillos y en menos de 20 subió a la cintura. Esa noche durmió un poco en la azotea de su casa después de que él y sus vecinos más cercanos ayudaran a otros a trepar a los lugares altos para evitar ser arrastrados por las aguas desbordadas del río Tula.
Los vecinos terminaron de limpiar su calle hasta el pasado fin de semana porque los elementos del Ejército llegaron hasta el segundo día; del gobierno de AMLO no han recibido nada y poco ha provenido del gobierno estatal. Las únicas acciones inmediatas de solidaridad fueron de la gente de los alrededores y otros municipios, quienes inmediatamente llevaron víveres, herramientas y se ofrecieron como voluntarios para retirar los escombros.
Entrevistados por buzos, los vecinos afectados declinaron opinar acerca del censo ordenado por AMLO porque no tienen conocimiento de que se esté realizando. La autoridad local les indicó que debían registrarse en la página de la Secretaría de Bienestar (SB); y aunque Luis ya cumplió con este requisito, desconoce qué ocurrirá.
“Ahora más que nunca necesitamos el apoyo; pero nada, no hemos recibido nada. Todo se lo llevó el agua; todas las cosas de la casa. De un local de mariscos que tenía poco tiempo de abrir, los refrigeradores quedaron inservibles”, reveló. En una primera estimación, calculó que había perdido entre 120 y 130 mil pesos. Su padre también lo perdió todo y en conjunto perdieron entre 200 y 250 mil pesos.
Demagogia mañanera
En su conferencia matutina del ocho de septiembre, AMLO afirmó que “se está actuando, apoyando, desde los primeros momentos se está actuando, el Gobierno Federal, en el caso de Tula, el gobierno de Hidalgo, los municipales, todo”.
Pero una semana después, a los damnificados no había llegado el censo ni la mínima promesa concreta de apoyo federal. Por ello, el Presidente ha optado más por la conocida solidaridad de los connacionales que a su propio gobierno; y en esa misma oportunidad, aseguró que los mexicanos “somos mucha pieza, hay veces que se tienen que padecer momentos difíciles, los mexicanos nunca perdemos la fe”.
Como en otros desastres naturales, el Ejército activó el Plan DN-III en Tula y Ecatepec, pero a diferencia de otros sexenios, la institución castrense ahora no dispone de los recursos suficientes para ayudar inmediatamente en las labores de rescate. Debido a la falta de presupuesto no puede operar con la misma rapidez y sus reacciones fueron tardías en las dos entidades.
Laura Velázquez, coordinadora de Protección Civil del Gobierno Federal, aclaró en un informe que leyó en la conferencia matutina del nueve de septiembre, que trabajan en coordinación con los gobiernos estatales, la Secretaría de Marina, la Guardia Nacional y otras dependencias. Alabó al Presidente cuando declaró que, por sus instrucciones, se había iniciado el censo para identificar a los afectados del huracán Grace, pero no los recientes de Hidalgo y Edomex.
Y con el fin de endulzar el oído a su jefe, advirtió: “como bien lo ha mencionado el señor Presidente, estamos comprometidos, no necesitamos de ningún Fonden; no necesitamos de ningún fideicomiso; tenemos la convicción y el compromiso, somos gente íntegra que vamos a salvar vidas”. Incluso fue más allá cuando refirió que las cosas materiales no importaban, que el Gobierno Federal se iba a encargar de ellas.
Al discurso demagógico se sumó Javier May, titular de la SB, quien señaló que se habían censado 101 mil 983 viviendas de 149 municipios de los estados de Veracruz, Puebla e Hidalgo. Pero reportes locales afirman que, hasta el momento, esos damnificados carecen de ayuda federal.
En Ecatepec, el mayor problema
El seis de septiembre, una torrencial lluvia afectó a más de 150 mil hogares de 100 colonias de Ecatepec; entre las víctimas mortales se encuentra una joven de 17 años y un adulto mayor de 73. Las precipitaciones anegaron las avenidas principales y desbordaron la Laguna de Chiconautla, ubicada a un costado de la carretera México-Pachuca, con dirección a Tecámac. Incluso fue suspendido el servicio del sistema de transporte de la Línea 1 del Mexibús, desde la terminal Ojo de Agua hasta la estación Central de Abastos.
Previamente –el cinco de julio–, 450 inmuebles de Atizapán, Zumpango, Naucalpan, Cuautitlán Izcalli y Tlalnepantla, fueron afectados por las lluvias que inundaron 431 viviendas, 15 negocios, nueve vehículos y el hospital Salvador González Herrejón. El 29 de agosto, las calles de la colonia Caracoles, en Tlalnepantla, se convirtieron en ríos y arrasaron los puestos de un mercado sobre ruedas.
Desde el 29 de junio, unas 80 viviendas de las colonias Rinconada de la Laguna, Santa María I y II, además de Santa Cecilia de Zumpango, habían quedado inundadas hasta con 90 centímetros de altura debido a que los antiguos canales de irrigación y los riachuelos comenzaron a desbordarse una semana antes. Luego sucedió lo mismo al arroyo de Coacalco, a la altura de Aguales, Granjas y Villa de las Manzanas. En algunas áreas, el agua llegó a metro y medio de altura y formó fuertes corrientes sobre las calles.
Las inundaciones “son el pan de cada año en Ecatepec de Morelos. Los habitantes temblamos cada que comienza a llover, pues estamos conscientes de que carecemos de buenos sistemas de drenaje y sabemos que la infraestructura sanitaria colapsará de un momento a otro”, lamentó en entrevista la líder social Camelia Domínguez Isidoro, quien solicitó al Gobierno Federal que declare zona de desastre a este municipio mexiquense, ya que 150 mil habitantes sufren la inundación de sus casas y calles con aguas negras que suben hasta un metro de alto.
Domínguez recordó que Ecatepec de Morelos se divide en cinco distritos electorales y que los más afectados por las lluvias son el 10 y el 42, que incluyen las colonias Ciudad Azteca, Polígono 2 y 3, La Florida, San Andrés de la Cañada, San Pedro Xalostoc, Jardines de Morelos y Laguna de Chiconautla; esta última se formó hace 20 años, pero todavía carece de servicios básicos como agua potable, drenaje y pavimentación.
“La falta de prevención y la negligencia de la autoridad municipal, encabezada por el presidente Fernando Vilchis Contreras, es la causante de las inundaciones en el municipio y, por tanto, del sufrimiento de miles de familias. En Ciudad Cuauhtémoc hay cuatro cárcamos cuya función es desalojar el agua de lluvias; pero resulta que ahí solo funcionó uno, debido a que el gobierno morenista no invirtió en la reparación y el mantenimiento de los otros tres.
“El gobierno de Fernando Vilchis no se cansa de decir que primero atenderá a los pobres; sin embargo, es a ellos, a los más humildes y vulnerables, a quienes tiene sin servicios urbanos básicos, sin agua potable y sin drenaje, y a quienes les niega la maquinaria para limpiar fosas sépticas. Son ellos, los más necesitados, quienes sufren las consecuencias de que no se desazolven las coladeras ni se le dé mantenimiento a cárcamos que pudieran ayudar a desalojar las aguas de lluvia. Son ellos quienes, hasta el momento, no tienen certidumbre de dónde pasarán las noches, incluida una mujer que dio a luz y mantiene a su bebé en condiciones infrahumanas dentro de su hogar; son ellos los que, en estas lluvias, perdieron su modesto patrimonio”, puntualizó.
Además de exigir la presencia de camiones váctor en las colonias para desalojar el agua de las casas, desazolvar drenes y avenidas inundadas con aguas negras, la luchadora social demandó que en la Laguna de Chiconautla se construya un colector semiprofundo que acopie el agua pluvial y la oriente hacia los 30 mil vecinos de esta colonia, Jardines de Morelos y Las Américas.
“No estamos pidiendo obras sin sentido. Por el contrario, se trata de un proyecto que resolvería el problema de las inundaciones. Para ello, el Movimiento Antorchista y el pueblo organizado logramos hace cuatro años que se etiquetaran 90 millones de pesos para la obra. Cierto, se requieren 310 millones más para su ejecución, pero el Gobierno Federal morenista ha hecho oídos sordos a la necesidad de los ecatepequenses”, denunció.
El Movimiento Antorchista habilitó centros de acopio en Ecatepec, donde los pobladores donan alimentos, agua, productos de limpieza personal y doméstica, papel higiénico, cobijas y ropa. Incluso algunas mueblerías se han solidarizado con la entrega de bases para camas y colchones. Todos estos enseres se distribuyen entre la población más afectada.
Los damnificados, tanto de Ecatepec como de Chalco, han organizado movilizaciones populares para exigir a los gobiernos municipal, estatal y Federal que destinen recursos de emergencia para resolver las necesidades vitales de los damnificados.
“Algunas colonias de Ecatepec siguen bajo el agua; el nivel ha disminuido solo cinco centímetros; y en Chalco continúa la limpieza de los hogares. Pero será muy difícil superar esta situación sin la ayuda de las autoridades correspondientes. Por ello acudimos también al Congreso local para pedir la intervención y el auxilio para ambos municipios”, comentó Camelia.Las inundaciones también pusieron a Chalco “en el ojo del huracán” mediático nacional. Por ello, Dalila Rodríguez, líder social en aquel municipio, comentó que con un par de váctores, el Grupo Tláhuac inició los trabajos de desalojo de agua. Sin embargo, ese equipo dejó inconclusas sus labores porque se desplazó a Ecatepec y Tula de Allende, sin importar que el agua siguiera invadiendo los hogares chalquenses.