El confinamiento por Covid-19 ha provocado un alarmante aumento de los feminicidios en varios estados de la República Mexicana, entre ellos San Luis Potosí (SLP), que tiene seis municipios con alerta de género, incluida su capital, que ocupa el lugar 13 de las 100 ciudades con mayor incidencia en este delito.
La noche del 31 de mayo de 2020, una mujer fue asesinada a golpes en su vivienda, en la calle Independencia de la colonia Terremoto, al norte de la capital potosina, en los límites con el municipio de Soledad de Graciano Sánchez. Se sospecha que el asesino fue su pareja sentimental.
El cuatro de junio, el cuerpo de una mujer fue hallado cuando flotaba en el río Amajac, en Tamazunchale, y pocos días después fue detenido Diego Armando N., con quien sostenía relaciones sentimentales. El 11 de septiembre, otra mujer de 31 años fue asesinada a balazos al interior de una vivienda en la calle Protección a la Infancia, en la colonia Revolución, de San Luis-capital.
El 17 de septiembre de 2020, cerca del camino local que une a las comunidades Potrero del Rincón y Agua Nueva, de Matehuala, fue encontrado, semienterrado y decapitado, el cuerpo de una mujer. El ocho de marzo de 2021 una joven fue hallada sin vida y con huellas de estrangulamiento en el interior de una cocina económica ubicada en el centro Tamuín; fue detenida su expareja sentimental como presunto responsable.
El 18 de junio de 2021, las autoridades fueron informadas de la localización de una mujer muerta en el baño de un inmueble de la calle Adolfo López Mateos, colonia Vista Hermosa de Ciudad Valles. La víctima de 21 años tenía heridas causadas por arma de fuego.
De los seis municipios potosinos con alerta de violencia de género, San Luis-capital se situó en el lugar 13 de los 100 municipios de la República Mexicana con más asesinatos de este tipo. La Alerta contra la Violencia de Género (AVG) fue declarada el 21 de junio de 2017 en Ciudad Valles, Matehuala, SLP-capital, Soledad de Graciano Sánchez, Tamazunchale y Tamuín.
La Consejería Jurídica del Estado convocó a instituciones con enfoque de género de los tres poderes para integrar una mesa de trabajo destinada a analizar el problema y definir propuestas abocadas a defender los derechos humanos de las mujeres y las niñas de la entidad. Sin embargo, la situación ha empeorado en vez de mejorar.
La AVG se declaró en la entidad porque, desde diciembre de 2015, cuando se hizo la solicitud, el número de feminicidios ya era alarmante. El grupo de trabajo de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim) argumentó entonces que entre enero de 2011 y noviembre de 2016 (71 meses), 161 mujeres habían sido asesinadas en San Luis Potosí, que 43 de estos casos fueron considerados feminicidios y los 118 restantes como homicidios dolosos. Entre junio de 2015 y mayo de 2016, el primero de los dos años previos a la demanda de la AVG en las seis ciudades potosinas, el estado ya había reportado tres feminicidios de acuerdo con la información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Entre junio de 2016 y mayo de 2017, el año anterior a la declaración de la AVG, el número de estos delitos se multiplicó por cinco en comparación con los últimos 12 meses, cuando 15 asesinatos fueron calificados como feminicidios. Entre junio de 2017 y mayo de 2018, en el primer año de la AVG, SLP registró 21 casos de feminicidio, cifra 40 por ciento mayor a la contabilizada de 2016 a 2017.
La Fiscalía General del Estado (FGE) informó que en 2019 se habían registrado 26 feminicidios, 22 homicidios dolosos y dos más sin clasificar, con un total de 50 muertes violentas de mujeres. La misma fiscalía reveló que 58 mujeres habían sido asesinadas en 2020 y que 27 de esos crímenes habían sido clasificados como feminicidios, cifra con la que la entidad se ubicó en la séptima posición con mayor incidencia en el nivel federal.
Datos oficiales reportaron 29 muertes violentas en el primer trimestre de 2021, de éstas, ocho fueron tipificadas como feminicidios, 17 homicidios dolosos, tres pendientes y una desaparición; una tasa de 0.54 delitos por cada 100 mil mujeres, la quinta más alta del país, porque la media nacional era del 0.36, según datos del SESNSP.
De acuerdo con el informe mensual de Incidencia Delictiva del Fuero Común (IDFC), de enero a junio de este año se cometieron 508 asesinatos en el país. Entre las 32 entidades federativas, SLP estuvo por encima del promedio nacional de siete mujeres agredidas por cada 100 mil habitantes, ya que en el estado el 8.4 por ciento padece este flagelo.
Un gobierno incompetente
2020 es el año en que hubo más feminicidios en México desde que este delito fue tipificado (2015), cerrando con tres mil 923 muertes violentas de mujeres, cifra apenas poco mayor que la registrada en 2019, cuando fueron asesinadas tres mil 825 mujeres, de cuyos casos mil seis son investigados como feminicidios. La coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), María de la Luz Estrada, advirtió que en el país se cometieron 15 mil 804 asesinatos de mujeres de 2015 a 2019, de los cuales tres mil 751 fueron investigados como feminicidio, es decir, solo el 23.7 por ciento.
Esta violencia específica, sin embargo, ya era “normal” en la realidad nacional antes de la pandemia de Covid-19, sin que las instituciones del Estado y el Gobierno Federal asumieran una actitud responsable mediante acciones de prevención, atención y sanciones contra los autores. “Si en años anteriores el promedio de feminicidios era de 10 al día, en 2020 ese promedio llegó a 18 mujeres y niñas asesinadas diariamente”, reveló Luz Estrada. O sea que el confinamiento provocado por la pandemia no solo no detuvo la violencia y los asesinatos, sino que generó las condiciones para que aumentara su número y con éste la impunidad, la falta de acceso a la justicia y la revictimización.
“Es posible reflexionar entonces que, en el contexto del Covid-19, las mujeres se verían en una situación más vulnerable (Cepal, 2020) convirtiendo al hogar y al confinamiento en factores directamente relacionados entre sí para aumentar la violencia hacia las mujeres, incluso la letal”, señaló la especialista.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) emitió un análisis en el que se afirma que, en 2020, la pandemia profundizó los conflictos económicos y sociales derivados del aislamiento y la inmovilidad, lo que a su vez propició un incremento exponencial de la violencia. “Se hace oportuno, entonces, el análisis de la contradicción emergente entre la prevención sanitaria y la prevención de la violencia a la mujer”, abundó la especialista.
Nadine Gasman, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), explicó que anteriormente no se consideraban como feminicidios todos los crímenes, pero ahora se parte de la base de que lo son con el propósito de comprobarlos y reclasificarlos. Ante esta lamentable situación, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se ha limitado a declarar que “ha habido un incremento en feminicidios, lamentablemente y en violencia familiar”, pero no ha girado instrucciones para crear un plan que frene o ataque el problema.
La violencia contra las mujeres se ha convertido en un asunto “espinoso” para el Gobierno Federal debido a la tendencia a minimizar el problema y al desaire que AMLO hizo a las agrupaciones feministas que el ocho de marzo pasado intentaron hablar con él cuando en lugar de diálogo, éstas se toparon con un Palacio Nacional cercado por policías y militares.
Esta actitud propició la conformación del Pacto Feminista por los Derechos Humanos de las Mujeres (PFDHM), cuyas integrantes han denunciado que México no baja de su trágica marca de 10 o más mujeres asesinadas al día y que, por el contrario, la violencia contra ellas y las niñas se ha agravado con la pandemia.
Para combatir el delito del feminicidio es imprescindible la creación de una agenda ciudadana, legislativa y de Estado en los tres niveles (federal, estatal y municipal) que desarrolle políticas para resolver el problema; ya que, hasta ahora, los esfuerzos realizados han sido insuficientes.
Entre estos movimientos sociales destaca, por la fuerza e intensidad de sus demandas, el colectivo Las Brujas del Mar, cuyas integrantes promovieron el paro nacional del nueve de marzo, al que se sumaron millones de mujeres del país. Su vocera, la mercadóloga veracruzana Arussi Unda, fue reconocida por su labor incluso por medios internacionales como la revista estadounidense Time o la televisora inglesa BBC.
En una entrevista, Arussi Unda indicó que muchas familias mexicanas luchan desde hace años para que se tipifique el asesinato de sus hijas o familiares como feminicidio. “Los colectivos pedimos que se revisen las carpetas para que esto ocurra. Y eso sin contar la cifra negra, que es la cifra de mujeres desaparecidas. Así que no sabemos realmente cuántas hay. Si no hay cuerpos, no hay feminicidios.
“Las mujeres en México vivimos con miedo sin importar la edad, el estrato socioeconómico, religión, etc., de algún modo, no nos sentimos tranquilas ni siquiera estando en casa. 2020 fue particularmente distinto porque hubo muchísimos recortes a programas que eran para mujeres. Se vino la pandemia, no se estaba preparado para el tema de las madres solteras trabajadoras, por el hecho de que ya no hay estancias infantiles, cerraron varios refugios, en fin. Creo que las mujeres están transformando el miedo en coraje, en valentía, en amor por otras mujeres, en tomar acción ante la omisión”, señaló Arussi Unda, e insistió: “Creo que la justicia no va a venir de las instituciones mientras sigamos en este clima donde impera la impunidad. No importa cuántas leyes se hagan si no se hacen valer. La impunidad en los feminicidios es del 97 por ciento, según un estudio de la asociación Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), pues hacen la mezcla perfecta en donde se odia a las mujeres y no pasa nada por odiarlas”.
Las Brujas del Mar exigen al Gobierno Federal enfrentar con decisión este grave problema. “Como primer paso, que se reconozca el problema, porque no se ha aceptado. Que salga el Presidente a decir que no hay diferencia entre homicidio y feminicidio, entonces, estamos perdidas… si no reconoce que existe un problema, si no se entiende. Es importante darnos cuenta de quién es esta persona. Mucha gente dice: ‘pues así es él’, pero es que él no es tu vecino machista, no es el señor de la tienda, es el presidente de una nación y sus palabras traen consecuencias porque suenan en la sociedad”, abundó la vocera.
En palabras de la dirigente feminista, la actitud del Presidente es muy grave para la sociedad, pues su omisión alienta a los feminicidas. “Tal vez suene muy fuerte decirlo, pero la permisividad es complicidad. Todo lo ganado en años de lucha se está desmantelando: institutos de las mujeres, refugios infantiles y para mujeres, y lo está haciendo el gobierno que dicen es el más feminista de la historia del país. Me gustaría que me explicaran por qué lo dicen, al margen de que haya muchas mujeres en el gabinete federal, pero que solo están representando al hombre que las puso ahí. No tiene sentido”, concluyó.