Durante las últimas semanas, el número de damnificados en México ha aumentado, en parte, porque el Gobierno Federal carece de presupuesto tras la desaparición del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) impulsado por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador.
En diversas entidades, los afectados reclaman atención inmediata y no ven respuesta, incluso existen denuncias acerca de que el censo para “identificar” a los damnificados se registran únicamente a los simpatizantes de Morena.
Ecatepec en el Estado de México y Tula, en Hidalgo, fueron de las primeras zonas que sufrieron las consecuencias de las torrenciales lluvias, en la que más de mil familias prácticamente perdieron su hogar. A ellas se suman afectados por huracanes que pegaron en el territorio nacional hace semanas, desbordamiento de ríos y presas, así como deslaves en cerros y laderas.
La Secretaría de Protección Civil de Ecatepec reportó más de 120 mil afectados, pero a dos semanas del siniestro, únicamente se ha levantado un censo que pretende identificar a los más afectados. En ese punto, como en Veracruz y Puebla, existen denuncias de que el censo y las ayudas no son equitativas, ya que sólo toman en cuenta a aquéllos aliados con Morena y además no necesitan el apoyo.
Luego de los desbordamientos de los ríos Tula, Salado y Rosas, las familias de Tula se vieron en una grave situación, ya que les tomó desprevenidos, afirman que las autoridades no les avisaron del peligro que corrían. La ayuda a este estado tampoco es suficiente, ya que hasta ahora, la ciudadanía de la zona se ha organizado para apoyar a todos los damnificados, pues con los militares no basta.
Otros puntos de la República, como Jalisco, Nayarit, Baja California Sur, Veracruz y Puebla, se han incluido a la lista de los afectados por las lluvias, lo que delata la falta de inversión en infraestructura de calidad de los hogares mexicanos, así como la falta de coordinación de las autoridades con sus comunidades, con aquellos a quienes los gobiernos y, en este caso, el Gobierno federal, dice y se jacta que primero son los pobres.
Lo anterior, debido a que la “Cuarta Transformación” desapareció –apoyado incondicionalmente por su partido Morena– el Fonden, que destinaba recursos para utilizarlos en emergencias provocadas por fenómenos naturales y apoyar en gran medida a los afectados. Hoy, miles de damnificados que cubren una tercera parte de las 32 entidades de la República Mexicana, padecen las consecuencias de esa decisión.
Por otro lado, los deslaves también son un peligro para las familias y más en esta temporada de lluvias. Hay que recordar lo ocurrido en el cerro del Chiquihuite, el pasado 10 de septiembre, donde una madre y sus dos hijas quedaron atrapadas bajo la tierra, perdiendo así la vida.
A decir del Atlas de Riesgos de la Ciudad de México, se ubican 93 puntos de riesgo por desplazamiento de laderas en 12 alcaldías: Iztapalapa, Cuajimalpa, Milpa Alta y Gustavo A. Madero, por lo que Alejandro Méndez, geólogo del Instituto Politécnico Nacional (IPN) urgió a las autoridades “crear un sistema un sistema de alerta temprana, justamente para medir estos efectos.
Por ejemplo, en qué momento con ciertas lluvias podría una roca caerse. ¿Cuál sería el siguiente paso? Ya se tienen identificados los fenómenos y lugares, ahora la monitorización y el sistema de alerta”, propuso.
Por su parte, el investigador del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Sergio Rodríguez, añadió a Tlalpan, Magdalena Contreras y algunos puntos de la Miguel Hidalgo, como zonas de riesgo por la misma causa; además, llamó a la administración de Claudia Sheinbaum, así como a próximos gobiernos, a realizar trabajos de prevención, mitigación y evaluación de las demarcaciones para evitar los riesgos en la población.