Un reciente estudio de People’s Vaccine Alliance, una coalición de organizaciones que incluye a Oxfam, ActionAid y Amnistía Internacional, reportó que solo el 14 % de las dosis de vacunas contra el Covid-19, prometidas por los países más desarrollados, han sido entregadas a las naciones pobres de todo el planeta. El informe destaca que la pandemia se prolonga “innecesariamente” por inequidad en la inmunización.
Al comienzo de la pandemia del Covid-19, los líderes mundiales prometieron que todas las naciones estaban en el mismo equipo para enfrentar la emergencia, pero la realidad ha sido diferente. ¿La ironía? Hasta que todos crucen la línea de meta en la carrera por la inmunización, el virus seguirá ganando.
Así lo destaca el más reciente estudio de People’s Vaccine Alliance, publicado el pasado 21 de octubre, titulado «Dosis de Realidad». El grupo de organizaciones que incluye a Oxfam, Amnistía Internacional, entre otras, señala que de las 1, 800 dosis de vacunas prometidas por las naciones desarrolladas, 261 millones han llegado a los territorios más pobres del planeta. Es decir, solo el 14%.
En este contexto y cerca de un año después de que las vacunas empezaran a estar disponibles, únicamente el 1.3% de los ciudadanos de los países con carencias económicas están completamente inoculados.
La coalición responsabiliza a las empresas farmacéuticas y al acaparamiento de vacunas por parte de las naciones más ricas de contribuir en la inequidad de inmunización.
A continuación, un repaso de las promesas hechas por las principales potencias versus las entregas realizadas.
Solo se han entregado una de cada siete dosis prometidas a los países pobres
El reporte de People’s Vaccine Alliance indica que hasta ahora Reino Unido ha entregado menos del 10% de los fármacos que prometió. Es decir que, de 100 millones de dosis anunciadas, solo ha dado 9,6 millones.
El Gobierno de Canadá informó que cedería 40 millones de dosis, pero solo ha entregado 3,2 millones, el 8% de lo que afirmó que otorgaría.
Estados Unidos es el país que más ha donado vacunas. Sin embargo, sigue estando lejos de lo que sus autoridades anunciaron. De 177 millones de dosis prometidas, ha concedido 1.100 millones. Se trata del 16% de lo ofrecido.
Con relación a los 994 millones de dosis que los líderes políticos dijeron que darían a Covax, el sistema global que intenta la distribución equitativa de vacunas, por el momento la organización solo ha recibido 120 millones, que equivale al 12 % de lo prometido.
Estas cifras de entrega equivalen a una de cada siete dosis ofrecidas y demuestran “el fracaso de las donaciones de los países ricos y el fracaso de Covax”, aseguró Robbie Silverman, gerente senior de promoción de Oxfam, citado por The Guardian.
La coalición a cargo del reporte también destaca las relaciones comerciales entre las empresas que producen los fármacos y los países de altos ingresos. El documento subraya que casi la mitad, el 49 %, de las inyecciones de inmunización vendidas por AstraZeneza, Pfizer/BioNTech, Moderna y Johnson y Johnson, se han entregado a países con grandes recursos financieros. Esas naciones corresponden solo al 16% de la población mundial.
En el otro extremo, en casos como Rusia, solo el 32% de los 146 millones de habitantes del país, están completamente inmunizados, pese a la amplia disposición de la Sputnik V.
Allí, las bajas tasas de vacunación se deben al escepticismo y renuencia de gran parte de la población ante estos fármacos. La situación ha desencadenado en récords de fallecimientos y contagios por lo que el pasado 19 de octubre, las autoridades del país se vieron forzadas a revivir algunas de las restricciones para tratar de frenar la propagación del virus.
El llamado a suspender las patentes de las vacunas contra el Covid-19
Alrededor de cien naciones, entre ellas India y Sudáfrica, y grupos de derechos humanos como Médicos Sin Fronteras y Human Rights Watch, han pedido a la Organización Mundial del Comercio que suspenda la aplicación de las patentes de los fármacos contra el nuevo coronavirus para que la inoculación llegue a los países más pobres.
El llamado también fue respaldado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y más de 60 exjefes de Estado que consideran que suspender los derechos de propiedad intelectual sobre las vacunas logrará acelerar la vacunación contra este virus en el planeta.
Sin embargo, la Unión Europea (UE) se ha opuesto fuertemente a esa posibilidad. Bruselas asegura que suspender las patentes de los fármacos no resolverá el problema principal: la escasez de vacunas. Defienden que no solo se trata de propiedad intelectual sino de logística y tiempo. «No hay ninguna prueba que demuestre que las patentes sean el problema», han señalado fuentes oficiales, citadas por la prensa española.
Lo cierto es que mientras la inequidad en la distribución de vacunas se mantiene, cientos de personas siguen muriendo. “En todo el mundo, los trabajadores de la salud están falleciendo y los niños están perdiendo a sus padres y abuelos. Dado que el 99% de las personas en los países de bajos ingresos aún no están vacunadas, ya hemos tenido suficiente de estos pocos gestos tardíos», aseguró Maaza Seyoum, representante de People’s Vaccine Alliance África.
La Organización Mundial de la Salud advirtió públicamente que administrar dosis a los países en desarrollo antes de que termine este año debe ser una prioridad para prevenir más muertes. Sin embargo, las naciones con más vacunas en sus manos solo están trabajando con un cronograma de entrega de más dosis en algún momento de 2022. Ese retraso conducirá a muertes innecesarias, advierte el informe.