“El teatro quiere ayudar al hombre a conocerse a sí mismo y conocer al mundo que lo rodea. El teatro es el espejo de la vida; en el escenario lo que vemos es nuestra vida en situaciones dramáticas, alegres, tristes o la vida cotidiana. En el teatro hay que ver no sólo la imagen exterior del hombre, sino también su interior, lo que hay dentro de él”.
-Aquiles Córdova Morán
En pleno siglo XXI, en un mundo que es dominado casi en su totalidad por el sistema capitalista en su forma más voraz y donde la inversión privada es utilizada como el eje de todas las mercancías que existen en el mercado, sin ningún tipo de freno o mano que pueda regular ya que poseen hasta las últimas puertas abiertas para su libre distribución, ha creado como consecuencia la extravagante desigualdad social por la que ahora atraviesa el mundo, con una acomulación de capital en unas cuantas manos, las mayorías son ahora y siempre las azotadas por esta errónea distribución.
Hoy por hoy y con la llegada de la pandemia mundial, estudios de la OXFAM han arrojado que 745 millones de personas habrán caído en pobreza extrema para finales de este año, es decir que las clases bajas se unieron a los más pobres que de por sí ya existían.
La excesiva acomulación, la destrucción de ecosistemas completos, así como las guerras que existen por ganar territorios y materias primas, es decir el uso irracional del mundo podrían parecer temas que no tienen nada que ver con la situación que se vive de desigualdad en nuestro país. Entre todas las consecuencias que acarrea esta brecha económica entre ricos y pobres, no es consecuencia que en México exista un presidente que aporte para que el pueblo mexicano se haya convertido en un pueblo agachon, silenciado, sumiso que ponga todas las puertas abiertas para que los monopolios puedan hacer de nuestro territorio lo que quieran, bajo una bandera de crear empleos, lo único que ha provocado, es prender el propio fuego que extinguirá nuestras tierras.
Esta situación gravísima para todo el mundo, pero en especial para nuestro país que forma parte de los territorios más atrasados en muchos frentes, los medios de comunicación han venido a jugar parte importante de la dominación por la que atravesamos ahora.
Esta situación de adormecimiento a través de la música, del cine, del arte moderno y entre otras corrientes, que se supone deberían ayudar orientar a las masas, son ahora las culpables de la gran ignorancia que existe en el mundo y en nuestro país, como medida necesaria para que los grandes monopolios puedan seguir acaparando cada vez más de las riquezas que posee la nación.
Para ello es necesario despertar la conciencia de los pueblos, educarlos, orientarlos y organizarlos para que conozcan la situación real por la que atravesamos, y esto es posible gracias a la tarea tan importante que tiene Antorcha y que se materializa en encuentros como lo que fue el XXI Encuentro Nacional de Teatro del Movimiento Antorchista que nos mostró un cine lleno de historias que nos conmovieron hasta las lágrimas o nos llenaron de coraje, realizado por artistas de todas partes del país, y que son plenamente conscientes de que para lograr la liberación del pueblo es sumamente necesario no hay un teatro suave que llene las expectativas visuales, sino que llene precisamente las necesidades espirituales y de conciencia del hombre.
Por ello cada año se seguirán realizando estas puestas en escena, ya que es una excelente arma para defender al pueblo de la mentira en que está envuelta y poder acercarla cada vez más a una liberación de las mayorías, pero eso solo podrá lograrse así con arte, con lucha y con consciencia.