Estos ataques no son sino una variante de los que hemos padecido injustamente desde que llegó al poder el actual presidente de la República.
Homero Aguirre Enríquez
Una serie de ataques y amenazas a la libertad y la vida de los dirigentes antorchistas de Oaxaca y Veracruz, Dimas Romero y Samuel Aguirre, respectivamente, nos han indignado y puesto en alerta a millones de mexicanos que integramos el Movimiento Antorchista. Al primero de ellos le han hecho llegar anónimos que no ocultan la mano de los operadores del gobierno estatal encabezado por Alejandro Murat; son libelos repletos de insultos, amenazas de cárcel y muerte, así como reproches sobre su público y decidido apoyo al movimiento que sostienen más de dos mil integrantes del personal médico despedido por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en Oaxaca. La alianza del gobernador de Oaxaca con López Obrador se confirmó hace poco con el desalojo violento que la policia de Murat hizo del personal médico que reclama que el gobierno federal le devuelva su empleo. A Samuel Aguirre intentan fabricarle burdamente un delito con la supuesta venta de un terreno, para lo cual falsificaron su firma y credencial de elector y al parecer sobornaron a un notario, con el propósito de desprestigiar a Samuel y eventualmente encarcelarlo, algo que ya ha intentado desde hace meses el gobierno del morenista Cuitláhuac García. En ambos casos, la inquina desde el poder se ha desatado como represalia porque los antorchistas encabezados por sus líderes no han dejado de insistir a los gobiernos estatales que resuelvan los problemas que aquejan a millones de oaxaqueños y veracruzanos.
Estos ataques no son sino una variante de los que hemos padecido injustamente desde que llegó al poder el actual presidente de la República. En efecto, son conocidos los ataques del presidente López Obrador a las organizaciones sociales y particularmente al Movimiento Antorchista Nacional, sobre quien ha descargado particularmente una tupida lluvia de calumnias e insultos encaminados a disminuir la presencia social del antorchismo y eliminar así a quien la 4T considera un obstáculo vigoroso y con hondas raíces en grupos empobrecidos de mexicanos, a los que el presidente quiere desorganizar y mediatizar con la entrega de tarjetas a cambio de que se olviden de cualquier otra aspiración.
La concepción científica que Antorcha tiene del futuro del país, su ideal de convertir a México en un país poderoso económicamente, en donde la riqueza se distribuya de mejor manera mediante una política fiscal progresiva y niveles salariales que no estén en el sótano de todos los países del mundo, así como un gasto público que elimine de tajo la falta de servicios y brinde condiciones dignas de vivienda, salud y educación a todos los mexicanos, todo ello contando con una amplia unidad ideológica, organizativa y de acción de las masas del pueblo representa para López Obrador un enorme grito que desnuda la pequeñez de su visión de Estado, basada en el desmantelamiento de la acción organizada del pueblo, en no aumentar impuestos a los más ricos de México, en recortar gastos en aspectos cruciales del desarrollo humano, para trasladar esos dineros a programas que esencialmente son buenos para comprar votos pero que van a eternizar la pobreza y la marginación. Antorcha exhibe la incapacidad de la 4T para darle buenos resultados al pueblo de México, por eso sufre la persecución contra sus líderes y activistas.
Recordemos que durante el período que va de septiembre de 2018 a su toma de posesión en diciembre del mismo año, en plena euforia de su reciente triunfo, pleno de ataques contra sus oponentes y echando a funcionar a todo vapor su maquinaria para injuriar y calumniar a los antorchistas, simultáneamente se dieron una serie de agresiones que costaron la vida a varios de nuestros compañeros en Oaxaca, Hidalgo, Sinaloa y Tlaxcala, lo que motivó un detallado artículo del Ing. Aquiles Córdova Morán, nuestro dirigente nacional, denunciando cada crimen en contra nuestra y relacionándolos con el clima de linchamiento generado por los ataques del presidente: “Son muchos crímenes y “accidentes” sospechosos en muy corto tiempo, y la mayoría caen después del primer ataque del presidente electo el 21 de septiembre en Mexicali, Baja California. Desde luego que sólo a un loco se le ocurriría insinuar alguna intencionalidad en esto, pero sólo a un tonto se le escaparía que un ataque repetido desde la cúspide del poder político de la nación, como el que hemos sufrido nosotros, puede jugar el papel de catalizador involuntario del odio asesino de los enemigos de la organización y las luchas populares. Y eso es, precisamente, lo que queremos dejar asentado en estas páginas. El tiempo lo descubre todo, dijo Cervantes”, escribió visionariamente nuestro dirigente.
Dado que el catalizador, los ataques del presidente, no ha dejado de funcionar sino que se volvió más constante y virulento, a lo que se sumó una campaña mediática de acusaciones nunca probadas contra nosotros por Santiago Nieto (ahora caído en desgracia y feliz poseedor de varias residencias de lujo), sumándose ahora los que aquí comentamos, no es exagerado volver a insistir en el argumento de que los ataques desde la cúspide del poder alientan, aunque sea involuntariamente, el odio y los ataques de quienes ven en Antorcha un reclamo a su mal gobierno y a sus pésimos resultados. Uno de los anónimos enviados en Oaxaca a Dimas Romero, tras un rosario de groserías y calumnias escandalosas sin ninguna prueba mínima y después de reconocer involuntariamente que lo que les lastima a los que ordenaron este ataque sucio es el apoyo del Movimiento Antorchista al personal médico, termina amenazando con que a Dimas le espera “la cárcel o la tierra”, usando el argot siniestro de los hampones que se sienten impunes. No responderemos cada leperada porque, como dijo Bernard Shaw: «aprendí hace mucho a no luchar con un cerdo. Tú te ensucias y al cerdo le gusta», pero sirva ese fragmento como evidencia de que estamos ante una nueva embestida contra Antorcha, alentada desde las entrañas del gobierno de la 4T, de ahí el urgente y oportuno llamado de nuestro dirigente nacional a responder como un solo hombre en defensa de nuestro compañeros perseguidos y amenazados. Llegado el momento, que nadie falte a la cita.