Cada minuto que pasa, se pierde una superficie de bosque equivalente a 27 estadios de futbol, un ligero aumento de 0.2 °C en la temperatura del planeta podría provocar más de 200 mil muertes prematuras y cientos de miles de hospitalizaciones de emergencia por asma, además de que se podrían perder 20 millones de cosechas al año; este y otros problemas que afectan a la humanidad, fueron analizados en la pasada Conferencia de Naciones Unidas, sobre el Cambio Climático (COP26), realizada en la ciudad de Glasgow, Escocia.
Los asistentes a la cumbre, países capitalistas desarrollados principalmente, ofrecieron algunas alternativas y se comprometieron con recursos económicos para la implementación de proyectos que ayuden a revertir los efectos del cambio climático provocado por la emisión de los gases de efecto invernadero; sin embargo, es necesario preguntarse; ¿son tan desinteresados los capitalistas del mundo que están decididos a deshacerse de parte de sus ganancias para ayudar a la humanidad, en este momento crucial para el planeta?
O bien, ¿no será que esta preocupación y estos recursos económicos, están calculados para ser parte de una inversión que genere más ganancias para los capitalistas?
Para ofrecer una respuesta a estas y otras preguntas, hoy se llevó a cabo, en las instalaciones del auditorio Vitálico Silva, de la colonia Clara Córdova Morán, la conferencia titulada “La naturaleza en Marx”, donde la ponente, maestra en ciencias por la UNAM, Citlalli Aguirre Salcedo, explicó detalladamente quiénes son los elementos de la sociedad que lanzan hacia la naturaleza la mayor cantidad de contaminantes y también, cuál es la razón de que eso suceda.
La también integrante del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales (CEMEES), quién además estudia actualmente un posgrado para la obtención del doctorado en la Umea University de Suecia, expresó que en el fondo del problema ecológico se encuentra la ambición desmedida del capitalismo por la obtención de ganancias a costa de lo que sea. Es el hambre de una mayor plusvalía para sus empresas, lo que le obliga producir en volúmenes cada vez mayores, provocando un rompimiento en el equilibrio natural, que traerá consecuencias fatales para el medio ambiente y las especies que habitan en él, incluido el hombre.
A través de los fundamentos del materialismo dialéctico, del marxismo, la investigadora realizó un análisis del capitalismo desde la revolución industrial hasta nuestros días y demostró a los asistentes, que el 10% de la población mundial, que son los más ricos del planeta, a través de sus industrias, de los transportes y de todas las actividades productivas, emiten a la naturaleza más de la mitad de los contaminantes, sobre todo aquellos gases derivados de los combustibles fósiles como son el dióxido de carbono y el metano, principales causantes del efecto invernadero en el planeta y que están poniendo en riesgo la existencia de la vida.
En contraparte, la mitad más pobre de la población, sólo contribuye con el 10% de las emisiones contaminantes. Sin embargo, es la astucia del capitalismo, la que trata de ocultar a los verdaderos responsables del envenenamiento de nuestro planeta con el firme propósito de mantenerse como sistema dominante por otros siglos más. La preocupación por la ecología que muestran y que tienen que resolver se debe sobre todo al hecho de que una vez agotados los recursos naturales del planeta, entonces, ya no habrá más forma de fabricar mercancías y de obtener las cuantiosas ganancias a las que están acostumbrados.
Finalmente, la Maestra en Ciencias Biológicas, invitó a los asistentes a la reflexión sobre este fenómeno de vital importancia, pero, sobre todo, a no dejarse confundir por las estratagemas del capitalismo que buscan confundir a las masas trabajadoras y así evitar su emancipación. Para transformar al mundo, hay que organizarse, hay que tomar conciencia de que el fenómeno ecológico sólo es un aspecto más de los otros, también lastimosos para nuestro planeta y para la sociedad, que son originados por este injusto sistema capitalista.