Las ambulancias en Kansas se apresuran hacia los hospitales y luego cambian repentinamente de dirección porque estos están llenos. La escasez de empleados en la ciudad de Nueva York causa retrasos en los servicios de basura y del Metro, además golpean las acciones de bomberos y trabajadores de emergencia. Los funcionarios del aeropuerto de Phoenix cerraron los puntos de control de seguridad en la terminal más grande y las escuelas de todo el país luchan por encontrar maestros para sus aulas.
La explosión actual de contagios por coronavirus, alimentadas por la variante Ómicron en Estados Unidos, causa un colapso en las funciones y servicios básicos lo que demuestra que la Covid-19 sigue cambiando la vida, más de dos años después del inicio de la pandemia.
“Creo que esto realmente les recuerda a todos cuando apareció por primera vez la Covid-19 y hubo grandes interrupciones en todos los aspectos de nuestra vida normal”, dijo Tom Cotter, director de respuesta a emergencias y preparación en la organización sin fines de lucro de salud global Project HOPE. “Y la desafortunada realidad es que no hay forma de predecir lo que sucederá a continuación hasta que aumentemos nuestros números de vacunación, a nivel mundial”.
Los socorristas, hospitales, escuelas y agencias gubernamentales han empleado un enfoque de manos a la obra para mantener la seguridad del público, pero les preocupa cuánto tiempo más podrán seguir así.
En el condado de Johnson, en Kansas, los paramédicos trabajan 80 horas a la semana. Con frecuencia, las ambulancias se han visto obligadas a alterar su curso, cuando los hospitales a los que se dirigen les dicen que están demasiado abrumados para ayudar, lo que confunde a los familiares ya ansiosos de los pacientes que conducen detrás de ellos. Cuando las ambulancias llegan a los hospitales, algunos de sus pacientes de emergencia terminan en salas de espera porque no hay camas.
Las instalaciones médicas se han visto afectadas por un “doble golpe”. El número de pacientes con Covid-19 en el Hospital de la Universidad de Kansas aumentó de 40, el 1 de diciembre, a 139 el viernes. Al mismo tiempo, más de 900 empleados se han enfermado o están esperando los resultados de las pruebas: el 7% de la fuerza laboral de 13 mil 500 personas del hospital.
La variante Ómicron se propaga incluso más fácilmente que otras cepas del coronavirus y ya se ha vuelto dominante en muchos países. También infecta más fácilmente a aquellos que han sido vacunados o previamente infectados por versiones anteriores del virus. Sin embargo, los primeros estudios muestran que es menos probable que cause una enfermedad grave como la variante Delta.
Aún así, su fácil transmisibilidad ha llevado a un aumento vertiginoso de los casos en EU, lo que afecta a empresas, oficinas gubernamentales y servicios públicos por igual.
En el centro de Boise, Idaho, los clientes hacían fila frente a una farmacia antes de que abriera el viernes por la mañana y, en poco tiempo, esta recorría todo el lugar. A las farmacias les afecta la escasez de personal, ya sea porque los empleados están enfermos o se han ido por completo.
En Los Ángeles, más de 800 policías y bomberos quedaron marginados debido al virus a partir del jueves, lo que provocó tiempos de respuesta de ambulancias y bomberos un poco más largos.
En la ciudad de Nueva York, los funcionarios han tenido que retrasar o reducir los servicios de basura y del Metro, debido a la gran falta de personal alimentada por virus. La Autoridad de Transporte Metropolitano dijo que alrededor de una quinta parte de los operadores y conductores del metro (mil 300 personas) se ausentaron en los últimos días. Casi una cuarta parte de los trabajadores del departamento de saneamiento de la ciudad estaban enfermos el jueves, dijo el comisionado Edward Grayson.
El departamento de bomberos de la ciudad también se ha ajustado para aumentar las ausencias. Las autoridades dijeron el jueves que el 28% de los trabajadores de servicios de emergencia estaban enfermos, en comparación con alrededor del 8% al 10% en un día normal. También estuvieron ausentes el doble de bomberos de los habituales.
En contraste, el departamento de policía vio caer su tasa de enfermedad durante la semana pasada, dijeron las autoridades.
En el Aeropuerto Internacional Phoenix Sky Harbor, dos puntos de control en la terminal más transitada del aeropuerto fueron cerrados porque no se presentaron suficientes agentes de la Administración de Seguridad en el Transporte para trabajar, según declaraciones de funcionarios del aeropuerto y de la TSA.
Mientras tanto, las escuelas de todo el país intentan mantener las clases presenciales, pese a las ausencias masivas de maestros. En Chicago, un tenso enfrentamiento entre el distrito escolar y el sindicato de maestros sobre las clases en línea y los protocolos de seguridad contra la Covid-19 llevó a la cancelación de clases durante los últimos tres días. En San Francisco, casi 900 educadores y ayudantes llamaron el jueves por enfermedad.
En Hawái, donde las escuelas públicas están bajo un distrito estatal, mil 600 maestros y personal estuvieron ausentes el miércoles por enfermedad o vacaciones o por ausencias preestablecidas. El sindicato de maestros del estado criticó a los funcionarios de educación por no prepararse mejor para estas faltas.
En New Haven, Connecticut, donde cientos de maestros han estado todos los días esta semana, los administradores han ayudado a cubrir las aulas. Algunos maestros dicen que aprecian eso, pero que puede ser confuso para los estudiantes, lo que se suma al estrés físico y mental que ya sienten debido a la pandemia.