César Adrián Rodríguez Mosco
El mundo enfrenta una de las peores épocas sanitarias de toda la historia y se agravará cada vez más por el mal manejo de la crisis por parte del gobierno federal. Tan solo en México se cuantifican 4 millones 170 mil 066 de casos confirmados y más de 300 mil 574 decesos en lo que va de los dos años por la pandemia del COVID-19. En el caso especifico del Estado de México se han documentado 396 mil 600 casos, de los cuales fallecieron 44 mil 911; Chimalhuacán acumula 12 mil 364, de los cuales lamentablemente mil 413 personas murieron y 8 mil 386 se recuperaron hasta el periodo de la última semana del 2021, sin embargo en lo que va de las dos primeras semanas del año 2022 los casos activos aumentaron de 34 a 161, teniendo al momento 469, esto de acuerdo a datos del Monitoreo de Casos en México por Municipios que realiza la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lo que confirma que estamos en la antesala de una situación muy peligrosa para todos.
Llevamos dos años donde hemos tenido que vivir en varias etapas de confinamiento, pero todos tenemos que trabajar para poder vivir y la población ha tenido que salir a buscar el pan de cada día; en el país se perdieron más de 12 millones de empleos en el periodo 2020-2021, la producción se ha detenido pero el gobierno no ha apoyado a la gente para sobrevivir, solo ha conducido el país con irresponsabilidad. Tuvieron la oportunidad de equipar los hospitales y dotar a los médicos de mejor equipo, pero no lo hicieron; hoy la ocupación hospitalaria está al 100% en la capital del país en el inicio de esta cuarta ola de contagios con las nuevas cepas, como Ómicron.
Al cierre de este articulo se registraron 44 mil 187 casos confirmados en el país en 24 horas y seguramente en próximos días seguirá creciendo aceleradamente. La cuarta ola de pandemia por coronavirus está superando la tercera, de acuerdo a análisis comparativos realizados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), incluso expertos en el tema como el infectólogo y excomisionado contra la influenza en 2009, Alejandro Macías Hernández, señaló en algunos vídeos difundidos en sus redes sociales que nunca una enfermedad infecciosa se había transmitido con la velocidad que lo hace la nueva variante Ómicron, dijo: “a este paso en México, la mitad de la población se infectará en las siguientes semanas”.
Sin embargo, el gobierno no ha tomado con seriedad el problema, ya nadie les cree al secretarios de salud y al subsecretario, Jorge Carlos Alcocer y Hugo López-Gatell, respectivamente. Es más, el presidente López Obrador ya se enfermó por segunda ocasión; recordemos que siempre ha puesto un mal ejemplo al no usar el cubrebocas. Por eso, conmino a todos a que seamos responsables si nos trasladamos al trabajo o a actividades necesarias, a que nos cuidemos mucho, que nos hagamos la prueba a tiempo si detectamos síntomas, que tomemos un tratamiento correcto y que, si no se han vacunado, lo hagamos. La enfermedad existe y es importante cuidarnos, tenemos que seguir luchando para erradicar los graves problemas que vive el país y nuestra localidad.
Ahora, Chimalhuacán está indefenso ante la cuarta ola por Covid-19 porque las autoridades no han informado sobre qué política se va a tomar en el municipio; al contrario, se están promoviendo actividades como el Carnaval 2022, exponiendo a la población a contagiarse. Yo amo mis raíces, pero hago este comentario con mucha responsabilidad ante el catastrófico panorama en la zona oriente, miremos lo que pasa en Ciudad de México, Nezahualcóyotl y Ecatepec. Aquí, están más preocupados por darle pan y circo al pueblo que por su salud.
En su momento, en 2020 y 2021, el Proyecto Nuevo Chimalhuacán luchó por pruebas para la gente; se le ayudó con tanques o concentradores de oxígeno y con tratamientos rigurosos que le salvaron la vida a cientos de familias. Pero hoy observo que la nueva administración no tiene idea de cómo formar un comité de salud a la altura del problemón que se viene; es más, despidieron a cientos de médicos, enfermeros y trabajadores sociales de manera injusta por el simple hecho de haber trabajado en el trienio anterior, pero no están aprovechando su su profesionalidad.