La hipócrita política de austeridad de los morenistas es una miserable farsa, son lo peor de la política contemporánea en México.
César Adrián Rodríguez Mosco
Hace unos días se conoció el escándalo sobre la casa gris donde habitó el hijo mayor de López Obrador, inmueble vinculado a un alto ejecutivo de Baker Hughes, una empresa que actualmente es contratista de Pemex, por más de 151 millones de dólares en obras a la paraestatal, un evidente conflicto de interés. No hay duda, la hipócrita política de austeridad de los morenistas es una miserable farsa, son lo peor de la política contemporánea en México.
Desde la presidencia de la república se siembra el odio, la impunidad y la represión contra los periodistas que hicieron publica esta investigación. La polarización del país va en aumento, el discurso del morenismo tiene un matiz muy particular de exterminar a cualquier precio a sus críticos, propinando un linchamiento mediático porque les representan un verdadero peligro a sus mezquinos intereses. Desde la mañanera se le llama “mercenarios”, “chayoteros” y de “estar al servicio de la mafia del poder” a todo aquel que los evidencie.
No podemos normalizar el nivel de violencia que utilizan los morenistas para buscar silenciar a los periodistas que exhiban con argumentos fehacientes a los gobiernos de cualquier partido. Esa estrategia de acoso y linchamiento sigue dañando la conversación del país que los ciudadanos de buena fe anhelamos.
Las falsas lecciones de austeridad que el presidente intenta darle a México a diario son una verdadera farsa, una mentira, una hipocresía porque su familia, en este caso su hijo mayor de nombre José Ramón López Beltrán, aprovechan su privilegiada posición para beneficiarse al cabildear acuerdos con empresas y el gobierno que dirige su padre.
De acuerdo a la citada investigación de Latinus y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), la esposa de José Ramón, de nombre Carolyn Admas, en 2018 celebraba como ejecutiva del sector energético que la compañía Shell resultó ganadora de una zona de explotación petrolera en nuestro país, y que hoy coincide que esa empresa es a la que hace unos días el gobierno federal le compró la refinería ´Deer Park´, en Houston, Texas, con un costó de 1,600 millones de dólares, esto de acuerdo a la agencia Bloomberg. En conclusión, Morena demuestra que su verdadero rostro está lleno de ambiciones financieras, para eso querían tener el poder; nunca ha sido con el fin de cambiar el injusto e inequitativo modelo económico que lacera a los más pobres que son más del 85% de los mexicanos.
De pasadita. Quiero solidarizarme con los estudiantes de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) y del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), quienes han sido amedrentados por el gobierno de la 4T y hoy alzan la voz valientemente. La primera, por el secuestro, desde hace siete meses, a la casa de estudios poblana de manera ilegal por el gobierno de Miguel Barbosa, quien opera con oscuros intereses; y la segunda por la crisis que atraviesa la institución académica de investigadores, por la imposición espuria a la dirección del centro. Lo que resalta en los dos casos es que el morenato otra vez busca imponerse a la autonomía a como dé lugar a pesar de que no les asiste la razón y la comunidad no los apoya. Lecciones que nos enseñan que Morena no gobierna para todos y que tenemos que seguir formando un frente común para defender al país.