Lo que está sucediendo es una medida forzada, no nos dejaron ninguna posibilidad de hacer lo contrario, declaró el presidente de Rusia, Vladímir Putin.
«Lo que está ocurriendo es una medida forzada. No nos dejaron otra opción. Se han creado riesgos de seguridad tales que era imposible responder por otros medios», señaló Putin en una reunión con grandes empresas rusas.
El 21 de febrero, Rusia reconoció la independencia de Donetsk y Lugansk. Las dos territorios se independizaron de Ucrania en mayo de 2014 tras desconocer a las nuevas autoridades que resultaron del golpe de Estado producido en Kiev y desde entonces no cesa el conflicto entre el Gobierno central y los dos territorios.
El presidente ruso, Vladímir Putin, durante una alocución televisada el 24 de febrero por la mañana, anunció el lanzamiento de «una operación militar especial» en el territorio de Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL), ya reconocidas por Rusia como Estados soberanos, solicitaron la ayuda miliar en virtud de los recién firmados tratados de amistad y asistencia recíproca, frente a lo que califican como agresión por parte de Kiev.
Putin afirmó que uno de los objetivos de Rusia es lograr «la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania». También amenazó con llevar al juicio a los autores de «numerosos crímenes sangrientos contra civiles». El mandatario ruso pidió a uniformados y civiles en Ucrania que no opongan resistencia a esa operación, y advirtió de que Rusia responderá de inmediato a cualquier fuerza externa que le amenace o se ponga en su camino.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso aseguró que los ataques militares no van dirigidos contra ciudades ucranianas ni ponen en peligro a la población civil sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.
Numerosos países ya condenaron la intervención militar de Rusia en Ucrania.