No se combate la causa, pero sí se golpea a quienes sufren las consecuencias.
Fuensanta Pérez Orona
No es Colombia, no es México: es el mundo. El día 24 de los corrientes el portal de noticias
lasillarota.com
, publicó una nota en la que dio a conocer que una mujer de 86 años fue detenida por haber robado un kilo de arroz, la razón: llevaba una semana sin comer y tenía hambre.
Situaciones como esta no son para nada extrañas en el mundo y mucho menos en México, donde existen miles de personas que han sido encarceladas por robar algo para poder alimentarse y llevar comida para sus familias. El último reporte que existe es de 2019, y fue dado a conocer por el medio Excélsior, que informó que, en México, más de 7 mil presos son los que se encuentran detenidos por este tipo de robos.
México ha venido aplicando una política de mano dura desde hace mucho tiempo para golpear y amedrentar a los más desfavorecidos, a esos mismos a quienes les han quitado todas las oportunidades para tener una vida de calidad. Buena educación, acceso a la salud, empleos bien remunerados y una vivienda digna, son condiciones que deberían ser garantizadas por el Estado, pero en su lugar, nos encontramos con que no solo no se garantizan, sino que se nos priva de ellas.
“Primero los pobres”, decía en campaña el actual presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, frase con la que pasará a la historia y con la que ha querido aparentar ser un gobierno que trabaja en favor de los más pobres, pero en los hechos, la realidad es otra, pues los índices de pobreza no solo no se han disminuido, sino que se han venido incrementando cada vez más, y cuando alguien busca con los medios que tiene a su alcance, conseguir algo para salir adelante, se le aplican políticas para reprimirlo. No se combate la causa, pero sí se golpea a quienes sufren las consecuencias.
Va ahora, una pequeña parte del gran retrato de México: La población mexicana que se encuentra en situación de pobreza alimentaria alcanzó el 20.4 por ciento, lo que que equivale a 25.5 millones de personas; existen estados donde más de la cuarta parte de su población se encuentran en esta situación: Tabasco, con el 46.8%; Guerrero, con 35.6%, Oaxaca, con 27.9%; Campeche, con 27.4% y Veracruz, con 27%.
Aunado a estos, se encuentran otros más que rebasan la media nacional de pobreza alimentaria, entre ellos Sinaloa, con 24.5%; Hidalgo, con 22.7%; Chiapas, con 22.3%; Colima, con 21.6%; Sonora, con 21.5%; Michoacán, con 21.1%; Puebla, con 20.8% y Guanajuato, con 20.7%. (Datos tomados del portal
mexicosocial.org.mx
).
Un ejemplo más de ello, es el aumento del empleo informal, pues según datos del INEGI, a finales de 2021, cerramos con un 56.6 por ciento de la población que se ha sumado a las filas de este sector y ha tenido que salir a las calles a vender, ahora sí, lo que pueda y como pueda, para poder ganarse unos pesos y llevarse algo al estómago. Las plazas de las grandes ciudades se ven cada vez más abarrotadas de vendedores ambulantes que ofrecen globos, flores o dulces con la única razón de seguir sobreviviendo.
El precario y casi nulo ingreso que logran percibir por las actividades en este sector “laboral”, tuvieron como consecuencia que el 9.9 por ciento de la población, 8.9 millones de personas tuvieran que elegir entre desayunar, comer o cenar, realizando así solo una comida al día; pero la situación es aún más grave para el 7.2 por ciento de la población, pues los 6.3 millones de personas que ese porcentaje representa dejaron de alimentarse todo un día, pues el dinero no fue suficiente para ello.
A pesar de todas estas condiciones, nada se está haciendo para erradicar el problema; el gobierno de la Cuarta Transformación ha cambiado la forma en la que deberían solucionarse los problemas; ha elegido, por elección propia, comprar votos a través de sus programas asistenciales en lugar de dar solución a un problema real y que ha venido golpeando a los mexicanos durante mucho tiempo: el hambre.
No quiero ni por un momento que mi escrito se malinterprete y se crea que digo que son el presidente y su gabinete los responsables del hambre en el país, porque eso es un problema mucho más profundo y más viejo, pero sí lo son de no buscar y no implementar las medidas necesarias para comenzar a trabajar y a dar solución a un problema que ha existido y se ha venido agravando, un problema que se deberá solucionar desde la raíz si queremos que las condiciones de vida de millones de mexicanos mejore, para lograr, en un futuro, un país más próspero y equitativo para todos.
Los problemas sociales no son característica propia de algún país o alguna región, azotan a toda la población en general y las causas han sido también analizadas durante mucho tiempo, la causa que ha originado este y los problemas sociales que trae consigo es la injusta repartición de la riqueza en el mundo, no en Colombia donde se arresta a personas mayores que lo único que buscar es comer, ni México donde se encarcela también a miles cuyos robos no ascienden a veces ni a los $100; es, como dije, el mundo.