México llega este año al mes del orgullo LGBT, que se inicia este miércoles, con “promesas incumplidas” por parte de las autoridades y mucho trabajo por hacer, pero habiendo ganado espacio en la esfera política y con avances legislativos, indicaron activistas a Efe.
“Hay mucho que madurar como país (…) y hay muchas promesas, pero la realidad es que hay una gran deuda (con el colectivo LBGT)”, consideró en entrevista con Efe Iván Tagle, director de Yaaj México, una organización por los derechos de la diversidad sexual.
Según la organización Letra Ese, cada mes se registran en México seis asesinatos de odio contra personas LGBT.
México es el segundo país de Latinoamérica con más violencia por homofobia y transfobia, después de Brasil, según el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT de la Fundación Arcoíris.
Además, según los datos con los que cuenta Letra Ese, se registraron 70 homicidios de odio en 2021.
En un escenario de violencia y discriminación al colectivo, la pandemia actuó incidiendo en las personas LGBT y las autoridades, consideró Tagle, fallaron.
“Las políticas, las acciones y las decisiones del Gobierno no fueron pensadas en su momento hacia nuestra comunidad, entonces no solo venimos arrastrando situaciones bastante complejas sino que también se han agravado”, sentenció el experto.
Mucho trabajo por hacer
Después de la pandemia de la covid-19, el trabajo es mucho, afirmó en entrevista con Efe Kenya Cuevas, activista por los derechos de las personas trans.
“Llegamos (a junio) en un punto crucial, venimos saliendo de una pandemia, de muchas emociones fuertes. (…) Creo que este junio nos da una apertura distinta de lucha, una oportunidad de visibilizar realmente las problemáticas que tenemos como comunidad”, comentó Cuevas en referencia al mes y a la marcha del 25 de junio, que se prevé multitudinaria por ser la primera presencial después de la pandemia.
Para Cuevas, es imprescindible que en estas marchas se exija al Gobierno de México “que realmente preste atención” y que proporcione atención integral a las personas trans y al resto de miembros del colectivo.
“Porque nada más nos dan atención a cuentagotas, es para callarnos el hocico y decir que están teniendo apertura”, criticó.
Participación como arma
Ante este complejo escenario debido a la coyuntura pospandemia, la comunidad ha aumentado su presencia política, en los congresos y en las instituciones, y se ha dado cuenta de que dicha participación puede desembocar en legislación que proteja sus derechos humanos.
“Nuestro movimiento me parece que está reconociendo la posibilidad de la participación en esos espacios de manera coyuntural. Empezamos a darnos cuenta de la importancia de nuestra participación política en esos espacios y es importante que nuestras instituciones garanticen nuestra permanencia ahí”, complementó Tagle.
Los avances legislativos no han sido pocos, pero muchas de las promesas como la ilegalización de las “mal llamadas terapias de conversión” se quedaron en nada.
Sin embargo, este asunto sí ha avanzado, como otros, en los Congresos estatales, mientras que el federal “se queda atrás”.
“Nuestra preocupación sería que tal vez hay un presidente (Andrés Manuel Lópes Obrador) que está instruyendo que no se legislen esas posiciones porque vemos que en los estados está pasando. No sabemos si es estrategia para no polarizar”, opinó Tagle.
En medio de la legislatura
Por último, el director de Yaaj México mencionó la relevancia que puede tener lo que suceda en los próximos meses de cara a las elecciones presidenciales de 2024.
Y, aunque se mostró esperanzado de que todavía hay tiempo para que se materialicen más promesas, destacó la importancia de mantener una postura crítica.
“Me parece que nuestros partidos y Gobiernos tendrían que hacer válidas sus promesas. (…) Si no sucede eso, si vemos que las promesas no se consolidan o no avanzan, pues en 2024 hay que tener postura crítica con el partido hegemónico y quienes están ocupando”, terminó.