Las autoridades ucranianas han confirmado este lunes la presencia de “voluntarios” de hasta 55 países diferentes en las filas de su Ejército, dentro de la llamada Legión Internacional, formada tras la operación militar especial de Rusia, que inició el pasado 24 de febrero.
“Tenemos representantes de 55 países de todos los continentes, incluso de lugares tan distantes como Brasil, Corea del Sur, Australia”, ha destacado el portavoz de la Legión de Defensa Internacional de Ucrania, Damien Magru, quien no ha dado un número exacto de combatientes extranjeros alegando motivos de seguridad.
No obstante, sí ha precisado que una gran parte de estos “voluntarios” son estadounidenses y británicos, seguidos de polacos y canadienses. A su vez, ha añadido que existe también un gran número de ciudadanos de los países bálticos y nórdicos, en especial de Finlandia.
Magru ha explicado que a todos los efectos estos combatientes hacen parte de las Fuerzas Armadas ucranianas y por lo tanto la financiación de su paso por la guerra corre a cargo de las partidas presupuestarias destinadas a Defensa. En ese sentido, ha subrayado que reciben el mismo jornal que los soldados ucranianos, por lo que ha pedido que no sean considerados como mercenarios, tal y como afirma Rusia.
A los presupuestos de Defensa se les suma los “fondos solidarios adicionales de donantes privados, principalmente occidentales”, ha contado Magru. “Gastamos el dinero recaudado (…) en equipos para nuestros soldados que no están incluidos en los paquetes militares base de las Fuerzas Armadas”, ha detallado.
Con motivo del conflicto en Ucrania y después de que se conociera la intención de muchos ciudadanos extranjeros por participar en la guerra del lado de Kiev, el Ministerio de Defensa ucraniano facilitó la inscripción de voluntarios para formar la que se ha bautizado como Legión Internacional.
En esa legión extranjera hacen parte, entre otros, los británicos Shaun Pinner y Aiden Aslin, así como al marroquí Saadoun Brahim, condenados a la pena de muerte por un tribunal de la autoproclamada república de Donetsk tras ser apresados por las fuerzas leales al Kremlin en una operación en Mariúpol.
Para Rusia estos “voluntarios” no son más que “mercenarios” y como tales serán juzgados. Según las estimaciones de Moscú son casi 7.000 lo extranjeros de más de 60 países -principalmente Polonia, Estados Unidos, Canadá y Rumanía- que se han unido a las filas ucranianas desde que comenzó la guerra.