La refinería Dos Bocas, en proceso de construcción desde 2019, pero recientemente inaugurada por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aunque no produce siquiera un litro de gasolina, es objeto frecuente de denuncias por corrupción de parte de legisladores de oposición, organizaciones civiles y expertos en el análisis de este fenómeno administrativo.
El 1o de junio de 2020, las senadoras panistas Xóchitl Gálvez Ruiz, Indira de Jesús Rosales San Román y Julen Rementería del Puerto presentaron una denuncia de hechos ante la Secretaría de la Función Pública (SFP), y demandaron una investigación judicial por la mala administración del Gobierno Federal a este proyecto de industria petroquímica paraestatal.
La exposición de los legisladores se sustentó en la información contenida en un reportaje que publicó el diario Reformael 31 de mayo de 2020, con el encabezado: Le entregan contratos de cinco mil millones para Dos Bocas. Da súper negocio Nahle a compadre. El título hace referencia a la Secretaria de Energía, Rocío Nahle, encargada del proyecto y al empresario veracruzano Arturo Quintanilla Hayek quien, efectivamente, es su compadre.
Los senadores del Partido Acción Nacional (PAN) reclamaron, además, a la SFP que en esta contratación no se realizó una indagatoria de oficio, como debió hacerlo por ley para determinar si en ella existía un conflicto de interés (compadrazgo) y la posible comisión de otros graves ilícitos susceptibles de reportarse a la Fiscalía General de la República (FGR). La denuncia está resumida en un texto de 16 páginas que, además, dieron a conocer a la prensa.
Un mes antes, la Secretaria Nahle divulgó una carta de réplica al diario Reforma –con copias dirigidas a la SFP y a la Auditoría Superior de la Federación (ASF)– en la que desmintió el contenido de la publicación periodística del 31 de mayo de 2020.
Rocío Nahle afirma que Quintanilla, a quien la nota identifica como su compadre y cabeza de la empresa Huerta Madre “(…) no tiene participación, ni es integrante o accionista de dicho consorcio, como consta en el acta constitutiva (…)” y destaca que “(…) el empresario no trabaja en ninguna área de construcción de la nueva refinería, incluso, es necesario mencionar que no ha participado en ninguna de las bases de la licitación emitidas por la filial de Pemex PTI, Infraestructura de Desarrollo, que tiene a su cargo la ejecución de la obra de Dos Bocas (…)”.
Sin embargo, la organización civil Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) en su investigación Corrupción, algunos protagonistas, publicada en enero de 2021, en el apartado que lleva el título El compadre de Rocío Nahle, revela“(…) Nahle negó la información difundida por diversos medios en mayo de 2020 y señaló que se trataba de mentiras y calumnias. Sin embargo el contrato, disponible públicamente, mostraba la adjudicación al consorcio conformado por Van Oord de México y Grupo Huerta Madre (…)”.
El 1° de junio de 2020, la entonces coordinadora de los diputados del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Verónica Juárez Piña, exigió a la SFP investigar a la titular de la Sener, porque su simple negación de los hechos denunciados por otros medios informativos no la liberaba de la presunción de responsabilidad o culpabilidad.
“Quien tiene que investigar es la SFP. Solo permitiendo que las instituciones hagan realmente su trabajo el Presidente podrá demostrar que combate la corrupción, de lo contrario, todo quedará en una simple simulación y él mismo quedará manchado al ver que algunos de sus principales colaboradores forman parte de la peste de corrupción que en el discurso quiere combatir, pero en los hechos se hace de la vista gorda”, advirtió Juárez Piña.
El reporte periodístico de mayo de 2020 asegura: “Una empresa del compadre de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, trabaja en el acondicionamiento de los terrenos para la refinería de Dos Bocas. Se trata de Grupo Huerta Madre, propiedad del empresario veracruzano Arturo Quintanilla Hayek, que en consorcio con la compañía holandesa Van Oord, se hizo de un contrato por cuatro mil 968.8 millones de pesos (mdp)…
“Grupo Huerta Madre es una empresa que fue creada en mayo de 2019, unos días antes de que le fuera adjudicado el contrato para la conformación de las plataformas, es decir, carecía de experiencia para desarrollar el trabajo, que requiere un alto nivel técnico.
“El 22 de mayo de 2019 se realizó el Acta de Presentación y Apertura de Propuesta Comercial-Técnica y Económica de la invitación restringida PTI·ID·O·002/2019 de Pemex, en la cual se dio como ganador al consorcio integrado por Consorcio Van Oord de México, S.A. de C.V., Van Oord Dredging and Marine Contractors B.V. y Grupo Huerta Madre, S.A.P.I. de C.V (…)”.
MCCI, por su parte, denunció que en 2019 “(…) a través de una invitación restringida, Grupo Huerta Madre, una empresa de Arturo Quintanilla Hayek –compadre reconocido de Rocío Nahle, titular de la Secretaría de Energía– consiguió un contrato por cuatro mil 968 mdp para acondicionar los terrenos de la refinería de Dos Bocas (…)”.
Una “invitación restringida” es un mecanismo para asignar a un privado un contrato para que realice una obra pública, formato que de acuerdo con las leyes aplicables administrativas y de transparencia, debe usarse solo en casos excepcionales, porque deja a criterio de una autoridad elegir entre tres empresas el otorgamiento de un contrato, a diferencia de la forma preferente, en la que éste se concede con base en reglas preestablecidas mediante concurso abierto.
El compadre Quintanilla
Tanto el reportaje de Reforma como la denuncia de senadores del PAN hacen referencia a una nota informativa publicada en la Crónica de Xalapa, en la que se habla del compadrazgo de Nahle con el empresario. La noticia está firmada por Ignacio Carvajal, fechada el 15 de enero de 2018, en Coatzacoalcos y encabezada así: De compadre de Nahle, terreno donde se enviará la basura. Es decir, informa que Arturo Quintanilla es el dueño de un terreno que será arrendado por el ayuntamiento como depósito de basura en el puerto.
En el apartado Sí es mi compadre se indica que, interrogada por el reportero, la entonces diputada Rocío Nahle, virtual candidata del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) al Senado de la República, reconoció su compadrazgo con Quintanilla: “(…) «Primero, desconozco si la basura se va a tirar en otro lado. Segundo, no sé de qué terreno me habla y si es de Arturo, y efectivamente él es mi compadre. Pero No tengo ninguna injerencia en el asunto» (…)”.
El 17 de mayo de 2019, poco antes del inicio de las obras de la refinería Dos Bocas, el Consejo deAdministración de la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex), aprobó la creación de la compañía filial PTI Infraestructura de Desarrollo para que se hiciera cargo de la parte ejecutiva de la construcción de la refinería de Dos Bocas, que inicialmente se capitalizó con recursos financieros de otra filial llamada Pemex Transformación Industrial (PTI).
Entrevistado por buzos, Diego Díaz, investigador del Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO), aclaró que las obras de la refinería se han desarrollado con mucha opacidad; pero que debido a la naturaleza jurídica de PTI Infraestructura de Desarrollo, que opera como una empresa privada, no tiene la obligación de transparentar sus manejos como la tienen otras subsidiarias de Pemex. Además, explicó que se formó una cadena de empresas y dependencias gubernamentales que le envían recursos públicos, cuya conducción es de difícil supervisión externa.
Derivado de lo anterior –apuntó Díaz– es insuficiente la información sobre el proyecto de Dos Bocas en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) y en la Cuenta Pública del gobierno; y de hecho no aparece en la cartera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) sobre proyectos y programas a ejecutar.
Por ello, enfatizó, también es muy difícil acceder a los “entregables”, es decir, los estudios y otros documentos básicos como contratos, plazos de entrega, costos, etcétera, que deberían ser públicos, pero que Pemex reservó como confidenciales.
El investigador especializado del IMCO destacó que a pesar de la inauguración preliminar de Dos Bocas “no queda claro cuándo va a empezar a operar al 100 por ciento de su capacidad; y mucho menos aspectos relacionados con los contratos, los cuales no son de fácil acceso; tampoco se hicieron procesos competitivos para esas contrataciones (concursos con reglas para elegir una empresa a contratar) que por ley se deberían haber hecho”.
Todo esto –insistió Díaz– “genera este ambiente de opacidad, es una condición que se presta a la corrupción, aunque nosotros no sabemos en este momento realmente si es que hubo corrupción o no en el proyecto, qué tanto y en qué magnitud pudo haber sido”.
Diego Díaz aseveró que los recursos para construir la refinería provienen directamente del dinero público federal y no de Pemex, como empresa productiva del Estado, por lo que se creó una cadena entre dependencias para enviar el dinero destinado a ejecutar el proyecto.
“No solamente se crea esa filial de Pemex (PTI Infraestructura de Desarrollo) sino que a la hora de transferir los recursos públicos a la filial para la construcción, hay una serie de pasos o serie de transferencias entre dependencias de la Administración Pública, que hacen todavía más difícil darle seguimiento a los recursos”.
Detalló que esos recursos salen del PEF, se entregan a la Sener, ésta los manda en forma de “aportaciones patrimoniales” a Pemex Transformación Industrial; y después llegan a PTI Infraestructura de Desarrollo, la ejecutora del proyecto.
Díaz reveló a buzos que, en general, el proyecto de la refinería fue planeado de manera inadecuada, porque la manifestación de impacto ambiental fue realizada de manera extemporánea y carece de un análisis costo-beneficio, pese a que, por ley, toda obra pública con un costo superior a los 500 mdp debe tener uno superior en cuanto a ganancias económicas y beneficios sociales.
En el caso de la refinería de Dos Bocas se desconoce el monto real de sus costos y cuáles serán los beneficios financieros y sociales.
AMLO avaló el contrato
En su conferencia de prensa mañanera del cuatro de junio de 2019, el Presidente negó que hubiera irregularidades y corrupción en la asignación del contrato por casi cinco mil mdd para acondicionar el terreno de 566 hectáreas y construir la refinería en Dos Bocas, el cual fue otorgado a un consorcio integrado por Van Oord de México, S.A de la holandesa Van Oord Dredging and Marine Contractors B.V. y la mexicana Grupo Huerta Madre, que fue creada con una base financiera de solo 60 mil pesos el 17 de mayo de 2019, apenas una semana antes de la expedición del contrato, suscrito el 24 de mayo de 2019.
AMLO también negó que hubiera corrupción en el otorgamiento del contrato a Van Oord de México y Grupo Huerta Madre, pese a que el Consorcio Bioskails, la empresa perdedora en la licitación, se inconformó ante el resultado del concurso, con el argumento de que las compañías beneficiadas no cumplieron con los requisitos y carecían de la capacidad tecnológica para realizar la obra.
Y cuando un reportero insistió en que, en el supuesto de que una investigación confirmara las presuntas irregularidades, su gobierno podría emitir una nueva convocatoria a concurso, la respuesta inmediata de AMLO fue: “No, no, no. Siento que fue buena la licitación y que la empresa holandesa es una empresa especializada y con ética, y el Gobierno de México tiene ética y no se permiten sobornos o influyentismo”.
Sin embargo, la construcción de Dos Bocas parece ya “un barril sin fondo”. La cantidad originalmente aprobada en 2019 por el Consejo de Administración de Pemex para construirla fue de ocho mil mdd; pero en su mañanera del pasado cuatro de julio, el propio AMLO debió reconocer que, hasta entonces, se habían invertido ya 12 mil mdd tan solo en su “primera fase”.
Los especialistas en este tipo de construcciones dudan de que el gasto adicional únicamente sea de cuatro mil mdd; y calculan que al menos se han invertido seis mil mdd más; y que, hasta ahora, la refinería Dos Bocas ha consumido 18 mil mdd, sin que a la fecha se asome la mínima posibilidad de que, en los próximos dos años, vaya a producir un litro de gasolina.
Pero en la misma ya citada mañanera, el Presidente recusó las críticas a la construcción de la Refinería Olmeca, con el argumento de que está dando empleos a 30 mil obreros en el Sureste de México; y que cuando empiece a operar, procesará 340 mil barriles diarios de petróleo que darán mayor autonomía energética al país.
Con relación al alza del 50 por ciento en el gasto original de Dos Bocas, la senadora panista Xóchitl Gálvez rechazó, en una conferencia de prensa celebrada el cuatro de abril, que el Consejo de Administración de Pemex hubiera autorizado una ampliación de cuatro mil millones de dólares (mdd) –es decir, de ocho mil a 12 mil mdd–, incluso solicitó al Gobierno Federal tal autorización.
La legisladora de oposición afirmó que, en las actas de las sesiones del Consejo de Administración de la paraestatal, no se menciona nada sobre este asunto; y que los documentos técnicos –Front-End Loading (FEL)– relacionados con la refinería Olmeca son únicamente dos: El FEl-1, que incluye el acuerdo del Consejo de Pemex para iniciar los trabajos de ésta con un presupuesto de ocho mil mdd. Y FEL-2, que reseña los debates del Consejo en una sesión extraordinaria realizada el dos de julio de 2020, cuando se aprobó una ampliación de 958 mdd que supuestamente se utilizaron para construir una planta cogeneradora de energía eléctrica que iba a construir la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y finalmente no instaló, razón por la que varios de los miembros del Consejo de Pemex se inconformaron.
“Hasta donde se sabe, la FEL-3 no ha sido autorizada; la FEL-3 es la que te dice en cuánto tiempo vas a hacer una refinería y cuánto te va a costar. Por lo tanto es falso que hoy sepamos cuánto va a costar, en cuántos meses va a estar terminada. Pero lo más importante, señor Presidente, es falso que este monto de 12 mil mdp haya sido autorizado por el Consejo de Administración de Pemex (…)”, destacó la senadora Gálvez.
Y en torno a la Secretaria Nahle, advirtió: “(…) está gastando un dinero como si fuera suyo, seguro que es por instrucciones del Presidente y seguro que el Presidente obligará al Consejo a limpiar lo que ahora han hecho (…) el que la señora Nahle gaste dinero sin tener la autorización debida puede ser considerado un fraude, hay que analizarlo porque tú, ¿cómo te comprometes a pagar contratos si no tienes la autorización del Consejo de Administración?”.